Desde pequeña Olivia Gamarra vivió de cerca el contacto con las humanidades y la psicología se convirtió en su pasión. Una pasión que ha profesionalizado bajo el riguroso método científico, que se evidencia en un rico y envidiable currículum profesional: es doctora en psicología, docente universitaria, terapeuta en la reconocida clínica Sensorium (Paraguay) y editora de publicaciones científicas.
Esta semana tuvimos el privilegio de entrevistarla para conocer un poco su perfil profesional, libros favoritos, terapeutas que más admira y cómo afronta las adversidades de nuestra profesión.
¿Dónde y por qué estudiaste psicología?
En mi familia mi papá es abogado y mi mamá también es psicóloga, entonces conversar sobre humanidades era algo corriente, mi mamá comentaba con nosotros las cosas con las que estaba en contacto, y todo lo que decía me fascinaba. Pero lo decisivo fue cuando fui por primera vez a hacer psicoterapia, mi terapeuta era una gran psicóloga y los cambios que yo observé en mí me impresionaron profundamente, ahí dije que eso era lo que yo quería ser.
Estudié psicología en la Universidad Católica, empecé en Asunción y terminé en Ciudad del Este, Paraguay. Hice una serie de posgrados y luego llegó el doctorado en Buenos Aires, que para mi implicó un gran cambio en la percepción de la psicología como ciencia y práctica, pues en la carrera de grado las materias de investigación científica, metodología y estadística eran percibidas de manera separada a las demás, no había una transversalidad con la teoría y práctica que nos daban en las demás materias. Entonces, no nos cuestionábamos si el contenido que recibíamos tenía base en la investigación científica. Yo considero que ese es una de las debilidades de nuestras carreras de psicología y caldo de cultivo para las pseudociencias.
¿Cuántos años llevas trabajando como psicóloga?
Terminé la carrera de grado en el 2000 y luego hice los posgrados específicos para psicoterapia, abriendo mi consultorio en el 2005. Llevo ya 14 años trabajando en la clínica.
¿En qué área te desempeñas?¿Cómo terminaste trabajando allí?
Mi trabajo básico está en la clínica, dedico varias horas por día a la atención de adultos, que fue mi meta desde el momento de decidirme por la carrera. Siempre me interesó el potencial de cambio que tenemos todas las personas, y cómo eso se puede lograr en un lugar específico, dentro de un proceso pensado y estructurado.
También me dedico a la docencia, que para mí es básicamente divulgación del conocimiento científico. Enseño en la Universidad Católica, que es mi casa de estudios, y en cursos desde Sensorium, donde impartimos formación en terapias basadas en la evidencia. Para mi es un orgullo pues hace más de 8 años, cuando empezamos con los cursos, las TBE no eran muy conocidas en nuestro contexto, y lograr llegar a los colegas fue un trabajo lento pero sostenido.
Otra área a la que le dedico tiempo es a la investigación científica, llevando adelante algunos proyectos, y trabajando como editora adjunta de la Revista Brasileña de Terapias Comportamentales y Cognitivas RBTCC.
¿Qué es lo que más amas de tu trabajo como psicóloga?
Dentro del trabajo terapéutico, podría separar las satisfacciones en dos aspectos: El primero tiene que ver con el contacto humano, con ver fascinada cómo los pacientes vienen y se comprometen a su proceso, cómo se enfrentan al desafío de hacerse responsables de su bienestar y luego obtienen beneficios, cuando me empiezan a contar que “Ya lograron hacer X cosas” desde levantarse de sus camas, o salir de sus casas, cómo encuentran sus propios recursos, y concretar hermosos proyectos, valiosos y significativos para cada uno de ellos. Cada paciente representa un universo en donde reaprendemos juntos a cómo vincularnos, a la potencia de los refuerzos y el poder de la validación y la compasión.
El otro aspecto a tener en cuenta es el técnico. Amo trabajar con protocolos bien establecidos para cada cuadro que se presenta, al principio demanda un gran esfuerzo conocer a fondo los modelos que componen cada componente de los tratamientos, pero luego viene la satisfacción de saber que es lo mejor que podría estar haciendo por esa persona que viene a mi y además puedo observar cómo siguiendo ese camino que está pensado y estudiado para transitar de esa manera, (siempre flexibilizando el proceso personal de cada uno) nos da la oportunidad de ver el cambio que impacta en la calidad de vida del paciente.
