En los últimos años, y con las nuevas técnicas de neuroimágenes, se han descubierto funciones del cerebro, y localizaciones funcionales que hasta el momento se hipotetizaban, o se desconocían por ejemplo etiologías de patologías que suponían ser psicológicas, pero la neurociencia y los avances tecnológicos han permitido estudiar de un modo profundo la dinámica, y estructura de nuestro funcionamiento cerebral y evidenciar la dinámica neurocognitiva de algunos trastornos, y en especial, tema que desarrollare aquí, las emociones.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son respuestas, reacciones que todos los mamíferos experimentamos, dependen de varios sistemas cerebrales, los cuales están identificados. Esta reacción o respuesta emocional, se suscita ante determinados estímulos, que de acuerdo a nuestro desarrollo evolutivo y cerebral (homo sapiens sapiens), pueden ser estímulos internos, o bien, común a otros mamíferos, estímulos externos.
Las emociones básicas son alegría, tristeza, miedo, ira. Estas emociones, como mencionamos anteriormente, se desencadenan o gatillan ante estímulos específicos, pero también de acuerdo al modelado y la historia del individuo, pueden activarse con estímulos idiosincráticos, condicionados, aprendidos a lo largo de su historia evolutiva, ontogenia.
Los sentimientos es que tienden a ser más duraderos que las emociones, ya que dependen de otros sistemas cerebrales
Los sentimientos implican un procesamiento emocional, es decir, al activarse las emociones , las funciones cognitivas superiores que se hallan en la corteza cerebral, específicamente en este caso vamos a mencionar la corteza prefrontal, corteza temporal superior, occipital angular bilateral, procesan esas emociones, generando estados afectivos más duraderos, como el amor, la compasión, la lástima, el enojo. La característica de los sentimientos es que tienden a ser más duraderos que las emociones, ya que dependen de otros sistemas cerebrales, y son reforzados sistemáticamente en el caso del amor por ejemplo.
Las respuestas emocionales se relacionan con distintos sistemas cerebrales como se menciono anteriormente, entre ellos el sistema límbico, también llamado “segundo cerebro”. Este sistema, cuenta con más de quinientos millones de años de evolución, el cual nos ha permitido sobrevivir en diferentes ambientes, adaptarnos, y seguir evolucionando como especie. Este sistema se encuentra presente en los mamíferos, como primates, ballenas, delfines, etc.
Hace apenas cien mil años hemos desarrollado las funciones cognitivas superiores, incrementando el volumen de nuestro cerebro, en especifico agrandándose la corteza prefrontal que atañe a las funciones ejecutivas, como el auto monitoreo, el planeamiento, la flexibilidad y el control impulsivo, pero en sí, nuestra corteza es bastante nueva en relación con sistemas cerebrales más antiguos que poseemos.
Un sistema de tantos millones de años (límbico) ¿porque habría de cambiar o modificarse si nos ha permitido la supervivencia? Justamente la función de las emociones tiene que ver con esto, sobrevivir. Los problemas se producen cuando las emociones no se pueden regular, o se intentan controlar, o son procesadas de manera errónea y disfuncional por nuestros sistemas superiores, (nuevos en tiempos evolutivos), reforzando y reactivándolas constantemente, por ejemplo en los ataques de pánico, donde una respuesta de miedo que bien podría ser funcional por ejemplo al estar frente a un leopardo en la selva, ocurra al pensar o ver un animal o encontrarse dentro de un ascensor, y esa respuesta de miedo continúe, por feedback de sistemas superiores.
La activación emocional tiene varias manifestaciones, conductuales, fisiológicas, y cognitivas (atención, pensamientos), ya que nuestra corteza cerebral tiene conexiones neurales al sistema límbico, pero no tantas como desde el sistema límbico a corteza.
Una vez activadas las emociones, estas tienen un tiempo de duración si no son reforzadas, por ejemplo, el sistema de alarma (miedo), amigdalino, una vez activado por un estresor, y luego de retirar el estresor, las manifestaciones fisiológicas, conductuales y cognitivas duran aproximadamente 40 minutos hasta “apagarse” y disminuir actividad, volver al umbral normal de alarma normal.
La activación emocional tiene varias manifestaciones, conductuales, fisiológicas, y cognitivas
Pero si las emociones continúan…y perduran…
¿Cómo regularlas?
Justamente se hace referencia a la regulación, y no al control, ya que hay evidencia científica, que el hecho de intentar controlar (ejemplo: no permitir la manifestación de una emoción como la tristeza), con mecanismos evitativos, aumenta aun mas todavía la sensación displacentera, y la emoción intencionalmente evitada. Por lo que el término correcto y la operación a realizar es la de regulación. Como el volumen de una canción, la idea no es “apagar” las emociones, ya que son parte de nuestro cerebro, y como se menciono anteriormente , un cerebro muy antiguo, la tarea a realizar y lo más funcional es regularlas, en la analogía mencionada anteriormente, seria bajar el volumen de una canción, pero no apagarla, porque primeramente es imposible realizarlo, y segundo, seria disfuncional e iría en contra de la función del diseño de nuestro cerebro: La supervivencia, y el juicio para llegar a ella.
