Ayer fuí al cine para ver la tan esperada última película de la trilogía de Batman: “El caballero asciende” y mientras regresaba en el colectivo me preguntaba: ¿por qué nos fascina el supervillano? ¿Qué es lo que nos lleva a identificarnos, en cierta medida, con el malo de la película? Esta interrogante quedó rondando en mi cabeza y al día siguiente me dispuse a realizar una búsqueda por Google y encontré un interesante artículo publicado en Wired, que resume posibles explicaciones psicológicas sobre porque nos interesan tanto los supervillanos.
Posibles respuestas según diferentes posturas psicológicas:
Las sombras de la confrontación: El reconocido psiquiatra Carl Jung creía que las personas necesitan confrontar y entender su naturaleza oculta, para poder así crecer como seres humanos. Una confrontación saludable a las sombras de nuestro ser puede liberar nuevas fortalezas, (como Bruce Wayne creó su Caballero de la noche y que a través del cual combatía el crimen) pero una mala confrontación puede liberar las peores y más oscuras partes de nuestro ser (como el Guasón, cuando intenta acabar con Batman y Harvey Dent en la secuela “Batman, el Caballero de la noche asciende”).
Cumplimiento del deseo: Sigmund Freud veía la naturaleza humana como inherentemente antisocial y dirigida biológicamente por la indisciplina y el principio del placer, que nos lleva a conseguir lo que queremos, cuando queremos. Algunos dirían que nacemos para ser malos pero somos controlados por la sociedad. Determinados freudianos dicen que, aún si la psique desarrolla el superyo (la fuente de autocontrol) y el yo (conciencia), nuestra identificación es baja y nuestra conducta es guiada por causas egoístas, lo que puede despertar nuestro encanto por ser supervillanos.
¿Qué recompensas, necesidades o deseos satisfacen los supervillanos?
La Jerarquía de las necesidades: El psicólogo humanista Abraham Maslow sostuvo que las personas que no han satisfecho sus necesidades más básicas tendrán dificultades para madurar. Si estás hambriento, es muy improbable que te sientas seguro. Si estas necesitado de amor y de compasión, tendrás problemas en construir tu autoestima. Las personas que moran en sus propias deficiencias pueden envidiar y estar resentidos con los otros que tienen más que ellos. Algunas personas son incapaces de satisfacer sus necesidades sociales, y fantasean sobre obtenerlas a través de cualquier medio, sea bueno o malo.
Condicionamiento: Ivan Pavlov diría que podemos asociar a los supervillanos con otras cosas que también valoramos, como por ejemplo el entretenimiento, la fuerza, la libertad y ser nuestros propios héroes. Es probable que el conductista B.F. Skinner sostuviera que podemos encontrar un reforzamiento al ver o leer sobre los supervillanos, pero sin saber el porque, es como decir que nos gusta la recompensa por la recompensa.
Nuestras motivaciones para seguir a los supervillanos
A través de la historia, los seres humanos hemos sido cautivados por las historias de cómo los héroes se han enfrentado contra los supervillanos. Pero específicamente ¿qué recompensas, necesidades o deseos satisfacen los supervillanos?
Libertad: Los personajes con superpoderes pueden disfrutar de una libertad que el resto de nosotros no puede. Nadie puede arrestar a Superman a menos que él lo permita (o que sus opresores tengan kriptonita). Aún mientras estaba sentado en la prisión, el superhumano protagonizado por Will Smith en la película Hancock, es libre y puede irse cuando quiera. Y aunque parezca que los supervillanos están mucho tiempo encerrados, siempre encuentran la forma de escapar las veces que deseen. Los superhéroes no pueden darse el lujo de ser impulsivos o hacer cualquier locura que cruce por sus mentes, pero los supervillanos pueden hacer cualquier cosa que deseen. Al parecer el supervillano nos provee de un sentimiento de liberación.
Los personajes con superpoderes pueden disfrutar de una libertad que el resto de nosotros no puede
Poder: Tal vez envidies el poder que los personajes maléficos tienen. Los superhéroes también cuentan con poder, pero estos chicos bueno no pueden utilizarlos para su beneficio. En cambio los villanos pueden imponer su voluntad sin restringir sus deseos.
Venganza: Batman no solo protege a los inocentes, el también inflige dolor y miedo a los malvados. Un niño que necesita protección y sufre de bullying tal vez quiera ser el bully y provocarle dolor a los que lo hacen sufrir. Pero Batman no va más allá, no les provoca la muerte a los villanos. En cambio, el personaje principal de la pelicula Punisher no solo aplica su venganza sino que está más interesado en matar a los malos en vez de salvar a las víctimas. La parte de una persona que ha sufrido y busca venganza puede apreciar los frecuentes planes vengativos que maquinan los supervillanos. Si buscamos a un villano más humano, por ejemplo el tan de moda Sr. White de la serie televisiva Breaking Bad, quien al inicio de las temporadas se venga de ciertas injusticias, muchos podemos experimentar fascinación y sentimientos de reafirmación y respeto.