Cada paciente representa un universo en donde reaprendemos juntos a cómo vincularnos, a la potencia de los refuerzos y el poder de la validación y la compasión
En el trabajo docente estoy muy agradecida de poder contactarme con colegas maravillosos, que me dan la oportunidad de compartir conocimientos y además con los que voy aprendiendo siempre y hacen que este trabajo sea más significativo.
¿Cuáles son los aspectos más desafiantes de tu trabajo?
Generalmente los casos más desafiantes en psicoterapia tiene que ver con los que presentan varias comorbilidades, o cuando el paciente no tiene suficientes recursos externos (familia, amigos, pareja, etc.) y debemos trabajar desde ese lugar. Se están desarrollando tratamientos para cuadros de manera transdiagnóstica, por ejemplo el sugerido por Barlow y cols., pero está todo en fase experimental y por ahora es un trabajo “manual” por así decir, seleccionar los síntomas más graves y los más accesibles a tratar en el momento, y ¡Esperar lo mejor!
¿Alguna vez has sentido que te quedaste sin recursos para ayudar a un paciente?¿Qué haces en estos casos?
Sí, claro que sí. Pero entiendo que nunca se debe a que “el paciente es difícil, o no quiere colaborar”, lo que ocurre es que quizás todavía no llegué a entender bien el cuadro. Algunos trastornos no tienen tratamiento bien establecido (todavía) o el nivel de complejidad de lo que presenta la persona requiere de otros contextos, como la internación, o quizás intervenciones grupales. Otras veces, las intervenciones y técnicas no funcionan como nos gustaría con una persona específica. En esos casos derivo al contexto que considero más adecuado, o replanteo el tratamiento trabajando desde la personalidad, las expectativas del paciente, y las mías!. La mayoría de las veces, en el pasado con más frecuencia, cada caso complicado me ayudaba a estudiar más y profundizar los conocimientos sobre el cuadro psicopatológico particular que tenía enfrente. ¡Lo que se aprende en el camino, con cada paciente es mucho!
¿Cómo estructuras la primera entrevista con un paciente?
La primera entrevista es crucial, ahí nos conocemos y el paciente va a decidir si puedo ayudarlo o no. Entonces es muy importante que se sienta escuchado, el motivo de consulta surge y atrás de eso empieza a mostrar su vida: sus dificultades y sus recursos (cognitivos, repertorios conductuales, sociales, familiares, etc.) aquellos que le han servido en tiempos anteriores a resolver sus problemas. Sigo con el análisis de la situación actual, ámbitos en el que se desarrolla (y ámbitos afectados) Si a tenido episodios anteriores, si ya ha consultado anteriormente a algún servicio de salud mental y si toma medicación. Luego de escuchar y validar, es importante que pueda cerrar la sesión con una devolución concreta del cuadro, si es posible, le informo sobre lo que le está pasando, y le cuento sobre el pronóstico con tratamiento adecuado. Si es necesario también hago la derivación a psiquiatría para la atención completa. En caso de devolución e informe del cuadro psicopatológico, le dedico un buen tiempo a explicar sobre el mismo, en general eso produce mucho alivio, pues, ayuda a separar a la persona de su cuadro.
En caso de devolución e informe del cuadro psicopatológico, le dedico un buen tiempo a explicar sobre el mismo, en general eso produce mucho alivio, pues, ayuda a separar a la persona de su cuadro
¿Qué enfoque o enfoques elegiste para trabajar y por qué?
Básicamente trabajo dentro de los modelos cognitivos conductuales. Pero para ser más exacta, trabajo con las terapias basadas en la evidencia, preferentemente aquellas que tienen el estatus de “Bien establecidas” Entonces, dependiendo del cuadro o trastorno, elijo el tratamiento más adecuado. El porqué obedece a mi inclinación a trabajar con lo que se a investigado que funciona, creo que es una postura por sobre todo ética en nuestro trabajo, aunque la ciencia no es perfecta, creo que es lo mejor que tenemos hasta ahora. Eso me obliga a entrenarme y estudiar siempre, pues cada año se perfeccionan tratamientos, se crean nuevos, las listas de terapias disponibles es bastante móvil, y ¡Eso es bueno! No nos aburrimos nunca.
En tu opinión, hay algún factor específico que ayude a la mejoría de la mayoría de los pacientes (en el terapeuta y/o el paciente), ¿cuál?
Creo que los factores comunes (alianza terapéutica, empatía, validación, etc.) son los cimientos que construyen el contexto propicio para que se pueda trabajar con los factores específicos (modelos de intervención y técnicas específicas) sin los cuales tampoco podríamos obtener los resultados deseados. Pero si vamos a hablar de un factor básico, esa es nuestra persona, el terapeuta es el que se presenta con toda su humanidad, su calidad como ser humano y como técnico.
