Las benzodiacepinas (como el lorazepam, alprazolam y clonazepam) son ampliamente utilizadas en el tratamiento de trastornos de ansiedad e insomnio. Sin embargo, su uso prolongado y discontinuación pueden tener efectos que van mucho más allá de los conocidos síntomas de abstinencia. Una nueva investigación publicada en 2023 en la revista PLOS ONE revela que estos efectos pueden durar meses o incluso años, afectando significativamente la calidad de vida de las personas.
Reconociendo los efectos persistentes: BIND
Aunque no es nuevo el reporte de síntomas persistentes tras la discontinuación de las benzodiacepinas, la investigación actual introduce el término Disfunción Neurológica Inducida por Benzodiacepinas (BIND) para describir un conjunto de síntomas prolongados que no deben confundirse con el síndrome de abstinencia o con los síntomas iniciales para los cuales se prescribió el tratamiento.
Un antecedente clave es un estudio realizado en 1987 con 50 pacientes, que reportó síntomas persistentes meses o años después de suspender el uso de benzodiacepinas. A pesar de estos hallazgos, no se ha reconocido clínicamente esta condición, lo que lleva a que estos síntomas se atribuyan erróneamente al retorno del problema original.
La investigación más grande a la fecha
La investigación publicada en PLOS ONE se basó en una encuesta realizada a 1,207 usuarios de benzodiacepinas, convirtiéndola en la más grande hasta ahora. El objetivo fue describir y cuantificar las consecuencias en la vida de las personas asociadas con los síntomas prolongados. Los participantes reportaron lo siguiente:
- Ansiedad, nerviosismo o miedo: 88.1%.
- Problemas de sueño: 86.9%.
- Baja energía: 86.2%.
- Dificultad para concentrarse: 85.3%.
El 76.6% de los encuestados indicó que estos síntomas persistieron por meses o más de un año tras la suspensión completa de las benzodiacepinas. Más de la mitad (54.7%) reportó haber experimentado 17 de los 23 síntomas evaluados.
Impacto en la vida de los pacientes
Además de los síntomas físicos y psicológicos, el estudio documentó un impacto significativo en la calidad de vida de los participantes:
- Daños en el matrimonio y relaciones personales: 56.8%.
- Pensamientos suicidas o intentos de suicidio: 54.4%.
- Pérdida del empleo o incapacidad para trabajar: 46.8%.
- Incremento en los costos médicos: 40.9%.
- Reducción de ingresos por incapacidad laboral: 32.6%.
- Pérdida de ahorros o fondos de jubilación: 26.7%.
- Pensamientos violentos o conductas violentas hacia otros: 23.5%.
- Pérdida del hogar: 12.6%.
- Pérdida de un negocio: 8.4%.
- Pérdida de la custodia de hijos: 2.6%.
Diferencias con el síndrome de abstinencia aguda
A diferencia del síndrome de abstinencia aguda, que generalmente se resuelve en semanas o meses, los síntomas de BIND no están relacionados directamente con el uso reciente del medicamento. De hecho, pueden surgir de novo (nuevos y no presentes antes del tratamiento) y mantenerse mucho tiempo después de la discontinuación.
Un llamado a la acción
El reconocimiento de BIND como una entidad clínica es crucial para mejorar la comprensión y el manejo de estos síntomas. La falta de diagnóstico y tratamiento adecuado puede llevar a una prolongación innecesaria del sufrimiento.
Entre las prioridades identificadas en la investigación están:
- Educación para los médicos: Los profesionales de la salud deben estar mejor preparados para identificar estos síntomas y diferenciarlos de otras condiciones.
- Desarrollo de protocolos de tratamiento: No existen actualmente estrategias específicas para manejar BIND, lo que subraya la necesidad de enfoques individualizados.
- Más investigación científica: Es necesario profundizar en los mecanismos subyacentes de BIND, sus factores de riesgo y las posibles intervenciones terapéuticas.
Conclusión
El uso de benzodiacepinas puede tener implicaciones duraderas que afectan gravemente la calidad de vida de los pacientes. Este nuevo estudio resalta la urgencia de reconocer y abordar los efectos prolongados asociados con estos medicamentos. Si bien las benzodiacepinas son herramientas útiles en ciertas circunstancias, su manejo requiere un enfoque cauteloso, informado para minimizar los riesgos a largo plazo. Los médicos deben informar a los pacientes de estos riesgos con minuciosidad y en lo posible buscar alternativas efectivas de tratamiento. Creo que el riesgo de usar benzodiacepinas es muy grande y solo en situaciones muy específicas debe contemplarse su uso.
Para quienes experimentan síntomas persistentes, buscar apoyo médico especializado y considerar una reducción gradual supervisada pueden ser pasos esenciales hacia la recuperación. Pero nunca hagas esto solo. Busca ayuda profesional y habla con apertura de tus preocupaciones y síntomas.
Referencia: Ritvo, A. D., Foster, D. E., Huff, C., Finlayson, A. J. R., Silvernail, B., & Martin, P. R. (2023). Long-term consequences of benzodiazepine-induced neurological dysfunction: A survey. PLOS ONE, 18(6), e0285584. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0285584