Los masajes son uno de los tratamientos complementarios que más buscan las personas cuando se sienten estresadas o ansiosas y la literatura científica le ha dedicado algunos estudios para conocer si realmente ofrecen beneficios para las personas con trastornos mentales.
La revista The Journal Of Clinical Psychiatry, describe los resultados de un pequeño estudio que evaluó los efectos del masaje sueco en 47 adultos y sus resultados sugieren que podrían reducir los síntomas del estrés, la ansiedad y la depresión.
El masaje sueco, es un tipo de masaje profundo, que puede durar entre 45 y 50 minutos y que masajes de forma vigorosa la espalda, cuello, piernas y brazos. Según los especialistas, los beneficios del masaje sueco son varios entre los cuales podemos resaltar: activa la circulación sanguínea y linfática, reduce el cortisol (la hormona del estrés) y causa un efecto relajante y ayuda a conciliar el sueño.
El grupo experimental recibió dos sesiones por semana, durante seis semanas de masajes y el grupo control recibió sólo ligeros toques musculares durante el mismo periodo.
Al completar el periodo de evaluación, se encontró que aquellos que recibieron las sesiones de masajes se habían beneficiado de una reducción en los síntomas de ansiedad y depresión.
Los resultados son alentadores y podrían ser de mucha utilidad en la práctica clínica, pero como siempre, hay que ser cautelosos. Estudios previos no pudieron encontrar efectos significativos de los masajes cuando lo compararon con actividades relajantes como: escuchar música relajante, o la termoterapia. Otro factor a considerar es que estas son investigaciones bastante nuevas, con muestras bastante pequeñas que no cuentan aún con resultados replicados.
Pero más allá de todo eso. El punto a considerar, creo yo, es que casi nadie se resiste a recibir una sesión de masajes y quizás se podría aprovechar para implementarse dentro de los programas psicoterapéuticos. Quién sabe y en un futuro las guías de tratamiento recomienden 45 minutos de masajes luego de una intensa sesión psicoterapéutica.
Puedes leer la investigación completa en la revista The Journal Of Clinical Psychiatry.
Fuente: Spring