Cuáles crees que son las habilidades más importantes que debe tener un terapeuta.
Las habilidades más importantes creo que empiezan con nuestros propios pensamientos y prejuicios. Para ser un buen terapeuta debemos pensar de una manera poco corriente, teniendo la habilidad de ver las cosas desde varios puntos de vista, siempre haciendo el análisis funcional de las situaciones, lo que consideramos como “verdad, lo bueno, lo malo, lo que está bien” no debe permear en nuestra relación con el paciente. Nuestros ojos y mente están puestos en el otro, viendo lo que al otro le funciona o no. Eso considero fantástico, pues cuanto menos prejuicios tenemos nos volvemos más tolerantes y aceptamos mejor las diferencias que nos toca vivir.
Si vamos a hablar de un factor básico, esa es nuestra persona, el terapeuta es el que se presenta con toda su humanidad, su calidad como ser humano y como técnico.
¿Cuál/s es el mejor libro sobre psicología o terapia que hayas leído?
El mejor, o los mejores para mí, sin lugar a dudas son los de de David Barlow, Psicopatología, y el Manual Clínico de Trastornos Psicológicos. Considero un compendio bastante amplio de la información sobre los trastornos mentales y sus tratamientos.
¿Qué libro o investigación estás leyendo actualmente?
Actualmente estoy leyendo y profundizando sobre los tratamientos para los cuadros de “sobre control” (trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad, perfeccionismo, anorexia nerviosa, y depresión crónica) que manifiestan algunas veces síntomas antagónicos al trastorno límite de la personalidad y algunos, como el TOCP todavía no tienen tratamiento bien establecido, el libro Radically Open, Dialectical Behavior Therapy, de Thomas Lynch, me está ayudando mucho a entender y tratar a pacientes con esos cuadros. En lecturas de papers, ahora estoy dentro de un proyecto de investigación sobre el rol de la conciencia, componente esencial del mindfulness, y el efecto de sus otros componentes dentro de la regulación emocional y los cuadros psicopatológicos.
¿Qué haces para evitar el burnout en tu trabajo o cuando atiendes a un paciente “difícil”?
En el trabajo clínico es muy importante cuidar nuestra propia salud mental, y los que realizamos esta tarea sabemos lo cansador que puede resultar atender un promedio de 7 u 8 pacientes por día. Entonces, mantener ciertas reglas es importante para mí, como dormir suficientemente, comer en horarios regulares, mantener una rutina de horarios para consultas (anteriormente me permitía ir hasta muy tarde, tipo hasta las 19 horas atendiendo, empezando las 9) Luego tener “mis momentos” de relajación, meditar, estar con mi familia y amigos. Mi marido también es psicoterapeuta entonces sabemos de lo importante que es tomarnos un tiempo y tratamos de viajar unos días cada tanto.
El trabajo de David Barlow me fascina, además de los grandes creadores contemporáneos, M. Linehan, S. Hayes, entre otros
¿Cual es el psicólogo/investigador o académico que más admiras?
¡Es difícil decidir por uno solo! De los que marcaron en la historia de la psicología por supuesto que a A. Beck, A. Ellis, y B. Skinner, actualmente el trabajo de David Barlow me fascina, además de los grandes creadores contemporáneos, M. Linehan, S. Hayes, entre otros.
En tu opinión, ¿cuál es el mayor obstáculo que afronta la psicología?
Para mí el mayor obstáculo es que la formación no es estrictamente científica. Eso se ve más acentuado en Latinoamérica y genera diversidad de criterios en el momento de aceptar algo como dentro de la disciplina, entonces ocurre que tenemos a clínicos ejerciendo desde las pseudociencias sin ninguna dificultad. Eso considero que nos debilita en el momento de posicionarnos como profesionales ante la comunidad.
¿Qué le recomiendas a los psicólogos que recién inician?
En primer lugar les recomiendo que sean muy comprometidos con su formación académica. Que desarrollen criterios de calidad científica en el momento de tomar un curso o un posgrado, que sean muy curiosos y se mantengan así ¡Toda la vida!, pues esta profesión es compleja, difícil, y demanda mucho de nosotros, desde lo intelectual, académico y personal.
El conocimiento es el que les va a dar las herramientas para VER la realidad del paciente, para COMPRENDER el cuadro que presentan y a TRATAR adecuadamente.