Una reciente investigación realizada por el Instituto de Psiquiatría del King’s College London, publicó en la revista Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS) una importante explicación del por qué algunos adolescentes son más propensos a consumir alcohol y provee el más detallado entendimiento de los procesos cerebrales que están involucrados en el abuso de alcohol.
El alcohol y otras drogas adictivas encienden el sistema de dopamina en el cerebro, el cual es responsable de los sentimientos de placer y recompensa. Estudios recientes encontraron que el gen RASGRF-2 es un gen de riesgo para el abuso de alcohol, pero todavía no se comprende totalmente el mecanismo exacto involucrado en el proceso del abuso.
El profesor del King’s College y director de la investigación, Gunter Schumann dijo:
“Las personas buscan situaciones que cumplen con su sentido de recompensa y de hacerlos felices, así es que su cerebro está conectado para encontrar gratificante el alcohol. Ahora entendemos la cadena de acción: cómo nuestros genes dan sentido a esta función en el cerebro y como conduce a la conducta humana. Se encontró que el gen RASGRF-2 juega un papel crucial en el control de cómo el alcohol estimula el cerebro para la liberación de dopamina y provoca la sensación de recompensa. Por lo tanto, si las personas tienen una variación genética del gen RASGRF-2, el alcohol les da un sentido más fuerte de la recompensa, haciéndolos más propensos a ser bebedores empedernidos.”
Se sabe que una gran proporción de los adolescentes consume alcohol y esta tendencia se ha mantenido relativamente estable durante los últimos 20 años. Aun así, el consumo compulsivo de alcohol se ha convertido en un fenómeno mucho más común. Algunos estudios muestran que en 1994 los adolescentes consumían alrededor de 6 unidades por semana, esta cifra aumentó y, para el 2007, se encontró que los jóvenes consumían cerca de 13 unidades por semana. Este consumo se relaciona con un pobre desarrollo cerebral y serios daños físicos y psicológicos, productos de las conductas de riesgo: conducir mientras se bebe, sexo inseguro, etc.
El proceso de la investigación
El estudio inicialmente observó a ratones sin el gen RASGRF-2 para evaluar cómo rechazaban el alcohol y encontraron que la ausencia de este gen se relacionó con una reducción significativa en la conducta de búsqueda de alcohol. Luego el equipo investigador analizó imágenes cerebrales de 663 varones de 14 años de edad, que no habían sido expuestos a consumos significativos de alcohol.
¿Qué se encontró?
Los investigadores encontraron que los sujetos con la variación genética RASGRF-2 tenían una mayor activación en el área ventral estriada, la cual esta estrechamente ligada en la participación de la liberación de dopamina y activa la búsqueda de recompensa. Esto permite sugerir que el cerebro de los sujetos con la variación genética RASGRF-2 libera más dopamina cuando se anticipa la recompensa y, por lo tanto, se obtiene más placer de la experiencia.
Para confirmar estos hallazgos, los científicos analizaron la conducta de consumo alcohol del mismo grupo de niños a la edad de 16 años, cuando ya habían comenzado a tomar alcohol con frecuencia y se encontró que los jóvenes con la variación genética RASGRF-2 consumían alcohol con mayor frecuencia que los adolescentes de la misma edad que no tenían la misma variación.
La importancia de este estudio radica en la capacidad de identificar los factores de riesgos en el abuso temprano de alcohol, para así poder diseñar planes de prevención y tratamientos efectivos para la adicción al alcohol.
Fuente: KLC.ac.ak
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