Culpar a las víctimas: el psicólogo Melvin Lerner observó el fenómeno del mundo justo, una tendencia común a asumir que, de cierta manera, las víctimas merecen ser víctimas, según Lerner es mejor pensar esto que aceptar que las cosas malas también les suceden a las personas buenas. Cuanto peor es la tragedia, peor pensamos que la víctima es, cuando Hannibal Lecter mutila y se come a la persona que lo ofendió y a su pareja, nuestra naturaleza humana nos hace pensar que algo muy malo habrán hecho las víctimas.
Cuanto peor es la tragedia, peor pensamos que la víctima es
Es mejor ser villano que ser víctima: psicológicamente la ira nos activa y se siente mejor que la ansiedad o el miedo. El que se siente victimizado no puede imaginarse una forma constructiva de levantarse, de ser fuerte o convertirse en héroe, lo que puede distorsionar la necesidad de autoafirmación y convertirla en destrucción.
Enfrentando nuestros miedos: la ficción puede ayudarnos a sentirnos seguros y enfrentar nuestros miedos sin tener que traspasar los límites de la seguridad. Ver como un pandillero le apunta un arma en la cabeza a Bruce Wayne en la película “Batman inicia”, y como Batman lo supera, puede ser una forma de afrontar nuestros miedos, sin arriesgarnos demasiado.
Explorar lo desconocido: Nuestra necesidad de enfrentar lo desconocido llevó a la raza humana a poblar todo el globo. Esta curiosidad poderosa nos hace preguntarnos sobre todo lo que no conocemos, incluyendo nuestros peores demonios. El conocimiento es poder, o por lo menos se siente así y, cuando los detalles más horrendos nos provocan repulsión, podemos utilizar el filtro de la ficción ya que nos ayuda a contemplar lo peor de la humanidad sin convertirnos en ella, es como un viaje voyeurista hacia la tragedia humana.
Y vos qué pensas sobre nuestra fascinación por los villanos de las películas, tal vez tengas una explicación más detallada que te gustaría compartir. Si es así, estamos ansiosos por leerte.
Fuente: Why Do Supervillains Fascinate Us? A Psychological Perspective
2 comentarios
Qué tal.
Me parece que se está generalizando: no podemos partir de que a todos nos fascinan los supervillanos, o que nos atrae el mismo tipo de villanos. Usando el sentido común, y partiendo del caso específico de el Guasón tan atractivo de “El caballero de la noche”, me parece que ocurre una identificación infantil: durante toda la historia él se muestra hábil, inteligente, creativo, seguro, y con una identidad definida. Batman-Bruce Wayne, al contrario, está lleno de dudas morales y de identidad, no tiene control sobre muchas situaciones, y es emocinalmente más inestable. El niño se identifica con el padre porque cree que éste siempre sabe qué hacer. Psicoanalíticamente hablando, por otro lado, me parece que en ésta, al igual que en la gran mayoría de historias de héroes y villanos, ocurre una escisión como la que proponía Klein: ante lo insoportable que resulta la imagen integrada de los aspectos buenos y malos de un objeto, éste es escindido; es decir, en el psiquismo, por ejemplo, es más soportable la imagen de una madre totalmente buena ó una tolatmente mala, que la de una madre buena-mala. Nuestros núcleos de odio (puslión de muerte diría Freud), se adhieren a la figura “mala” y los de amor (pulsión sexual) a la figura “buena”. Batman-Bruce Wayne y el Guasón son igual de atractivos, sólo que con la admiración de lo “malo” (Guasón), el yo y el superyó se ponen alerta y se activan las defensas: algunos, los más neuróticos, emplearán la represión; otros, los más creativos, sublimarán escribiendo seriamente sobre el tema, sobre sus identificaciones y así se calmará la angustia que éstas les producen.
Un saludo. Me agrada tu blog.
Juan J.
Se me ocurre que muchas veces
hay algo de “lo siniestro” tan, pero tan escondido o velado en cada
uno, que es difícil evaluar algo como esto. Digo, si por lo menos
prestamos atención a los dichos de los “villanos”, el Joker, Guasón, en
un encuentro con el bueno, Batman, le
propone algo asi como “no somos tan diferentes…” Son muchos los puntos
que se pueden evaluar sobre todo esto. De cualquier forma, me parece
que es importante no mezclar las cosas. Agrego algo más, de la misma forma ocurre con los personajes que están del otro lado, de los que podemos admirar muchas de sus aptitudes, absolutamente imposibles en un humano común.Pero es un punto complejo para resumir en pocas palabras.
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