La aceptación y la conciencia de las emociones en el momento oportuno es la clave para la regulación
Hay numerosas técnicas de regulación emocional, cognitivas, y conductuales, citando una conductual, por ejemplo ante el aumento de la ansiedad producto de la activación de alarma amigdalino que puede gatillarse frente a un examen, un procedimiento que funciona para disminuir la ansiedad es la técnica o maniobra de valsalva, que reduce el ritmo cardíaco por medio de la activación del nervio vago, la técnica implica en contraer los músculos en especial los abdominales unos segundos y luego relajarlo, realizar esta operación varias veces y con los músculos de las piernas, y los brazos, tanto como la mandíbula, de esta manera se produce una reducción de la ansiedad, debido a que el sistema límbico “interpreta” que se ha realizado algo ante el estimulo de peligro , correr, huir, luchar, lo que serian conductas funcionales ante la activación de la señal de peligro.
Otras formas de regular este tipo de emociones es la respiración diafragmática, inhalando profundamente, reteniendo unos segundos el aire y exhalando, de esta manera, la amígdala tiende a desactivarse, parte del sistema de alarma, y la percepción de ansiedad disminuye. Pero la aceptación y la conciencia de las emociones en el momento oportuno es la clave para la regulación, optando por un repertorio conductual de respuesta diferente.
Justamente la corteza prefrontal tiene conexiones con el sistema límbico, y puede inhibir la activación de la respuesta de miedo o ansiedad. Hay que mencionar que el sistema límbico con respuestas automáticas es 300 milisegundos más rápido que incluyendo el procesamiento cortical, por eso a veces se automatizan y se jerarquizan respuestas automáticas.
El hecho de recordar situaciones placenteras, utilizar palabras estimulantes de ánimo placentero, ver imágenes de momentos de tranquilidad, de alegría, también genera una activación emocional de alegría o placer, regulando el sistema emocional. Otras áreas cerebrales implicadas en estas emociones son el cíngulo posterior y el precuneus.
También se ha verificado las técnicas de saturación de memoria corto plazo a partir de interrupciones a través de las manos y el seguimiento y nombramiento de dedos, esto más que regular una emoción permite reprocesarla, pero este tema no estaría dentro de la temática de la regulación, lo que si es conveniente reestructurar algunas vivencias para disminuir la probabilidad de activación emocional ante un estimulo condicionado por ejemplo.
La mindfulness, es un tipo de meditación con evidencia de cambios neurológicos que se utiliza mucho para la regulación emocional, consiste en centrarse en la respiración y aceptar las emociones, como los pensamientos, dejarlos fluir, sin juzgar ni intentar controlarlos.
Estudios recientes sugieren que aumenta la materia gris en la corteza prefrontal, y se promueve neurogénesis en el hipocampo. Es una práctica recomendada.
Conclusiones
Conocer cómo funciona nuestro cerebro, los sistemas subyacentes a las emociones, toma de decisiones, procesos cognitivos superiores, nos permiten avanzar en el camino de la regulación emocional, aplicar estos conocimientos y aplicarlos en diferentes áreas como la educación, el aprendizaje, los vínculos sociales. Esto es la neurociencia cognitiva aplicada, utilizar el conocimiento del cerebro y realizar operaciones concretas utilizables por todos. De nada sirve hablar del cerebro y conocer las partes, sino se brindan herramientas para modificar y solucionar problemas. La terapia neurocognitiva, justamente provee esos métodos y técnicas, que son para desarrollar más extensamente en otro tipo de presentación.
Referencias bibliográficas:
- Andrés, M. L., Castañeiras, C. E. y Richaud, M. C. (2014). Relaciones entre la personalidad y el bienestar emocional en niños. El rol de la regulación emocional. Panamerican Journal of Neuropshychology, Vol. 8, Nº 2
- Ellis, A. J., Vanderlind, M. W. y Beevers, C. G. (2013). Enhanced Anger Reactivity and Reduced Distress Tolerance in Major Depressive Disorder. Cognitive Therapy Research
- Giacomo, R; Craighero, L. “The Mirror neuron system”. Anuario de revista de Neurociencia.2004 27: 169-92
- Levav, M. “Neuropsicologia de la emoción” . Revista Argentina de Neuropsicologia 5. 2005.
- Linehan, Marsha. Manual de tratamiento de los trastornos de personalidad límite. Ed. Paidos America
- Roman, Nestor; “La terapia Neurocognitiva”. Fundacion Luciernaga.
- Ribero-Marulanda, S. y Vargas Gutiérrez, R. M. (2013). Análisis bibliométrico sobre el concepto de regulación emocional desde la aproximación cognitivoconductual: una mirada desde las fuentes y los autores más representativos. Psicología desde el Caribe, Vol. 30
- Keegan, E; Holas, P. como Cognitive-Behavior Therapy. Theory and Practice. En Carlstedt, R. (2010) Handbook of Integrative Clinical Psychology, Psychiatry and Behavioral Medicine. Perspectives, Practices and Research. New York. Springer. 605:630. Traducción Ariel Dalla Valle. Revisión técnica Eduardo Keegan
5 comentarios
Excelente artículo!
Gracias Nereyda!!
Gracias por compartir tu artículo, es muy importante el manejo de las emociones.
Gracias!!!
Excelente artículo, te felicito…
Comentarios no permitidos.