Los problemas de memoria, lenguaje, razonamiento, son algunos de las principales de alerta de una posible demencia. Estos indicadores son ampliamente conocidos y forman parte del checklist que hacen los psiquiatras a la hora de iniciar un diagnóstico.El principal inconveniente de esos indicadores es que se presentan muy tarde, ya cuando las capacidades cognitivas están deterioradas y no hay mucho que se pueda prevenir.
En su afán de encontrar otras pruebas, el equipo de Jayant M. Pinto, desarrolló una investigación prometedora que podría predecir la demencia con cinco años de antelación con una simple muestra de olfato.
La investigación fue publicada en el Journal of the American Geriatrics Society y la misma detalla que se le dio muestras de olores muy comunes y característicos (menta, pescado, naranja, rosas y cuero) a 3000 adultos que tenían entre 57 y 85 años. Los investigadores volvieron cinco años después para darle seguimiento a los participantes y encontraron que la mayoría de los sujetos que no había podido detectar los olores sufría de demencia y los que no podían detectar 4 de cinco olores tenían el doble de riesgo en comparación con los que si podían olerlos.
Una correlación bastante extraña, pero Pinto y su equipo explican que todo indica que el deterioro cerebral podría manifestarse primero en las áreas del olfato.
Claro esto no quiere decir que todas las personas que pierdan el olfato van a sufrir de algún tipo de demencia. Sin embargo, esta nueva señal de alerta nos permite prestarles más atención clínica a las personas en riesgo.
Las pruebas de olfato son mucho más baratas y accesibles a cualquiera de los tests con los que contamos hoy. Quien sabe y en el futuro podremos prevenir muchos de los problemas que afrontan los adultos mayores y los costos que esto representa a la sociedad con una simple prueba de olores.
Puedes leer aquí la investigación completa.
Fuente: Independent