La Organización Mundial de la salud explica que cuanto más alta es la tensión arterial de una persona, mayor es el esfuerzo que debe realizar el corazón para bombear. La problemática más grave está dada por el hecho de que la mayoría de las personas que sufren de esta condición no tienen síntomas, pero si no es controlada, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, insuficiencia cardiaca
¿Por qué es importante? Investigaciones han encontrado que cerca del 30% de las personas con hipertensión u otros problemas cardiovasculares tienen depresión comórbida, y puede promover el desarrollo de demencia. Las personas con ambos trastornos tienen peores índices de mortalidad, una calidad de vida más pobre y necesitan más servicios de atención médica. Prevenir el desarrollo de depresión en personas con hipertensión y enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares es primordial, así como una reevaluación de las intervenciones y tratamientos utilizados para abordar estas condiciones.
Una investigación reciente encontró que los adultos que toman medicamentos para la presión arterial no tienen un mayor riesgo de depresión. De hecho, nueve de los 41 medicamentos evaluados en el estudio se asociaron con una menor incidencia de depresión (Kessing et al., 2020).
Los medicamentos que protegieron contra la depresión fueron amlodipino, atenolol, bisoprolol, carvedilol, enalapril, propranolol, ramipril, verapamilo y combinaciones de verapamilo.
Metodología: los investigadores usaron datos del registro de salud danés para evaluar la incidencia de depresión y el uso de medicamentos antihipertensivos entre todos los adultos daneses que no tenían antecedentes de depresión durante un período de 10 años a partir de enero de 2005.
Los participantes fueron divididos en grupos según el número de prescripciones antihipertensivas que recibieron durante el período de estudio. El estudio abarcó 41 medicamentos antihipertensivos en cuatro clases de medicamentos: agentes angiotensina, antagonistas del calcio, betabloqueantes y diuréticos.
Hallazgos: a partir del estudio de los datos, los autores encontraron que las personas a quienes nunca se les había recetado un antihipertensivo tenían un riesgo de depresión de entre un 40% y un 50% menor en comparación con aquellos que habían recibido tales recetas. Sin embargo, entre los adultos que tomaron antihipertensivos, la cantidad de medicamento utilizado no afectó el riesgo de depresión respecto de ninguno de los 41 medicamentos analizados. Y, de hecho, para 9 de esos medicamentos el uso prolongado se asoció con tasas reducidas de depresión.
Señala la investigación que los medicamentos asociados con depresión reducida incluyeron dos agentes angiotensina (enalapril y ramipril), tres antagonistas del calcio (amlodipina, verapamilo y combinación de verapamilo) y cuatro betabloqueantes (propranolol, atenolol, bisoprolol y carvedilol); ningún diurético se asoció con un riesgo reducido de depresión.
Estos datos sugieren un posible efecto positivo del uso continuo de nueve agentes antihipertensivos individuales, señalan investigadores a la vez que sostienen que esta evidencia debería ser usada como guía al momento de recetar medicamentos antihipertensivos a personas en riesgo de desarrollar depresión, incluidos aquellos con depresión o ansiedad previa y pacientes con antecedentes familiares de depresión.
En el mismo sentido, otro equipo de investigadores había señalado que según sus hallazgos, disminuir la presión arterial reduciría el riesgo de desarrollar demencia.
Finalmente, cabe señalar que una investigación anterior encontró que aquellos pacientes que consumían betabloqueadores y betabloqueadores de los canales de calcio, presentaron dos veces más riesgo de ser hospitalizados por algún trastorno del estado de ánimo, mientras que los que consumían inhibidores de angiotensina tuvieron menos riesgos de hospitalización por el mismo motivo, y aquellos que utilizaban diuréticos tenían el mismo riesgo que el grupo control (es decir, que no incrementaron el riesgo).
Referencia bibliográfica:
Kessing, L. V., Rytgaard, H. C., Ekstrøm, C. T., Torp-Pedersen, C., Berk, M., & Gerds, T. A. (2020). Antihypertensive Drugs and Risk of Depression: A Nationwide Population-Based Study. Hypertension, 76(4), 1263-1279. https://doi.org/10.1161/HYPERTENSIONAHA.120.15605
Fuente: Psychiatric News