Hoy el mundo habla de las neurociencias como la disciplina que tiene la última palabra respecto a nuestra conducta. Pero lo que muchos no saben es que hay un movimiento creciente de académicos, investigadores, psicólogos y filósofos, preocupados por el neurocentrismo o excesivo uso de débiles teorías cerebrales para explicar la conducta humana.
Relacionado con esto, La revista Investigación y Ciencia ha publicado un completo análisis del escritor y filósofo español, Marcos Alfredo, sobre el estado actual y relevancia del los aportes de las neurociencias, el neurocentrismo y su similitud con el genocentrismo.
El artículo contiene varios argumentos dignos de analizar y debatir, y también hace mención a uno de los mejores libros que he leído sobre el neurocentrismo, se llama Brainwashed, y se los recomiendo a todos aquellos que quieran conocer examinar con más detenimiento que es lo que realmente pueden ofrecernos las neurociencias.
Un extracto del artículo:
“Para empezar, el intento de reducir todo lo humano al cerebro nos hace olvidar la complejidad del cuerpo en su conjunto, así como sus interacciones con el medio natural, social y cultural. Del mismo modo que para entender el funcionamiento de los genes hemos tenido que ir más allá de estos y llegar a la epigenética, probablemente debamos emprender estudios epicerebrales que, para comprender el funcionamiento del cerebro, acaben incluyendo al organismo y sus entornos. El genocentrismo conoce hoy horas bajas, y algo similar empieza a ocurrir con el cerebrocentrismo. El cerebro no percibe, ni piensa, ni decide, ni recuerda: todo eso lo hacen las personas. Por más que, evidentemente, estas lo logren gracias, entre otras cosas, a su cerebro.”