El sueño, su duración y calidad son de vital importancia para la salud mental y física, así como para el rendimiento que cada persona puede tener a lo largo de su día. No sólo influye en los estados de ánimo, sino que cuando se experimenta descanso deficiente, de poca duración, por un periodo prolongado, puede alcanzar un estado patológico. Naturalmente, existen factores con capacidad para perturbar el sueño y descanso, como son el estrés y la angustia vividos por cada sujeto. Hoy por hoy, al estrés cotidiano, su le suman las preocupaciones derivadas de la pandemia por coronavirus que abruma al mundo entero.
¿Por qué es importante?
Para hacer frente a virus, infecciones, enfermedades y afecciones de la salud física en general, nuestros cuerpos se valen de sistemas inmunológicos que trabajan en perfecta coordinación con las demás funciones vitales. Su correcto funcionamiento se halla estrechamente relacionado a un factor fundamental para los humanos: el sueño. El descanso que apareja el sueño contribuye significativamente a la capacidad de recuperación física (incluyendo la función inmune) y al bienestar psicológico (impacta, por ejemplo, en el estado de ánimo y la resistencia al estrés).
Investigadores han encontrado que, dentro de los grupos más afectados por problemas del sueño en virtud de la pandemia (ya sea sueño deficiente, de escasa calidad o insomnio), se hallan las personas que trabajan desde sus casas, y los profesionales sanitarios. Su suman a estos datos los resultados de un nuevo estudio según el cual las mujeres se han visto afectadas de forma más negativa que los hombres en cuanto al sueño en el contexto de la crisis por coronavirus (Barrett, 2020).
La profesora Deirdre Barrett, autora del estudio, ha dedicado parte de su carrera a estudiar el sueño en periodos de crísis, como fue el caso de los estadounidenses después del 11 de septiembre, los kuwaitíes después de la ocupación iraquí, e incluso estudió el sueño de personas en un campo de prisioneros de guerra nazi.
Metodología
Para su estudio, fue realizada una encuesta online entre el 23 de marzo y el 15 de julio. Se pidió a los 2.888 participantes que contaran sus sueños sobre la pandemia. La investigadora usó un programa de análisis de texto llamado “Investigación lingüística y conteo de palabras” para cuantificar seis temas de sueños: emociones positivas, emociones negativas, ansiedad, ira, tristeza, procesos biológicos, cuerpo, salud y muerte; y luego comparó los resultados con una base de datos de sueños de antes de la pandemia.
Hallazgos
Señala Barrett que la mayor diferencia entre los sueños pandémicos y prepandémicos fueron los temas relacionados con la muerte, que fueron tres veces más altos en los sueños pandémicos.
En cuanto a las diferencias por género, la autora encontró que:
- En general, las mujeres mostraron tasas significativamente más bajas de emociones positivas y niveles más altos de ansiedad, tristeza, ira y referencias a procesos biológicos, salud y muerte en sus sueños pandémicos en comparación con los sueños prepandémicos.
- Los sueños pandémicos de los hombres, por otro lado, mostraron niveles ligeramente más altos de emociones negativas, ansiedad y muerte que en los sueños prepandémicos, pero los efectos fueron menos pronunciados que para las mujeres.
Los sueños tanto de hombres como de mujeres reflejan mucho miedo y más referencias a la enfermedad y la muerte que en tiempos normales, explica la investigadora. Sin embargo, estos efectos son aún más pronunciados para las mujeres, que también tienen más tristeza, enojo y otros temas corporales desagradables que no son significativos para los hombres.
Señala también que el aumento de la ansiedad y las referencias a la muerte son similares a otras crisis que estudió con anterioridad, pero la enfermedad hace referencia más específica a la pandemia.
Limitaciones
Esta investigación contó con un análisis de datos internacionales, ni por períodos de tiempo dentro del lapso de la pandemia. Su encuesta continúa con el plan de ser utilizada para comparar emociones y temas desde el inicio, la mitad y el final de la pandemia.
Finalmente, la autora señala que ha podido observar que en los últimos tres meses los sueños han progresado desde representaciones aterradoras de la misteriosa nueva amenaza a la impaciencia con las restricciones a más miedo nuevamente a medida que el mundo comienza a reabrirse. A su vez, los sueños han comenzado a considerar cómo puede cambiar la sociedad.
Referencia bibliográfica: Barrett, D. (2020). Dreams about COVID-19 versus normative dreams: Trends by gender. En Dreaming (Vol. 30, Número 3, pp. 216-221). https://doi.org/10.1037/drm0000149
Fuente: Psypost