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¿Podría el lugar que ocupamos en nuestra familia influir en quiénes somos? La ciencia sugiere que sí. Según un análisis a gran escala de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el tamaño de la familia y el orden de nacimiento desempeñan un papel clave en el desarrollo de nuestra personalidad. Personas de familias numerosas tienden a destacar en honestidad y amabilidad, mientras que los hijos del medio parecen dominar el arte de la cooperación y la modestia, superando a sus hermanos mayores, menores e incluso a los hijos únicos. Estas dinámicas familiares, más complejas de lo que imaginamos, nos ofrecen una ventana única al impacto de crecer en diferentes contextos familiares.
¿Mito o realidad? La influencia del orden de nacimiento
La idea de que el lugar que ocupamos en nuestra familia afecta nuestra personalidad ha intrigado tanto a la ciencia como al público durante décadas. Los estereotipos tradicionales sugieren que los primogénitos son líderes responsables, los hijos menores son rebeldes y carismáticos, y los hijos únicos son egocéntricos pero creativos. Sin embargo, estudios previos no lograron encontrar pruebas concluyentes para respaldar estas creencias, lo que llevó a muchos investigadores a descartar el orden de nacimiento como un factor determinante en el desarrollo de la personalidad.
En este nuevo estudio, liderado por Michael Ashton de la Universidad Brock y Kibeom Lee de la Universidad de Calgary, los investigadores se propusieron dos objetivos principales:
1. Examinar si modelos más amplios de la personalidad, como el modelo HEXACO, podrían detectar patrones que los estudios previos pasaron por alto. Este modelo mide seis rasgos clave: Honestidad-Humildad, Emocionalidad, Extraversión, Amabilidad, Conciencia y Apertura a la Experiencia.
2. Evaluar el impacto del tamaño de la familia (el número de hermanos) en la formación de la personalidad, un aspecto relacionado pero a menudo ignorado en investigaciones anteriores.
El diseño del estudio: datos masivos para respuestas claras
El análisis se basó en dos grandes conjuntos de datos recopilados a través de la plataforma de evaluación de personalidad hexaco.org. La primera muestra incluyó más de 710,000 adultos, mientras que la segunda reunió a cerca de 75,000 participantes, en su mayoría de habla inglesa y provenientes de países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia.
Los participantes completaron un cuestionario de personalidad basado en el modelo HEXACO y proporcionaron información sobre su orden de nacimiento (hijo único, mayor, menor o del medio), género, edad y tamaño de la familia. También se realizaron controles estrictos para garantizar la calidad de los datos, como verificar que las respuestas demográficas fueran consistentes.
Resultados clave: el tamaño de la familia y el lugar importan (pero no tanto)
1. Los hijos del medio y las familias grandes son los más amables: Los participantes de familias grandes mostraron niveles más altos de Honestidad-Humildad y Amabilidad, mientras que los hijos del medio destacaron en modestia y cooperación. En promedio, los hijos del medio puntuaron 0.20 desviaciones estándar más alto en estos rasgos que los hijos únicos.
2. Los hijos únicos tienen su propia ventaja: Aunque se encontraron menos prosociales, los hijos únicos destacaron en Apertura a la Experiencia, un rasgo relacionado con la curiosidad intelectual y la creatividad. Esto podría estar vinculado a recibir más atención y estímulo intelectual de sus padres.
3. Primogénitos y responsabilidad: En familias del mismo tamaño, los primogénitos tendieron a puntuar más alto en Apertura a la Experiencia y Conciencia, posiblemente debido a las mayores expectativas y responsabilidades que suelen asumir.
4. Religión y cooperación: Los participantes de familias grandes eran más propensos a tener una crianza religiosa, lo que también se correlacionaba con mayores niveles de Honestidad-Humildad y Amabilidad. Sin embargo, incluso al controlar este factor, el tamaño de la familia seguía siendo un predictor significativo de estos rasgos.
¿Por qué sucede esto?
Los investigadores sugieren que crecer con más hermanos puede fomentar habilidades sociales y una mayor capacidad de compartir y colaborar. Esto ocurre porque en familias grandes hay más oportunidades de interacción y una necesidad constante de dividir recursos y responsabilidades.
Por otro lado, el efecto del orden de nacimiento parece depender, en parte, del tamaño de la familia. Los hijos del medio, al provenir de familias con al menos tres hijos, podrían beneficiarse de una posición única que fomenta la cooperación como estrategia para mantener su rol dentro de la dinámica familiar.
Un impacto limitado pero relevante
Aunque las diferencias identificadas son estadísticamente significativas, los investigadores enfatizan que son relativamente pequeñas. Por ejemplo, si eligieras al azar entre un hijo único y alguien de una familia con seis o más hermanos, habría un 60% de probabilidad de que la persona más cooperativa sea la segunda, en comparación con el 50% si no hubiera diferencias.
“Estos efectos son modestas tendencias promedio; muchas personas son excepciones a estas reglas,” explicaron Ashton y Lee.
Limitaciones y próximos pasos
El estudio, aunque robusto, se centró principalmente en participantes de habla inglesa y de países occidentales. Las diferencias culturales en las dinámicas familiares podrían influir en cómo el orden de nacimiento y el tamaño de la familia afectan la personalidad en otros contextos. Además, el estudio no exploró cómo estas dinámicas se manifiestan en familias no heteronormativas o en contextos culturales menos individualistas.
Los autores planean replicar sus hallazgos en países no angloparlantes para evaluar la universalidad de sus conclusiones.
Reflexiones finales: ¿qué tan importante es el lugar que ocupamos en la familia?
Si bien este estudio proporciona nuevas evidencias sobre cómo el orden de nacimiento y el tamaño de la familia influyen en rasgos como la honestidad y la amabilidad, también deja claro que estas diferencias son modestas. Lo que realmente parece importar es la dinámica social dentro de la familia: la interacción, la cooperación y las expectativas moldean cómo nos desarrollamos como individuos.
Así que, aunque ser el hijo del medio o tener muchos hermanos podría aumentar la probabilidad de ser más amable, al final, somos mucho más que nuestro lugar en la familia. Este fascinante estudio nos invita a reflexionar sobre el complejo entramado de experiencias y relaciones que configuran nuestra personalidad.
Referencia: M.C. Ashton, K. Lee, Personality differences between birth order categories and across sibship sizes, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 122 (1) e2416709121, https://doi.org/10.1073/pnas.2416709121 (2025).
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