Cuidar y convivir con mascotas aporta numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar. Un análisis longitudinal publicado en la revista Scientific Reports revela que los adultos mayores que son dueños de gatos y perros experimentan un declive cognitivo más lento en comparación con aquellos que no tienen mascotas. Estos resultados se mantienen consistentes incluso al controlar variables como la edad y la salud.
El deterioro de las funciones cognitivas y de la memoria es una realidad que enfrentamos al envejecer. Con el aumento de la expectativa de vida, se vuelve cada vez más crucial entender cómo podemos prevenir o ralentizar este declive cognitivo. La investigación ha proporcionado diversas estrategias, como el tratamiento de la apnea del sueño, la mejora de la dieta y el aumento de la actividad física, entre otras.
Sin embargo, una intervención sorprendentemente sencilla podría ser una alternativa viable. Diversos estudios han demostrado que las mascotas actúan como valiosas fuentes de apoyo social y que la interacción frecuente con ellas puede reducir los niveles de estrés, la presión sanguínea, los niveles de cortisol y la frecuencia cardíaca.
La investigación en cuestión se propuso examinar si los dueños de mascotas experimentaban un deterioro cognitivo más leve en comparación con aquellos que no tenían mascotas. Además, exploró si existían diferencias significativas entre ser dueño de un perro o un gato.
El equipo de investigación analizó minuciosamente los datos recopilados en el Baltimore Longitudinal Study of Aging, un estudio iniciado en 1958 con el propósito de investigar el proceso de envejecimiento humano, siendo el estudio más prolongado en este ámbito hasta la fecha. Los investigadores revisaron los datos de los participantes en intervalos regulares, cada cuatro años para aquellos más jóvenes y anualmente para aquellos con 80 años o más. Estos datos incluían los resultados de diversas pruebas cognitivas, permitiendo una evaluación integral del estado cognitivo de los participantes a lo largo del tiempo.
El estudio se basó en los datos de participantes mayores de 50 años que complementaron sus pruebas de interacción con mascotas y realizaron al menos dos pruebas cognitivas en las últimas dos décadas. Los datos recopilados incluyeron información sobre el tamaño de las mascotas, evaluaciones cognitivas y la dinámica de la relación entre los dueños y sus mascotas, incluyendo la frecuencia de paseos.
En total, se analizaron los datos de 637 participantes con edades comprendidas entre los 51 y 101 años, con un 54 % de mujeres y un 67 % de hombres. El 62 % estaban casados, y el 79 % residía en viviendas unifamiliares. El 29 % de los participantes eran dueños de mascotas, con un 11 % que poseía gatos y un 13 % con perros. De los dueños de perros, el 69 % informó que paseaban regularmente a sus mascotas.
Los resultados revelaron que, a medida que los participantes envejecían, experimentaban un declive en las funciones cognitivas, aunque este declive era más lento en los dueños de mascotas. Esta desaceleración era evidente en algunos, pero no en todos los tests cognitivos empleados, lo que sugiere que puede estar vinculada a funciones cognitivas específicas.
Un análisis más detenido de los datos indicó que los dueños de perros que reportaron pasear a sus mascotas con regularidad experimentaron un declive cognitivo más lento en comparación con aquellos que no lo hacían. Estas diferencias persistieron incluso después de ajustar los resultados según la edad y otras condiciones médicas.
En conclusión, los autores del estudio destacaron la importancia de la tenencia de mascotas en el mantenimiento de la función cognitiva en adultos mayores que viven en la comunidad y disfrutan de una buena salud a medida que envejecen. Los dueños de mascotas, en particular aquellos con perros, experimentaron un menor deterioro en diversas funciones cognitivas, incluyendo la memoria, la función ejecutiva, el lenguaje, la velocidad psicomotora y el procesamiento cognitivo, en comparación con aquellos que no tenían mascotas. Este estudio subraya la relevancia de considerar la interacción con mascotas como un factor potencialmente beneficioso para la salud cognitiva en la población de adultos mayores.
Referencia: Friedmann, E., Gee, N.R., Simonsick, E.M. et al. Pet ownership and maintenance of cognitive function in community-residing older adults: evidence from the Baltimore Longitudinal Study of Aging (BLSA). Sci Rep 13, 14738 (2023). https://doi.org/10.1038/s41598-023-41813-y