Thomas Szasz, quien es considerado el padre de la antipsiquiatría, murió a los 92 años en su casa en Manlius, Nueva York. Szasz era un psiquiatra cuyo libro en 1961, “The Myth of Mental Illnes” (El Mito de la Enfermedad Mental), cuestionó la legitimidad de su campo y proveyó el fundamento intelectual para generaciones de críticas, pacientes defensores y activistas antipsiquiatría, haciéndose enemigo de muchos de sus colegas doctores.
Murió después de una caída, dijo su hija la Dra. Margot Szasz Peters.
Nos pareció interesante traerte un breve resumen sobre quién era este hombre que llegó a tener mucha influencia en el mundo de la salud mental, y qué pensaba él con respecto al tratamiento psiquiátrico y las enfermedades mentales.
Críticas a la Psiquiatría
El Dr. Szasz publicó su crítica en un momento particularmente vulnerable para la psiquiatría. Con las teorías freudianas comenzando a caer en desgracia, el campo estaba tratando de volverse más orientado a la medicina y basado en lo empírico. Fresco en entrenamiento freudiano, el Dr. Szasz vió a la fundamentación médica de la psiquiatría como inestable en el mejor de los casos, y su libro golpeó, posicionando a la disciplina “en la compañía de la alquimia y la astrología.”
El libro se convirtió en la sensación dentro de los círculos de salud mental, así como una biblia para aquellos que se sentían mal atendidos por el sistema de salud mental.
El Dr. Szasz argumentó en contra del tratamiento coercitivo, como el confinamiento involuntario y el uso de diagnósticos psiquiátricos en la corte, llamando a ambas prácticas no científicas y no éticas. Rápidamente fue posicionado en la compañía de otros prominentes críticos de la psiquiatría, incluyendo al sociólogo canadiense Erving Goffman y el filósofo francés Michel Foucault.
Edward Shorter, el autor de “A History of Psychiatry: From the Era of the Asylum to the Age of Prozac” (1997, Una historia de la Psiquiatría: De la Era del Hospicio a la Era del Prozac), llamó al Dr. Szasz “el más grande de los intelectuales antipsiquiatría.”
“Juntos” agregó el, “intentaron con todas sus fuerzas mantener a la gente lejos de los tratamientos psiquiátricos sobre la base de que si los pacientes realmente no tenían enfermedades cerebrales, sus únicas dificultades reales ‘eran los problemas de la vida’.”
Este ataque tuvo algún mérito en los años ‘50, dice el Dr. Shorter, pero no después de esto, cuando el campo empezó a desarrollar más enfoques científicos.
Para los escépticos en la psiquiatría moderna, sin embargo, el Dr. Szasz fue una figura base. “No adherimos a todo, como su visión de que no hay tal cosa como la enfermedad mental” dice Vera Hassner Sharav, presidente y fundadora de “Alliance for Human Research Protection” (Alianza para la Protección de las Investigaciones Humanas) un grupo defensor de los pacientes y críticos del campo desde hace mucho tiempo. “Pero su mensaje de que la gente sea designada como enferma, etiquetada y luego alejada de la sociedad y presa de una industria dominada por las drogas – ahí es donde está su valor.” Luego de hacerse conocido, el Dr. Szasz solo avivó el el fuego. Desde su base en el departamento de psiquiatría de SUNY Upstate Medical University en Syracuse, escribió cientos de artículos y más de 30 libros, incluyendo “Ideology and Insanity: Essays on the Psychiatric Dehumanization of Man” (1970, Ideología y Locura: Ensayos sobre la Deshumanización Psiquiátrica del Hombre) y “Psychiatric Slavery: When Confinement and Coercion Masquerade as Cure” (1977, Esclavitud Psiquiátrica: Cuando el Confinamiento y la Coerción se Enmarcaran como Cura).
En 1969, en un movimiento que dañó su credibilidad incluso entre sus aliados, se unió a la Iglesia de Cientología para fundar la Citizens Commission on Human Rights (Comisión Ciudadana de Derechos Humanos), que retrata al campo como abusivo y regularmente realiza piquetes en las reuniones psiquiátricas.
El Dr. Szasz no era cientologista y tiempo después se distanció de la iglesia, pero compartió la mirada crítica de la religión hacia la psiquiatría. Sus provocaciones no le salieron gratis. En los años ‘60, las autoridades de salud mental de Nueva York, indignados por sus ataques al sistema estatal, bloquearon al Dr. Szasz para que no pudiera enseñar en un hospital estatal donde se entrenaban residentes, de acuerdo con dos ex colegas. El Dr. Szasz se enfureció pero tenía pocos recursos y su enseñanza había disminuido.
El Dr. Szasz se opuso a que la American Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría) ampliara los diagnósticos en su nuevo manual.
“Para que conste, diré que lo admiraba, incluso aunque puede que haya estado totalmente equivocado sobre la esquizofrenia,” dice el Dr. E. Fuller Torrey, fundador del Treatment Advocacy Center (Centro para la Defensa del Tratamiento), en Arlington, Virginia, que apoya leyes más fuertes para asegurar el tratamiento de individuos con trastornos mentales severos. “Pero hizo una gran contribución al asunto del uso incorrecto de la psiquiatría. Su mensaje es importante hoy.”
Breve biografía
Thomas Stephen Szasz nació en Budapest el 15 de Abril de 1920, es el segundo hijo de Julius Szasz, un abogado y Lily Wellisch. La familia se mudó a Cincinnati en 1938, donde el niño se convirtió en un estudiante estrella. Obtuvo un título de grado en física de la Universidad de Cincinnati y se graduó en la escuela de medicina de la misma universidad en 1944.
Luego de ser interno y residente, se matriculó en el Chicago Institute for Psychoanalysis (Instituto de Psicoanálisis de Chicago), obteniendo su diploma en 1950. Trabajó en el Instituto de Chicago y sirvió en la Reserva Naval de los Estados Unidos antes de unirse a la facultad de SUNY Upstate.
Su esposa, Rosine, murió en 1971. A parte de su hija, la Dra. Peters, le sobreviven otra hija, Suzy Szasz Palmer; un hermano, George y un nieto.
El Dr. Szasz fue muy buscado como orador y presentado con docenas de premios nacionales e internacionales. Hasta el final de su vida continuó discutiendo la psicoterapia, práctica para la que fue entrenado y de la que se hizo escéptico.
“La meta es asumir más responsabilidad y por lo tanto, ganar más libertad y más control sobre tu propia vida,” dijo sobre la terapia en una entrevista en el año 2000 con el sitio Web Psychotherapy.net. “La cuestión o las preguntas para el paciente se convierten en hasta qué punto está dispuesto a reconocer sus evasiones de responsabilidad, a menudo llamadas ‘síntomas’.”
Fuente: The New York Times
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