Los profesionales de la salud mental suelen encontrarse con un paciente en un momento determinado de su vida. Esta mirada transversal favorece un abordaje del trastorno que presenta el paciente en el momento presente. Pero, ¿qué pasa con ese trastorno a lo largo de la vida?
¿Por qué es importante? El diagnóstico es utilizado para diseñar cursos de tratamiento adecuados a la realidad que experimenta una persona. Además, puede implicar una puerta a la aceptación y autocompasión.
La sintomatología y rasgos que presenta una persona pueden variar en distintos momentos de su vida, y con ellas el diagnóstico en que puedan encuadrar. Este fue el hallazgo de un nuevo estudio que sugiere que los psiquiatras y otros profesionales de la salud mental deberían avanzar hacia la adopción de una perspectiva de “ciclo de vida” respecto de los trastornos mentales (Caspi et al., 2020). Este enfoque se adaptaría a los dominios de investigación más que a la investigación tradicional de diagnósticos categóricos.
Metodología: esta investigación se llevó a cabo con el análisis datos longitudinales a lo largo de cuatro décadas, provenientes del Estudio Longitudinal de Dunedin en Nueva Zelanda que utilizó evaluaciones psiquiátricas estandarizadas repetidas para monitorear 17 condiciones de salud mental desde los 11 años hasta los 45 años. El estudio incluyó a más de mil participantes y las condiciones de salud mental fueron diagnosticadas según los criterios del DSM.
Dentro de los trastornos monitoreados se encuentran: trastornos de externalización (por ejemplo, TDAH, trastornos de conducta, dependencia de sustancias), trastornos de internalización (por ejemplo, depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación, PTSD) y trastornos del pensamiento (por ejemplo, manía, esquizofrenia, TOC).
También se incluyeron exámenes neurocognitivos realizados durante la infancia y la adolescencia, junto con una evaluación basada en neuroimágenes del envejecimiento cerebral a los 45 años.
Los investigadores encontraron que:
- Cerca de un tercio de los participantes experimentó la aparición inicial de un trastorno a los 15 años de edad, y el 86% cumplió con los criterios de al menos un trastorno a los 45 años.
- Los participantes con un trastorno de cualquiera de las tres familias de diagnóstico tenían un mayor riesgo de sufrir trastornos de otras familias de diagnóstico en el futuro.
- Los participantes caracterizados por un trastorno mental constante no eran la norma.
- A lo largo de décadas, las personas experimentaron muchos tipos de trastornos cambiantes, pasando de familias con trastornos internalizantes, externalizantes y/o del pensamiento. La gente rara vez “adquiere” un trastorno y lo mantiene, señalan los autores. Cada trastorno predijo un riesgo significativamente mayor de cualquier otro trastorno.
- Diversos factores influyeron en la vulnerabilidad a la psicopatología: (a) edad de inicio, (b) duración de la historia de los síntomas y (c) número de diferentes tipos de síntomas de trastornos comórbidos. Las personas que presentaron síntomas siendo más jóvenes, tuvieron más años con síntomas y más tipos de síntomas diferentes tendían a ser las mismas personas. Estos sujetos también tenían más indicadores de mala salud cerebral a la edad de 3 años, deterioro cognitivo más pronunciado de niño a adulto y mayor edad cerebral en la resonancia magnética estructural en la mediana edad.
Otro estudio basado en datos de registro de 5,9 millones de personas que vivían en Dinamarca entre 2000 y 2016 encontró resultados similares (Plana-Ripoll et al., 2019). “Nuestros hallazgos están respaldados por un estudio complementario de décadas del registro psiquiátrico danés, que también encontró que la mayoría de los pacientes cambian de diagnóstico y cada trastorno predice un mayor riesgo de cualquier otro trastorno,” explicó Caspi, autor principal de la investigación.
Concluyen los investigadores que, en base a estos hallazgos puede entenderse que los diferentes trastornos psiquiátricos comparten los mismos factores etiológicos en el genoma y en el cerebro, por lo que no sería sorprenderte encontrar que diferentes afecciones psiquiátricas tengan las mismas causas. Una misma persona, a lo largo de los años, puede presentar trastornos psiquiátricos diferentes.
Advierten finalmente sobre la necesidad de evitar la excesiva dependencia de teorías etiológicas, así como la de desarrollar tratamientos “transdiagnóstico” capaces de abordar muchas afecciones diferentes.
Referencia bibliográfica:
- Caspi, A., Houts, R. M., Ambler, A., Danese, A., Elliott, M. L., Hariri, A., Harrington, H., Hogan, S., Poulton, R., Ramrakha, S., Rasmussen, L. J. H., Reuben, A., Richmond-Rakerd, L., Sugden, K., Wertz, J., Williams, B. S., & Moffitt, T. E. (2020). Longitudinal Assessment of Mental Health Disorders and Comorbidities Across 4 Decades Among Participants in the Dunedin Birth Cohort Study. JAMA Network Open, 3(4), e203221. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2020.3221
- Plana-Ripoll, O., Pedersen, C. B., Holtz, Y., Benros, M. E., Dalsgaard, S., de Jonge, P., Fan, C. C., Degenhardt, L., Ganna, A., Greve, A. N., Gunn, J., Iburg, K. M., Kessing, L. V., Lee, B. K., Lim, C. C. W., Mors, O., Nordentoft, M., Prior, A., Roest, A. M., … McGrath, J. J. (2019). Exploring Comorbidity Within Mental Disorders Among a Danish National Population. JAMA Psychiatry , 76(3), 259-270. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2018.3658
Fuente: Psypost