El temperamento, o la forma en que cada persona responde emocionalmente al medio ambiente, puede identificarse en bebés de hasta 4 meses de edad. Se mide mostrando a los bebés algunos juguetes simples, como un móvil con varios animales colgantes, y estudiando cómo reaccionan. Esta simple prueba ha demostrado de manera bastante consistente que los bebés que se sienten abrumados o angustiados emocionalmente en respuesta a un teléfono móvil colgante tienen más probabilidades de ser tímidos a medida que crecen (J. Kagan, 1997). Estos bebés son particularmente sensibles a cualquier tipo de cambio en el medio ambiente y pueden enojarse fácilmente incluso con las actividades más rutinarias, como un timbre que suena o el cambiar un pañal. Por el contrario, los bebés que reaccionan positivamente a estos cambios, o no reaccionan en absoluto, son los que tienen más probabilidades de llegar a ser muy sociables cuando son niños en edad preescolar.
Sorprendentemente, esta relación va más allá de la primera infancia, y las respuestas de los bebés al móvil a los 4 meses de edad predicen cuán tímidos o sociales serán en la adolescencia (Jerome Kagan et al., 2007). Las diferencias entre niños tímidos y extrovertidos en edad preescolar incluso se pueden ver en su biología y en el cerebro (Barker, Reeb-Sutherland, & Fox, 2014) (Rubin, Coplan, Fox, & Calkins, 1995) (Cole, Zahn-Waxler, Fox, Usher, & Welsh, 1996), lo que sugiere que la timidez tiene una base biológica fuerte y podría ser parte de la personalidad de un individuo desde muy temprano en la vida.
El temperamento no está grabado en piedra
El temperamento de un niño puede cambiar, y las reacciones negativas de los bebés a nuevas personas, objetos y situaciones pueden volverse menos extremas con el tiempo. Además de eso, no hay nada de malo en ser un poco tímido. Muchos niños necesitan algo de tiempo para adaptarse a su entorno antes de estar listos para saltar y unirse a la diversión (Thomas, Chess, & Birch, 1970). Sin embargo, vale la pena señalar que hay un subconjunto de bebés, alrededor del 10-15%, que son extremadamente sensibles. Estos son los que corren mayor riesgo de desarrollar timidez, y una parte de ellos (alrededor del 40%) podría incluso desarrollar ansiedad social más adelante en la vida (Fox & Helfinstein, 2013).
Hay intervenciones disponibles para ayudar a evitar que estos niños desarrollen problemas de ansiedad social. Además de eso, la crianza con apoyo realmente puede ayudar. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que el riesgo de un bebé de ser tímido disminuye significativamente cuando tienen madres que son sensibles y responden adecuadamente a las necesidades del niño. Entonces, incluso para los bebés que se angustian fácilmente cuando se les presentan situaciones nuevas o desafiantes, tener un padre o madre que responda a sus necesidades puede actuar como un amortiguador contra el desarrollo de la timidez o la ansiedad social (Penela, Henderson, Hane, Ghera, & Fox, 2012).
Del mismo modo, la crianza de los hijos puede desempeñar un papel en cómo los niños tímidos y extrovertidos desarrollan un sentido de moralidad o conciencia durante la infancia. Por ejemplo, los niños que son tímidos o propensos a sentirse ansiosos probablemente se angustien fácilmente cuando son reprendidos por violar las reglas. Como resultado, solo necesitan (y responden bien) a formas suaves de disciplina, ya que fácilmente se sienten culpables por sus transgresiones. Los niños que son mucho más extrovertidos o intrépidos no siempre responden a una disciplina suave y requieren un poco más de atención cuando rompen las reglas, ya que no se sienten ansiosos por sí solos (Kochanska, Clark, & Goldman, 1997)
En conjunto, las investigaciones sugieren que desde muy temprano en la vida se puede desarrollar una personalidad tímida o extrovertida y esto tiene una base biológica sólida. Pero anatomía no es igual destino, por lo que ante un niño sensible a los cambios en el entorno, una crianza igualmente sensible que le permita adaptarse a cosas nuevas a su propio ritmo podría ser de gran ayuda para evitar el futuro desarrollo de miedo o ansiedad social futuros.
Y aunque la timidez tiene una fuerte base biológica, no hay garantía de que los hermanos tengan exactamente el mismo temperamento. Es muy posible que un hijo sea tímido y ansioso, y su hermano sea revoltoso e intrépido. Si ese es el caso, es importante recordar que ajustar el estilo de crianza para satisfacer las necesidades de cada niño es importante, y lo que funciona para un temperamento podría no funcionar tan bien para el otro.
Referencias bibliográficas:
Barker, T. V., Reeb-Sutherland, B. C., & Fox, N. A. (2014). Individual differences in fear potentiated startle in behaviorally inhibited children. Developmental Psychobiology, Vol. 56, pp. 133-141. https://doi.org/10.1002/dev.21096
Cole, P. M., Zahn-Waxler, C., Fox, N. A., Usher, B. A., & Welsh, J. D. (1996). Individual differences in emotion regulation and behavior problems in preschool children. Journal of Abnormal Psychology, 105(4), 518-529. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8952185
Fox, N. A., & Helfinstein, S. M. (2013). The Contribution of Temperament to the Study of Social Cognition. Navigating the Social World, pp. 49-53. https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780199890712.003.0010
Kagan, J. (1997). Temperament and the reactions to unfamiliarity. Child Development, 68(1), 139-143. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9084130
Kagan, J., Fox, N. A., Snidman, N., Kahn, V., Steinberg, L., & Towsley, S. (2007). The preservation of two infant temperaments into adolescence. Recuperado de https://books.google.com/books/about/The_preservation_of_two_infant_temperame.html?hl=&id=IT4mAQAAIAAJ
Kochanska, G., Clark, L. A., & Goldman, M. S. (1997). Implications of mothers’ personality for their parenting and their young children’s developmental outcomes. Journal of Personality, 65(2), 387-420. https://doi.org/10.1111/j.1467-6494.1997.tb00959.x
Penela, E. C., Henderson, H. A., Hane, A. A., Ghera, M. M., & Fox, N. A. (2012). Maternal Caregiving Moderates the Relation Between Temperamental Fear and Social Behavior with Peers. Infancy, Vol. 17, pp. 715-730. https://doi.org/10.1111/j.1532-7078.2012.00114.x
Rubin, K. H., Coplan, R. J., Fox, N. A., & Calkins, S. D. (1995). Emotionality, emotion regulation, and preschoolers’ social adaptation. Development and Psychopathology, Vol. 7, pp. 49-62. https://doi.org/10.1017/s0954579400006337
Thomas, A., Chess, S., & Birch, H. G. (1970). The Origin of Personality. Scientific American, Vol. 223, pp. 102-109. https://doi.org/10.1038/scientificamerican0870-102
Fuente: Psychology Today
1 comentario
Por lo tanto la timidez se hereda? El hecho de que los padres sobreprotejan a sus hijos no puede hacer que un niño sea más o menos tímido? Muchas veces es difícil diferenciar que características se hereden y cuales se aprenden, incluso siendo muy pequeños los niños.
Comentarios no permitidos.