Con gran determinación, Mary Ainsworth se abrió camino en un campo dominado por hombres. Esta valiente mujer desafió los cánones establecidos.
Su labor, dentro y fuera de lo académico, fue fundamental para la lucha en busca de igualdad. Se destacó ampliamente entre sus compañeros hombres, generando conocimientos que aún al día de hoy son de gran importancia para la comprensión de la mente humana y el desarrollo de la personalidad y la conducta.
Y es que a Mary Ainsworth no le bastó con formarse como psicóloga en un momento histórico complicado para las mujeres, sino que además logró convertirse en una de las más importantes investigadoras del campo de la conducta humana.
Origen
Mary Ainsworth nació el 1 de diciembre de 1913 en Glendale, Ohio. Comenzó su vida en los Estados Unidos, pero años después se trasladó a Canadá, donde se asentó junto a su familia.
Allí mismo se desarrolló como profesional de la psicología y dio inicio a sus investigaciones las cuales, aún en la actualidad, siguen siendo de gran importancia para la comprensión del desarrollo de los individuos e incluso para explicar la aparición de algunos trastornos mentales.
Vida personal
Mary Ainsworth dedicó una parte importante de su vida a los estudios, sin embargo, su vida estuvo llena de coraje y valentía. Un ejemplo de ello es que, al culminar sus estudios y obtener su doctorado en psicología del desarrollo, se unió al cuerpo de la Armada de Mujeres Canadienses.
Siendo una mujer fuerte y decidida, tuvo una fructífera carrera en el ejército, llegando a convertirse en Mayor. En 1950 se casó con Leonard Ainsworth, y juntos decidieron mudarse a Londres, donde comenzó a trabajar junto a John Bowlby, un destacado psiquiatra del Instituto Tavistock.
Juntos iniciaron una de las investigaciones más importantes en relación a las experiencias de los niños al ser separados de sus cuidadores o figuras de apego, que daría inicio a teorías que hoy en día tienen gran importancia y validez en el campo de la psicología.
Su vida personal y familiar la llevaron a mudarse a Uganda en 1953, donde continuó con los estudios iniciados en Londres años antes, esta vez en Kampal, en el Instituto Africano de Investigación Social de la región. Allí tuvo una larga carrera para luego volver a su natal Estados Unidos, donde trabajó por años en el Instituto John Hopkins.
Después de toda una vida dedicada a la investigación, muere a los 86 años en Charlottesville, Virginia, Estados Unidos, en el año 1999. Ella dejó uno de los más importantes legados en cuanto a psicología del desarrollo se refiere.
Estudios
Los estudios de John Bowlby en relación con la teoría del apego, en la que plantea un comportamiento (innato) en los niños, de carácter exploratorio, fueron la base fundamental para el trabajo de Mary Ainsworth.
Tipos de apego
Las investigaciones de Bowlby plantean que ante cualquier situación amenazante, el niño acude inmediatamente a su cuidador en busca de seguridad, pero Mary Ainsworth fue más allá al añadir una tercera persona a la ecuación.
Los resultados obtenidos le permitieron identificar 3 diferentes tipos de apego:
Apego seguro
Se genera cuando el vínculo entre el cuidador y el niño le generan la sensación de estar protegido y sentirse querido, aun cuando se ausente, pues confía en que regresará.
Apego inseguro-evitativo
En este caso, los niños responden ante la separación de su cuidador con grandes niveles de angustia, lo que puede explicarse por una disponibilidad limitada por parte de la figura materna o de quien se encargue de su cuidado.
Apego inseguro-ambivalente
Cuando no existe constancia por parte del cuidador y las necesidades del niño se ven desatendidas se presenta este tipo de apego, donde la desconfianza se vuelve parte del niño e incluso deja de buscar ayuda eventualmente.
La situación extraña
Mary Ainsworth quiso estudiar más detalladamente los tipos de apego y para esto creó un experimento llamado ‘La situación extraña’. Dicho experimento consiste en estudiar las reacciones de los niños (de alrededor de 1 año), ante la ausencia de la madre y presencia de un extraño.
Para esto se simulan 3 situaciones diferentes:
- La madre o cuidador se relacionan con el niño junto con juguetes.
- El cuidador sale y entra un extraño.
- Se separa brevemente del cuidador y el extraño ingresa brevemente.
Al volver el cuidador, se evaluó la reacción de los niños, evidenciándose que en casos de apego seguro el llanto se hacía presente al notar la ausencia del cuidador pero apenas volvía, buscaba consuelo en este.
Mary Ainsworth, describió que los niños con apego evitativo al principio lloraban cuando el cuidador salía, pero en ocasiones no lo hacían y al volver, muchas veces se mostraban distantes.
Por último, los niños que mostraban un tipo de apego ambivalente no dejaban de llorar, aun cuando la madre o cuidador volvían a entrar en la habitación, mostrando miedo de que se fueran nuevamente.
“Mi consejo a las madres es que no pierdan ninguna oportunidad de mostrar afecto a sus bebés. No duden en alzar a un bebé que desea estar en brazos. No sientan que tienen que limitarlo, porque es bueno para él que estén tan pendientes, especialmente durante el primer año”, dice Mary Ainsworth.
Aportaciones
Los aportes de Mary Ainsworth van mucho más allá de lo netamente investigativo, pues fue la portavoz de la importancia de desarrollar una relación sana con la figura materna o cuidador para la salud mental emocional de niño. También alertó sobre el impacto que esto tendría durante su vida adulta.
Fue una pieza clave en cuanto a la sensibilización de los empleos a través de las conciliaciones que les permitieron a las mujeres, incluso hoy en día, poder desarrollarse profesionalmente sin tener que escoger entre su carrera o la maternidad.
También fue una visionaria, que vio más allá de los aspectos evidentes del estudio de la psicología, dando cabida a la mujer y a su desarrollo personal (laboral y académico) dentro de la maternidad.
“Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar para nuestros hijos. Uno de estos son raíces, el otro, alas.” Hodding Carter
Referencias:
- Ainsworth, M. D. S. y Bell, S. M. (1970). Apego, exploración y separación: ilustrado por el comportamiento de niños de un año en una situación extraña. Desarrollo infantil, 41, 49-67.
- Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E. y Wall, S. (1978). Patrones de apego: un estudio psicológico de la situación extraña. Hillsdale, Nueva Jersey: Erlbaum.
- Bowlby, J. (1980). Pérdida: Tristeza y depresión. Apego y pérdida (vol. 3); (Biblioteca psicoanalítica internacional no 109). Londres: Hogarth Press.
- Garrido-Rojas, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 38, núm. 3, 2006, pp. 493-507. Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Bogotá, Colombia.
- Papalia, D.E., Olds, S.W., Feldman, R.D. (2005). Psicología del desarrollo de la infancia a la adolescencia. McGraw-Hill. Madrid.