Un estudio realizado por investigadores del King’s College London y publicado en Molecular Psychiatry, encontró que los niños que han sufrido de maltrato tienen un 36% de probabilidades de sufrir de obesidad en su adultez en comparación con los niños que no fueron maltratados. El mismo también estima que la prevención o el tratamiento eficaces de 7 casos de maltrato infantil podría evitar 1 caso de obesidad en la adultez.
Para realizar este estudio, los investigadores utilizaron los análisis combinados de 40 estudios que en suma incluyeron a 190.285 individuos.
El Dr. Andrea Danese, autor principal del estudio dice:
“Hemos encontrado que el maltrato a un niño aumenta significativamente el riesgo de obesidad en la vida adulta. La prevención del maltrato infantil sigue siendo fundamental y nuestros resultados ponen en relieve los graves efectos para la salud a largo plazo.”
Aunque estudios experimentales en animales ya han sugerido que el estrés en los primeros años de vida se asocia con un mayor riesgo de obesidad, este nuevo estudio evaluó exhaustivamente la evidencia a partir de todos los estudios existentes con población humana para explorar las posibles fuentes de inconsistencia.
En este meta-análisis, los autores fueron capaces de descartar factores específicos que podrían explicar la relación entre el maltrato infantil y la obesidad adulta con independencia de otras variables como el estatus socioeconómico, el tabaquismo, el consumo de alcohol o la actividad física. Además, el maltrato infantil no estaba vinculado a la obesidad en niños y adolescentes, por lo que es poco probable que la relación se explicara por causalidad inversa (es decir, los niños son maltratados porque eran obesos).
Sin embargo, el análisis mostró que si la depresión actual se toma en cuenta, el vínculo entre el maltrato infantil y la obesidad adulta ya no resulta significativo. Esto nos sugiere que la depresión podría ayudar a explicar por qué algunos individuos maltratados se convierten en obesos.
Investigaciones previas sugieren explicaciones biológicas de esta relación. Los individuos maltratados pueden comer más a causa de los efectos del estrés infantil en áreas cerebrales que están ligadas a la inhibición de la alimentación o de las hormonas que regulan el apetito. Otra explicación es que las personas maltratadas pueden quemar menos calorías debido a los efectos del estrés en el sistema inmunológico que trae como consecuencia fatiga y disminución de la actividad física. Los autores sostienen que estas hipótesis deben ser incluidas en futuros estudios.
El Dr. Danese explica que, si la asociación es causal, como sugieren los estudios con animales, entonces el maltrato infantil puede considerarse como un factor de riesgo potencialmente modificable para la obesidad, un problema de salud que afecta a 1/3 de la población y que generalmente es resistente a las intervenciones.
Los investigadores concluyen que se necesita más investigación para aclarar cómo los efectos del maltrato infantil en la obesidad podrían ser aliviados por medio de intervenciones después que ocurra el maltrato.
Fuente: Eurekalert