Los animales y mascotas de compañía forman parte de la cultura occidental actual. En la mayoría de los hogares se encuentran perros, gatos, pájaros y hasta reptiles que son considerados parte de la familia. Para cuidarlos y protegerlos las familias acuden al veterinario para que les provea los mejores cuidados. Lo que ha convertido a esta profesión en una de las más solicitadas.
Esto no quiere decir que todo sea color de rosas y beneficios económicos para los veterinarios. Más de tres décadas de datos sostienen que los veterinarios tienen hasta 3.5 más probabilidades de morir a causa del suicidio y reportan mayores niveles de ansiedad, depresión y fatiga por compasión, en comparación con la población general.
Los datos provienen de un gran estudio realizado en Estados Unidos y publicado en Journal of the American Veterinary Medical Association que revisó los datos de seguro de vida y registros de defunción de 11,620 veterinarios que murieron entre 1979 y 2015, y encontró 398 muertes fueron producto del suicidio; 326 (82%) fueron varones y 72 (18%) mujeres. 31% de ellos había sufrido de depresión y 17% había reportado ideación suicida.
Tanto los varones como las mujeres que trabajaron en una posición veterinaria clínica o especializada con animales de compañía tenia mayor riesgo de muerte. El uso de armas de fuego fue el principal método de suicidio. Pero el dato más sobresaliente fue que el envenenamiento farmacéutico fue el responsable del 39% de las muertes de los suicidios de los veterinarios. Lo que representa un incremento del 2.5 sobre la población general.
Factores de riesgo relacionados con la profesión veterinaria
¿A qué se debe este elevado riesgo de suicidio? Los datos muestran que los veterinarios están más expuestos a diversos factores de riesgo relacionados con su profesión: alto nivel de estrés laboral, largas horas de trabajo, altas expectativas de los clientes (salvar a las mascotas en casos complicados), resultados inesperados, comunicar malas noticias, pobre balance trabajo-vida, alta carga laboral, aislamiento profesional, falta de apoyo o supervisión, fatiga por compasión y frecuente exposición a la muerte.
La carrera de veterinaria es una profesión muy exigente. Muchos estudiantes que eligen esta carrera son caracterizados por ser perfeccionistas, un rasgo que se correlaciona con trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Este factor sumado con las altas demandas laborales y el estrés también incrementan el riesgo de ideación suicida.
Otro factor que incide en el alto riesgo suicidio en esta profesión es el entrenamiento que reciben los veterinarios para ver a la eutanasia cómo un método aceptable para proveer alivio a los animales cuando sufren. Lo que al mismo tiempo puede llevarlos a pensar que es un método compasivo para ser aplicado cuando los humanos sufren.
Qué métodos se pueden aplicar para reducir el riesgo de suicidio en veterinarios
Muchos estudios han reportado que las personas con riesgo suicida utilizan los métodos que están accesibles para intentar quitarse la vida. Esto se hace se hace evidente con el envenenamiento farmacéutico en veterinarios. Por lo tanto y como medidas de prevención los autores recomiendan que se apliquen controles administrativos que limiten y controlen el acceso a los productos farmacéuticos letales, se ofrezca un mejor cuidado psicológico, se mejoren los ambientes laborales para que reduzcan el aislamiento laboral y se implemente el entrenamiento de habilidades de afrontamiento y resolución de problemas.
Fuente del estudio original: Tomasi, Suzanne E., Ethan D. Fechter-Leggett, Nicole T. Edwards, Anna D. Reddish, Alex E. Crosby, and Randall J. Nett. 2019. “Suicide among Veterinarians in the United States from 1979 through 2015.” Journal of the American Veterinary Medical Association 254 (1): 104–12. https://doi.org/10.2460/javma.254.1.104.
Fuente: Time