Olivia Farnsworth es una niña de 7 años que no siente dolor, hambre ni sueño debido a una alteración genética por la supresión del cromosoma 6p. La analgesia congénita (ausencia de dolor) es muy conocida, pero el caso de Olivia es, actualmente, único en el mundo pues una misma persona experimenta los tres síntomas mencionados. Los doctores la llaman “la niña biónica.”
Sin necesidad de hacer estudios muy profundos, podemos descubrir que éste desorden puede ser muy peligroso para la salud de la persona. La alimentación es fundamental para el crecimiento y desarrollo tanto físico como psíquico. El sueño es un proceso de vital importancia para el ser humano. Los científicos han determinado que el hombre puede pasar sólo diez días sin dormir, antes de morir por su carencia. Sentir dolor es un mecanismo que utiliza el cuerpo para hacernos saber que algo es malo, que nos lastima o perjudica en alguna medida. Por medio del dolor nuestro cuerpo nos informa que hay algo en él que necesita atención a la vez que nos enseña que no es bueno repetir aquellas experiencias.
La madre de Olivia cuenta que cuando la niña tenía solo unos pocos meses de edad no lloraba por ningún motivo y a la edad de nueve meses dejó de dormir siestas durante el día. De pequeña, fue atropellada por un auto que la arrastró varios metros, después de lo cual ella simplemente se levantó, caminó hacia su mamá y no expresó dolor alguno. Actualmente toma una serie de medicinas para dormir y actúa con relativa normalidad, pero sus padres se preocupan por su falta congénita de sentimiento de peligro. Su madre informa que, en general, Olivia es una niña feliz pero puede sufrir de brotes violentos.
Fuente: Medciencia; Daily Mail