Los resultados de un experimento que consistía en armar rompecabezas difíciles indicaron que las madres de niños con Trastorno de Ansiedad Social tendían a involucrarse excesivamente con sus hijos, comparados con las madres de los niños pertenecientes al grupo control. Estos hallazgos sugieren que las madres de los niños con dicho trastorno ejercen cierto control conductual, comenta Julia Asbrand, quien trabaja en el Instituto de Psicología en Freiburg, Alemania.
El Trastorno de Ansiedad Social (TAS) usualmente emerge en la niñez tardía o adolescencia temprana. Afecta al 7% de los niños y puede persistir en la adultez si no se trata. La persona siente un miedo persistente a ser avergonzado en situaciones sociales y puede ser limitante para los niños en cuanto a las relaciones que son capaces de formar, su desempeño académico y su bienestar en general.
La mayoría de los estudios que evalúan de alguna forma el importante rol de la familia en relación al TAS han sido hechos en un laboratorio. Asbrand y su equipo de investigadores condujeron su experimento en las casas de 55 pares de madres e hijos. Los niños que participaron tenían entre 9 y 13 años de edad, 27 de ellos fueron diagnosticados con TAS. Se realizó la investigación de esta manera para evaluar la interacción en un ambiente natural.
Los niños debían completar tantos rompecabezas difíciles como les fuera posible en 10 minutos y se les dijo que recibirían los resultados después. A las madres se les permitía, pero no se les animaba a ayudar. El armado del rompecabezas simulaba una tarea común, como hacer la tarea o prepararse para la escuela, que podrían producir estrés y frustración. Las sesiones fueron grabadas sin que el experimentador estuviera presente.
De acuerdo con Asbrand, los hallazgos de que madres de niños con TAS están más involucradas en las vidas de sus hijos, se unen a resultados similares de estudios previos (1, 2, 3). La autora dice que tal involucramiento excesivo se extiende a tareas como prepararse para ir a la escuela y otras tareas que requieren interacción. En el experimento, se noto que las madres de niños con TAS tocaron las piezas de los rompecabezas significativamente más a menudo y asistieron sin que el niño pidiera ayuda o mostrara claros signos de necesidad de ayuda. Esto indica control conductual por parte de la madre. Por otro lado, las madres de niños con TAS no eran excesivamente críticas o negativas en relación al desempeño de sus hijos.
Asbrand cree que la intervención materna excesiva puede darle la idea al niño de que no puede hacerlo solo, limitando así su grado de autoeficacia, autonomía y confianza en sí mismo. En consecuencia, el niño esperaría encontrarse siempre con un ambiente amenazante, lo que aumentaría la hipervigilancia y el miedo subjetivo. La conducta de las madres limita también el uso exitoso de estrategias de afrontamiento solos.
Los científicos reflexionan que sería muy valioso encontrar formas de cambiar la interacción familiar de manera que sea beneficiosa para los niños.
Fuente: Psypost
1 comentario
Muy interesante el àrticulo, y es muy cierto la conducta de una madre sobreprotectora es muy negativa en el desarrollo de sus hijos y esa conducta es producto de los propios temores de la madre y de manera inconsciente lo manifiesta.
Comentarios no permitidos.