Durante la cuarentena millones de personas empezaron a trabajar en modalidad en línea. Todas las reuniones, clases, terapias, actividades religiosas, celebraciones, momentos recreativos y encuentros entre amigos se realizaban por medio de una pantalla. Esta novedosa experiencia emocionó a las personas y rápidamente encontraron los beneficios de las sesiones en línea: no más tráfico en el auto, ni levantarse temprano para ir al trabajo, ahorro de recursos, etc. Pero a medida que pasaban las semanas empezaron a sentirse más exhaustos que cuando trabajaban presencialmente y viajaban a su trabajo. ¿Cómo es esto posible?
Los comentarios sobre la fatiga por Zoom (la plataforma de videoconferencia más popular del momento) se propagaron por todas partes y los investigadores también vivieron ese cansancio en carne propia. Así que decidieron investigar qué generaba este cansancio y cómo se puede prevenir. Para ello evaluaron a 55 personas que trabajaban por medio de videoconferencias en diferentes ámbitos y los encuestaron durante cinco días de trabajo consecutivos para conocer cómo se sentían al terminar su jornada de trabajo. Al finalizar la evaluación encontraron que más del 92% de los participantes reportó signos de fatiga por videoconferencia. Los resultados están disponibles en la revista Journal of Applied Psychology.
Andrew A. Bennett, coautor del estudio, explicó así los resultados: “El principal hallazgo es que sentirse cansado después de estas videoconferencias es algo real. Si ha experimentado esto, no está solo y no lo está imaginando. Ahora tenemos algunos datos científicos sólidos para respaldar este fenómeno: más del 92% de los participantes en este estudio reconocieron sentirse fatigados y cansados después de una videoconferencia”.
La investigación también ofrece datos muy interesantes que explican por qué nos sentimos más agotados:
- La fatiga por videoconferencia aumenta cuando las reuniones están programadas después del mediodía y temprano en la noche.
- La fatiga incrementa cuando hay que tener la cámara encendida porque las personas tienen que mantener la atención durante largos periodos de tiempo, a diferencia de las reuniones presenciales en las que podemos tomar pequeñas pausas simplemente al mirar a otro lugar. En las videoconferencias las personas se sienten que están expuestas todo el tiempo y las hace más cuidadosas de sus movimientos y atención.
- La fatiga también se relacionó con el esfuerzo extra que tienen que hacer las personas para entablar una conexión social con los demás participantes. Las videoconferencias suelen ser bastante impersonales, por lo tanto las personas intentan ser más efusivas y usan un tono de voz más alto, todo contribuye al cansancio que experimentamos los que trabajamos en línea.
¿Qué podemos hacer para disminuir el agotamiento relacionado con las videoconferencias? La investigación provee tres recomendaciones bastante simples que pueden mejorar tu día de trabajo en línea:
- Intenta programar las reuniones en línea cerca del mediodía y evita agendar reuniones en la tarde cuando las personas están fatigadas. Cerca del mediodía es cuando las personas están con más energía y dispuestas a participar en las videoconferencias.
- Activa el silencio en las conferencias por internet. Parece una recomendación muy tonta, pero realmente ayuda a reducir las distracciones y mejorar el rendimiento. En Zoom puedes habilitar el micrófono al mantener apretada la tecla espacio. Es una técnica útil para interrumpir menos y que no se escuchen ruidos innecesarios.
- Sentirte parte del grupo realmente importa. Los hallazgos de esta investigación muestran que las personas sienten menos fatiga cuando tienen un sentido de pertenencia con el grupo de la videoconferencia. Intenta encontrar formas de mantenerte conectado con las personas y hacer conexiones para que puedas sentirte parte del grupo.
- Toma pausas entre las reuniones. Está demostrado que una pausa breve, incluso de 1 minuto, puede reducir significativamente la fatiga. Considera pararte, caminar un poco, tomar agua y volver a tu escritorio para reanudar tu trabajo.
Todavía no se sabe cuáles serán los efectos a largo plazo de la fatiga por videoconferencia. Esta investigación se realizó en abril del 2020 y se necesita un seguimiento que contraste estos resultados con los de este año (2021) y permita así conocer qué factores mantuvieron o redujeron la fatiga de las personas a largo plazo.
La videoconferencia no es una tecnología nueva. Muchos la usábamos antes de la pandemia, pero una cosa es tener una reunión en línea una vez a la semana, y otra muy distinta es pasar casi toda la jornada laboral al frente de una pantalla. Por lo tanto, las políticas y leyes laborales deben considerar y ser explícitas en las regulaciones que se deben utilizar para cuidar a los trabajadores.
Fuente: PsyPost
Referencia bibliográfica: Bennett, A. A., Campion, E. D., Keeler, K. R. & Keener, S. K. (2021). Videoconference fatigue? Exploring changes in fatigue after videoconference meetings during COVID-19. The Journal of Applied Psychology, 106(3), 330-344. https://doi.org/10.1037/apl0000906