Isaac Rosa para eldiario.es:
Pues no. No tienes el “síndrome de la cabaña”. No existe tal cosa, ninguna patología tipificada bajo ese nombre. Es un invento, una tontada simpática, pura psicología de suplemento dominical, el enésimo intento por patologizar todo lo que nos pasa, para a continuación venderte consejos, terapias o pastillas. Como el síndrome postvacacional, el bajonazo ese que te da todos los años cuando tienes que volver al curro y que también merece cada septiembre reportajes y consejos psicológicos.
No quieres salir de casa, porque sabes que en cuanto salgas empezará a correr el reloj. Ese mismo reloj que iba desesperadamente lento durante las semanas de encierro absoluto. “No tengo tiempo”, “No me da la vida”, eran tus frases más repetidas antes, ¿te acuerdas? Y ahora has tenido todo el tiempo del mundo. Incluso trabajando te ha sobrado tiempo, desaparecidas todas esas otras obligaciones que acortaban las semanas. Si tienes niños ellos marcan un tiempo propio, pero has pasado más horas con ellos en dos meses de las que pasarías en todo un año. Hay convivencias que se han resentido, quizás ya venían heridas de antes; pero también hay muchas familias que se han reencontrado durante el confinamiento, y se han querido más y cuidado mejor.
Los psicólogos tenemos que tener cuidado a la hora de patologizar todo. No querer volver al ritmo desenfrenado de antes no es un problema psicológico, es reconocer que la vida que llevábamos no iba del todo bien y que quizás es necesario reflexionar sobre qué vida queremos llevar de aquí en adelante. Para muchas personas la cuarentena no ha sido del todo mala. Claro, nos limitó en muchas cosas, pero también nos dio un espacio para tomar las cosas a nuestro propio ritmo.