Sébastien Bohler describe en Investigación y ciencia, un interesante estudio sobre la correlación entre estudiar matemáticas y los cambios en el cerebro:
El 15 de enero de 2018, Luc Ferry, exministro de educación francés, declaró, en un canal de noticias de máxima audiencia: «en el día a día, las matemáticas no resultan de utilidad». Asimismo, añadió que nunca había usado, ni siquiera durante 30 segundos, las matemáticas que había aprendido en la escuela. Sin embargo, con toda probabilidad, desconocía que las matemáticas habían contribuido a la maduración del cerebro, para que este pudiera enfrentarse al mundo real de forma racional.
Así concluye un estudio, publicado en tiempo reciente por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, en el que participaron 87 estudiantes de Reino Unido, de entre 16 y 18 años. El objetivo era dilucidar si la educación matemática antes del bachillerato inducía cambios en el cerebro. De forma sorprendente, los investigadores hallaron que la concentración del neurotransmisor GABA permite conocer, casi con un 90 por ciento de fiabilidad, si un alumno ha cursado, o no, estudios de matemáticas. Además, los niveles de base del neurotransmisor no influyeron en dicha relación. Es decir, el aumento de GABA aparecía tras estudiar matemáticas, ya que los investigadores no hallaron diferencias entre los grupos antes de elegir la materia.