Estar casado podría ser un factor predictor de resultados más favorables a nivel profesional, económico y comunitario en personas con esquizofrenia. A esta conclusión apunta un artículo publicado en la revista Schizophrenia Research en el cual se recopilan datos de estudio epidemiológicos de zonas rurales de China para así medir el impacto del matrimonio a lo largo de 14 años en una muestra de personas diagnosticadas con esquizofrenia.
Los puntos más relevantes del estudio sugieren que los efectos positivos del matrimonio incluyen un mayor apoyo social y sentido de inclusión, lo que puede traer beneficios importantes a las personas diagnosticadas con desórdenes mentales.
Además, se cree que esta mejora en los resultados de vida y el apoyo familiar constante disminuye el riesgo de cometer suicidio y mejora los niveles de satisfacción general, lo que incluye:
- Una reducción en los índices de ansiedad y depresión
- Menor aislamiento social y sentimientos de soledad
El estudio analizó los datos de 510 individuos diagnosticados con esquizofrenia, quienes fueron extraídos de una muestra longitudinal de los servicios de salud mental en una comunidad rural de China.
A la par del estatus marital, fueron tomados en cuenta datos como:
- Los síntomas de la condición mental
- El grado de discapacidad social
- El grado en que los participantes era funcionales
- El factor “supervivencia”
los efectos positivos del matrimonio incluyen un mayor apoyo social y sentido de inclusión, lo que puede traer beneficios importantes a las personas diagnosticadas con desórdenes mentales
El factor supervivencia se refería a estar vivo y residir en la comunidad. También se incluyeron otras variables como el sexo, la edad, el nivel de educación, los primeros indicios de psicosis, la duración de la enfermedad, los intentos suicidas y el estado de salud general, los miembros de la familia, el estatus económico de la familia, el estatus del primer cuidador, signos o evidencia de maltrato registrado en miembros de la familia y comportamiento criminal.
Los resultados finales del estudio indican que:
- El 72% de los participantes a los que se dio seguimiento por un periodo de diez a catorce años estaban casados y el 27% no lo estaban.
- En el grupo de personas casadas, los índices de supervivencia fueron significativamente bajos, lo que implica que la tasa de suicidio era de 3.5 a 3.7 más alta, así como tasas mucho más altas de desahucio o abandono del hogar.
- Las personas que no estaban casadas eran más propensas a reportar que se sentían incapaces de trabajar y, en un radio de diez años de seguimiento, este grupo reportaba también índices más bajos de funcionamiento social.
- Las personas casadas presentaban síntomas menos fuertes, vivían en familias con un estatus socioeconómico alto y eran más propensas a tener un cuidador y estar rodeadas de más familiares.
- Los participantes casados también resultaron ser menos propensos a ser maltratados por otro miembro de la familia y presentaron índices más bajos de requerimiento antipsicótico.
Fuente: Mad In America; Schizophrenia Research