Por la pandemia de Covid-19 vivímos una adaptación a nuevas formas de relacionarnos y compartir espacio. La salud mental tendía a mejorar después del brote de la enfermedad, según reportaron los estudios. Sin embargo, un equipo de investigadores encontró que las personas que pasaban más tiempo sentadas mostraban una recuperación más lenta de los síntomas depresivos (Meyer et al., 2021).
Qué metodología usaron
Utilizaron un diseño de investigación longitudinal que implicaba mediciones repetidas durante un período de 8 semanas durante la pandemia. Esto les permitió evaluar cómo los cambios en el comportamiento sedentario se relacionarían con los cambios en la salud mental a lo largo del tiempo.
Los participantes fueron residentes de EEUU, y completaron una encuesta inicial en abril de 2020, poco después de que se declarara el estado de emergencia debido al COVID-19. Luego, se les invitó a participar en ocho encuestas de seguimiento con una semana de diferencia. En total, 2327 participantes de entre 18 y 74 años completaron al menos dos encuestas. Tres enunciados separados preguntaron a los encuestados cuántos minutos al día suelen pasar frente a una pantalla, sentados y haciendo ejercicio moderado o vigoroso. Los encuestados también completaron medidas de síntomas de ansiedad, síntomas depresivos y salud mental positiva.
Qué encontraron
Los resultados revelaron que la salud mental de los participantes tendió a mejorar con el tiempo, lo que sugiere que sus reacciones iniciales a la pandemia se desvanecieron a medida que se implementaron medidas de salud pública y las personas se adaptaron a la “nueva normalidad”. Sin embargo, el tiempo que pasaban sentados parecía dificultar la mejora de los síntomas depresivos.
Al inicio del estudio, aquellos con los niveles más altos de tiempo frente a una pantalla tenían puntajes de depresión significativamente más altos en comparación con aquellos con los niveles más bajos de tiempo frente a una pantalla, pero estas diferencias desaparecieron en la semana 3. No se encontró que la actividad física afectara los síntomas depresivos, la ansiedad o la salud mental positiva ya sea al inicio o a lo largo del tiempo. Los investigadores señalan que el número de participantes inactivos fue bajo, lo que puede haber limitado el poder estadístico para detectar diferencias.
Para la cuarta semana, los participantes que obtuvieron puntajes en el 10% superior en tiempo sentados tenían puntajes de depresión significativamente más altos que aquellos que obtuvieron puntajes en el 10% más bajo en tiempo sentados. Para la octava semana, esta diferencia creció de modo que los que se sentaban más estaban aún más atrás de los que se sentaban menos en términos de mejora de los síntomas depresivos.
Los autores interpretan que los altos niveles de tiempo sentado pueden haber limitado la mejora en los síntomas depresivos que ocurrieron a lo largo del tiempo, y el tiempo prolongado sentado puede ser un factor de riesgo conductual clave para los síntomas depresivos duraderos.
Los estudios futuros deberían examinar la relación entre el comportamiento de sentarse y la salud mental a largo plazo, para ver si la vínculo se debilita o fortalece con el tiempo. Las estrategias para limitar el impacto adverso de sentarse en la depresión pueden ser, por ejemplo, reducir el tiempo total que se pasa sentado o dividir el tiempo sentado con otras actividades.
Referencia bibliográfica: Meyer, J. D., O’Connor, J., McDowell, C. P., Lansing, J. E., Brower, C. S., & Herring, M. P. (2021). High Sitting Time Is a Behavioral Risk Factor for Blunted Improvement in Depression Across 8 Weeks of the COVID-19 Pandemic in April-May 2020. Frontiers in Psychiatry / Frontiers Research Foundation, 12, 741433. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.741433
Fuente: Psypost