La exposición al consumo de tabaco en el hogar durante la primera infancia podría influir en el desarrollo de conductas antisociales, problemas de conducta en el ambiente escolar y deserción a la edad de 12 años, según un estudio realizado por Linda Pagani, de la Escuela de Psicoeducación de la Universidad de Montreal.
La investigación conllevó un estudio longitudinal de un cohorte de nacimiento longitudinal de niños de Quebec nacidos entre 1997 y 1998. Cada año, padres de 1,035 niños informaron a los investigadores si alguien fumaba en casa cuando sus hijos tenían entre 1,5 y 7,5 años. A la edad de 12 años, los niños auto-reportaron un comportamiento antisocial y características académicas problemáticas.
la relación entre el consumo de tabaco en el hogar y el comportamiento antisocial en los niños se debe a los efectos negativos que esta exposición tiene en el cerebro
En general, el 60 por ciento de las familias informaron nunca haber estado expuestas al humo del tabaco, el 27 por ciento informó exposición intermitente y el 13 por ciento informó exposición crónica. El equipo de Pagani analizó los datos para identificar si existía un vínculo significativo entre la exposición temprana al tabaco en el hogar y los signos posteriores de comportamiento antisocial, esto se hizo eliminando la influencia de factores de confusión tales como la exposición al humo del tabaco, las drogas y el alcohol durante el embarazo, así como otras características parentales y familiares que podrían haber explicado el vínculo observado entre el humo temprano en el hogar y la posterior conducta antisocial infantil.
Según Pagani, la relación entre el consumo de tabaco en el hogar y el comportamiento antisocial en los niños se debe a los efectos negativos que esta exposición tiene en el cerebro. Estudios en animales han demostrado una repercusión tóxica en el crecimiento cerebral durante las primeras etapas de vida, que resultan crónicas y de gran vulnerabilidad a nivel orgánico.
Para Pagani, estos resultados son clave para alentar a las organizaciones y entidades encargadas a impulsar reglamentos y programas de educación para hacer conscientes a los padres sobre el riesgo de exponer a los niños al humo del tabaco.
“Los niños tienen muy poco control sobre la exposición al humo que se da en el hogar, el cual es considerado tóxico para el cerebro en un periodo en que este se encuentra en crecimiento exponencial”, explica Pagani, quien hace énfasis en que la detección de este tipo de factores de acción temprana e influencia a largo plazo representa un conocimiento prioritario para garantizar la salud individual y comunitaria.
Fuente: Science Daily