Muchas madres y padres pueden experimentar pensamientos intrusivos muy incómodos del tipo: “Y si el bebé deja de respirar”, “y si siente demasiado calor”, ”y si se cae por la ventana”.
Estos pensamientos intrusivos, que no son bienvenidos por la persona y pueden tomar la forma de pensamientos o imágenes, parecen venir de la nada y son muy perturbadores.
Se sabe que todos los experimentamos ocasionalmente. Por ejemplo, puedes estar pasando por un puente y experimentar un pensamiento sobre un accidente allí. La mayoría de las veces no les ponemos mucha atención, pero cuando estamos muy estresados y sentimos el peso de las responsabilidades, puede que sea más difícil ignorarlos.
Sumado a esto, la pandemia ha hecho que muchas mamás y papás se sientan como padres primerizos de nuevo.
Aunque estos pensamientos intrusivos pueden ser señal de un trastorno perinatal del estado de ánimo, un estudio conducido por Jonathan Abramowitz (2006), donde participaron 43 madres y 42 padres desde el segundo trimestre de embarazo hasta tres meses después del parto, encontró que el 91% de las madres y el 88% de los padres experimentaba pensamientos intrusivos sobre el recién nacido.
Abramowitz expresa que no son poco comunes los pensamientos de que el bebé se cae de las escaleras, se atraganta o se ahoga. Cualquier madre o padre quedaría desconcertada/o con estos pensamientos y confundidas/os sobre su habilidad para cuidar de sus hijas e hijos.
Si bien estos pensamientos pueden ser aterradores, el mayor problema reside en la interpretación que hacemos de ellos. Cuando los etiquetamos como negativos el cerebro les da mas peso y es por eso que muchas veces se tiene problemas para dejarlos ir.
Tanto Abramowitz como la Dra. Nichole Fairbrother coinciden en que estos pensamientos suelen tener una función adaptativa (si te preocupa que el bebé se caiga por las escaleras, es probable que seas mucho más cuidadoso al acercarte a una). Sin embargo, hay estrategias que pueden ser utilizadas para relacionarnos de forma diferente con ellos y reducir la ansiedad que provocan.
Tomar distancia de las emociones
El famoso psicólogo Stefan Hofmann explica que una forma de desarmar los pensamientos intrusivos es reconocer que no te definen, que no dictan quien eres. Cantar el pensamiento con un ritmo inventado o poniéndole la música de una canción que conozcas, o repetir el pensamiento una y otra vez puede ayudar a que esos pensamientos pierdan fuerza.
Se trata de una técnica conductual para separar el pensamiento de las emociones, ayudando a la mente a cambiar la dirección. Al no ver los pensamientos como amenazas, podemos darnos cuenta que son solo eso, pensamientos.
Nota el estrés y déjalo ser
Tratar de ignorar los pensamientos y sentimientos no es efectivo y puede incluso empeorar la situación. La técnica de mindfulness o conciencia plena tiene muchos ejercicios que pueden ayudarte a relacionarte con ellos de forma diferente.
La dra. Carla Naumburg recomienda un ejercicio llamado “notar”, que se refiere a prestar atención a nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos: “”Estoy pensando en….” o ”mira esa preocupación que apareció”. Te puede ayudar a transformar los pensamientos intrusivos en algo que te de curiosidad. También puedes aprender mindfulness con aplicaciones como Headspace.
Busca apoyo de familiares y pares
El contenido de los pensamientos intrusivos puede hacer que muchas madre y padres sientan vergüenza de compartirlos con alguien. Sin embargo, nuestros seres queridos pueden ayudar mostrando empatía.
Un estudio encontró que el apoyo positivo de pares puede reforzar la competencia parental y facilitar la transición (Esmaelzadeh Saeieh, et al., 2017). Los grupos de apoyo en línea, formados durante la pandemia también pueden ser fuente de alivio.
Busca ayuda profesional si afectan la crianza
Para algunas mamás, los pensamientos intrusivos son tan intensos que parecen impulsos incontrolables, llevando a conductas compulsivas que mantienen esos pensamientos por más tiempo y generan sufrimiento. Dichos comportamientos pueden ser signo de un trastorno obsesivo compulsivo posparto. Aunque las madres que sufren de depresión posparto o ansiedad posparto, también pueden experimentar pensamientos intrusivos, éstos suelen ser severos y persistentes en el TOC.
Por supuesto, la pandemia puede empeorar los miedos y hacer que muchas madres se enfoquen en la contaminación al punto de sentirse incapacitadas. Si los pensamientos interfieren con la habilidad de una madre para cuidarse a sí misma o a su bebé, es momento de buscar ayuda profesional, que suele consistir de psicoterapia, grupos de apoyo y, de ser necesario, medicación.
Referencias bibliográficas:
Abramowitz JS, Khandker M, Nelson CA, Deacon BJ, Rygwall R. The role of cognitive factors in the pathogenesis of obsessive-compulsive symptoms: a prospective study. Behav Res Ther. 2006;44(9):1361-1374. doi:10.1016/j.brat.2005.09.011
Esmaelzadeh Saeieh, S., PhD, Rahimzadeh, M., PhD, Yazdkhasti, M., PhD, & Torkashvand, S., Ms. (2017). Perceived Social Support and Maternal Competence in Primipara Women during Pregnancy and After Childbirth. International Journal of Community Based Nursing and Midwifery, 5(4), 408-416. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29043286
Fuente:New York Times