Cuando nuestra nariz pierde agudeza, nuestra salud mental también suele resentirse. La disminución del olfato se asocia a un empeoramiento de la memoria, la cognición y el bienestar general, así como a la demencia y la depresión.
“Nuestro cerebro necesita mucha estimulación olfativa para mantener su salud”, afirmó Michael Leon, profesor emérito de neurobiología de la Universidad de California, campus Irvine.
El artículo menciona estudios que sugieren que el entrenamiento olfativo podría mejorar la salud mental. Además, incluye algunos ejercicios breves para mejorar la capacidad olfativa. Puedes leer el artículo completo en The New York Times.