El síndrome del ovario poliquístico es una enfermedad que afecta a mujeres con niveles de hormonas desproporcionadamente elevados, causando que se presenten irregularidades en el organismo como problemas para quedar embarazada, aumento de vellosidad y acné, e incremento en el número de quistes en los ovarios.
Las causas de este síndrome se relacionan con cambios en los niveles hormonales que complican la liberación de óvulos maduros en las mujeres; el origen de la enfermedad no es del todo claro, aunque se sabe que las hormonas afectadas son los estrógenos, la progesterona y los andrógenos.
Datos de la Oficina de Salud para las Mujeres, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, indican que el síndrome de ovario poliquístico (abreviado SOP) afecta a una de cada 10 mujeres en edad reproductiva, además de ser una de las principales causas de infertilidad. Ahora bien, aunque muchas pacientes con SOP recurren a intervenciones médicas complejas y finalmente consiguen quedar en embarazo, investigadores de la Universidad de Cambridge sugieren que las mujeres con síndrome de ovario poliquístico podrían presentar mayores probabilidades de tener hijos con autismo, lo que daría inicio a un nuevo dilema moral en torno a qué tan recomendable es, para las pacientes con SOP, quedar embarazadas.
De acuerdo con el Dr. Rupert Payne, de la Universidad de Bristol, el autismo supone un impacto significativo en la calidad de vida de una persona, en este caso, de los niños y sus padres. “Muchas personas con austimo tienen necesidades especiales en el plano educativo, social y también en servicios de salud”, de modo que no se trata de algo que vaya a desaparecer gradualmente con los años, sino de una condición que permanecerá de por vida.
Los niños con autismo pueden sufrir mucho a causa de las dificultades que experimentan comúnmente para interactuar y comunicarse con los demás. Muchos presentan, además, problemas de aprendizaje, lenguaje e hipersensibilidad sensorial, lo que dificulta que puedan adaptarse eficazmente a un entorno social.
En el contexto del estudio realizado, los investigadores emplearon datos anónimos de una gran base de datos de registros de salud para analizar a 8,588 mujeres con SOP y sus primogénitos, en comparación con un grupo de 41,127 mujeres sin SOP. El equipo descubrió que, incluso después de tomar en cuenta otros factores (como problemas de salud mental materna o complicaciones durante el embarazo), las mujeres con SOP tenían un 2,3% de probabilidades de tener un hijo autista, en comparación con el 1,7% de madres sin SOP.
Los científicos señala que, si bien las probabilidades de tener un niño autista en mujeres con SOP es muy baja, el hecho de haber podido identificar esta relación proporciona una pista importante para comprender uno de los múltiples factores causales del autismo.
En palabras de Adriana Cherskov, encargada del análisis de datos durante la investigación, estos hallazgos son una pieza valiosa para sustentar la teoría de que el autismo no es causado únicamente por razones genéticas, sino que también juegan un papel importante las hormonas esteroides sexuales prenatales, entre ellas, la testosterona.