La meditación ha sido reconocida antes como una alternativa altamente beneficiosa para el tratamiento de la ansiedad y el estrés en la población general.
Ahora, investigadores de la University College London han encontrado una utilidad adicional en el mindfulness que podría ayudar a las personas con problemas de alcoholismo a reducir conciente y eficazmente el consumo de licor.
Luego de una sesión de meditación de 11 minutos realizada con un grupo de bebedores avanzados, se encontró que las personas que practicaron las técnicas de relajación aprendidas tuvo un consumo de 9.3 unidades de alcohol menos que la semana antes de conocer las técnicas de mindfulness. Esto equivale a 3 pintas de cerveza a la semana, lo que podría traducirse, en un calendario de consumo constante, en una importante reducción de aproximadamente 12 pintas de cerveza al mes.
De acuerdo con Sunjeev Kamboj, autor principal del estudio y miembro de la Unidad Psicofarmacológica de la University College London, el mindfulness es un excelente recurso porque ayuda a las personas a ser más concientes de sus impulsos, lo que les permite “traer la intención de vuelta a la ecuación” en lugar de responder automáticamente consumiendo alcohol para calmar el deseo.
Además, la práctica del mindfulness abre las puertas a un despertar de sensaciones corporales que ayuda a las personas a reconocer sus señales internas y poder incluso identificar el nacimiento de un impulso de consumo antes de que este tome fuerza. En el estudio, se dijo a los bebedores que si notaban algún tipo de sensación corporal eran perfectamente capaces de tolerarla como un evento temporal sin necesidad de tomar alguna acción concreta, esto facilitó que los individuos se programaran mentalmente para una mejor resistencia y comprensión de lo que podía ocurrir en un momento dado.
Beber alcohol de forma excesiva puede generar graves problemas de salud física y mental, incluyendo cáncer, depresión y demencia
Lo general es que los tratamientos que utilizan mindfulness como herramienta de apoyo tengan una duración de varias horas a la semana, sin embargo, se sabe que la calidad de la atención prestada en cada sesión es lo que determina la eficacia del método. En este caso, los investigadores observadon que una intervención breve de 11 minutos puede generar beneficios importantes para las personas con problemas de consumo de alcohol, lo que sugiere que practicar mindfulness de forma adecuado durante un periodo de tiempo breve podría aportar las mismas ventajas que hacerlo durante espacios prolongados.
Un punto importante del estudio es que los participantes no sabían qué tipo de intervención se les estaba aplicando exactamente. La palabra mindfulness no fue utilizada en ningún momento con el fin de evitar que posibles nociones preconcebidas de la técnica influyeran en los resultados de la prueba.
Los investigadores buscan ahora la forma de aplicar el mindfulness a las personas con problemas de abuso de sustancias.
Fuente: Medical Daily; International Journal of Neuropsychopharmacology