Evangelina Himitian escribió un notable artículo en el diario La Nación, que presenta las particularidades de los divorcios en la era de pandemia y las causas más frecuentes:
La relación de Juana y Manuel no atravesaba su mejor momento antes de la cuarentena, después de 16 años juntos y con dos hijos de 9 y 7 años. Pero la convivencia forzada 24 por 7 terminó de darle el golpe final. Se acabaron la tolerancia, la paciencia y las risas. “Nos mató la convivencia. Jamás habíamos pasado tantas horas del día juntos. Y tampoco somos los mismos que antes. Tener que trabajar, atender la casa, a los chicos, sin ayuda, ayudarlos con los Zoom, trabajar y sobrevivir fue demasiado. Después de casi dos meses de no hablarnos, hace dos semanas tuvimos una mediación y acordamos los términos de la convivencia hasta que termine la pandemia y podamos separarnos“, cuenta Juana, que es gerenta de marketing de una empresa alimentaria.
No es que no puedan divorciarse vía Zoom, como lo han hecho muchas parejas en este tiempo. Es que ahora es complicado resolver si venden la casa. Están trabajando con sus abogados en un exhaustivo pacto de convivencia, que indica quién tiene que hacerse cargo de cada cosa. Desde cocinar, las compras, conectarse a los Zoom con los chicos y hasta quién duerme en cada habitación. “Nos pusimos de acuerdo en dejar de pelear y eso ya es un montón. La mayoría de las cosas que figuran en el acuerdo, durante estos meses caían sobre mí. Fue demasiado”, cuenta Juana.