Conocí el trabajo de Mario Bunge en las clases de epistemología cuando cursaba la licenciatura en psicología. Desde entonces admiré su ímpetu para llevar a la ciencia donde más se necesita y no tener miedo a la hora de criticar los métodos pseudocientíficos que tanto daño hacen.
Hoy nos encontramos con la triste noticia de su muerte.
Patricia Fernández De Lis escribió en El País, un buen obituario:
El científico y filósofo argentino Marion Bunge ha muerto esta noche en un hospital de Montreal, ciudad en la que residía desde 1966, según han confirmado a EL PAÍS fuentes cercanas a la familia. Bunge es uno de los científicos hispanohablantes más citados de la historia y acababa de cumplir 100 años el pasado septiembre. Ha publicado medio millar de artículos y más de un centenar de libros, y fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y Comunicación en 1982 por la influencia internacional de su filosofía. También recibió más de una veintena de doctorados honoris causa, además de cuatro profesorados honorarios en universidades europeas y americanas. La familia no realizará ningún tipo de ceremonia, como era deseo del propio Bunge.
Mario Bunge fue uno de los críticos más férreos del psicoanálisis, aun cuando vivía en Argentina, uno de los países donde más psicoanalistas hay. Su lucha continuó hasta el final de sus días cuando se propuso criticar el pseudocientíficismo:
En un texto publicado en EL PAÍS en 2017 alertaba contra “el pseudocientificismo”, que consiste en “presentar pseudociencias como si fuesen ciencias auténticas porque exhiben algunos de los atributos de la ciencia, en particular el uso conspicuo de símbolos matemáticos, aunque carecen de sus propiedades esenciales, en especial la compatibilidad con el conocimiento anterior y la contrastabilidad empírica”.
Lee el artículo completo en el País.
El País, también ha publicado una serie de artículos en honor a Bunge que recomiendo leer:
Hasta siempre Mario de Serafín Senosiáin, editor de Mario Bunge:
Mario Bunge no solo era el filósofo en lengua castellana más importante de la actualidad, y la persona más inteligente que he conocido nunca, sino un hombre cabal, sencillo, cordial.
Adiós al profesor que buscó la bondad en la sabiduría, de Ignacio Morgado Bernal y Avelino Muleiro:
Nos deja un legado intelectual y humano impresionante, con la pena de que se haya ido precisamente cuando ya estaba a punto de aparecer en versión española su impresionante tratado de Filosofía en cinco tomos.
Ciudadano del mundo, amó profundamente a su país, Argentina, cuyas penalidades sufrió especialmente durante el peronismo en sus años jóvenes. Y no creemos equivocarnos si decimos que España fue también para él un país querido y de adopción. Le hubiera gustado jubilarse en el Mediterráneo, cuya luz adoraba, pero los avatares de la vida no se lo permitieron.
Ha estado trabajando como profesor emérito hasta casi el final de sus días, y creemos acertado decir que cuanto más ha profundizado en la naturaleza humana más ha querido acoplar ese conocimiento a la bondad y a la lucha por construir un mundo mejor, lejos de guerras e injusticias.