Un grupo de investigadores del National Institutes of Health, el New York State Department of Health y otras instituciones encontró resultados alentadores para las parejas que recurren a tratamientos para la infertilidad: Los niños concebidos gracias a estos tratamientos no tienen más probabilidades de experimentar retrasos en el desarrollo que los niños concebidos necesidad de tratamiento.
Estos descubrimientos, publicados online en JAMA Pediatrics, ayudarían a aliviar viejas preocupaciones de que los tratamientos de fertilidad podrían afectar al embrión en algún estadio sensible y resultar en una discapacidad de por vida.
Los autores no encontraron diferencias en los puntajes de las evaluaciones sobre desarrollo de 1830 niños cuyas madres quedaron embarazadas luego de recibir tratamiento para la infertilidad y aquellos de 4011 niños nacidos de mujeres que no recibieron dichos tratamientos.
Los resultados ayudarían a aliviar viejas preocupaciones sobre los tratamientos de fertilidad
“Cuando comenzamos nuestro estudio, habían pocas investigaciones sobre los efectos potenciales de la concepción vía tratamientos de fertilidad en niños de EE.UU. Nuestros resultados proveen seguridad a miles de parejas que han confiado en estos tratamientos para establecer sus familias” dice la Dra. Edwina Yeung, una investigadora del Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD).
Para el estudio se reclutaron infantes nacidos en el estado de Nueva York (excepto la ciudad de Nueva York) desde el 2008 hasta el 2010. Los padres de niños cuyos certificados de nacimiento indicaban tratamiento para infertilidad fueron invitados a alistar a sus niños en el estudio, así como todos los padres de gemelos y otros múltiples. Además se reclutaron también a bebés únicos (es decir que no nacieron junto a uno o más hermanitos, como en el caso de los mellizos) no concebidos mediante tratamiento de infertilidad. Cuatros meses después de haber dado a luz, las madres indicaron en un cuestionario el tipo de tratamiento que recibieron para la infertilidad:
- Técnicas de Reproducción Asistida (TRA), que incluyen:
- Fertización In vitro —fertilización en un plato de laboratorio, luego de haberse tomado los óvulos y esperma de la pareja.
- Transferencia de embriones congelados.
- Incubación asistida— Luego de transferirse el embrión al útero, este debe liberarse de la capa protectora exterior antes de implantarse en el útero. A este proceso se denomina “incubación” (Universidad de Washington, 2011).
- Transferencia intratubárica de gametos— “es similar a la fertilización in vitro (FIV), pero en este procedimiento, la fertilización ocurre de forma natural, luego de que el médico ha colocado los óvulos y esperma adentro de una de tus trompas de falopio” (Baby Center, 2014).
- Transferencia intratubárica de cigoto— también es similar a la fertilización in vitro, pero con la diferencia de que los óvulos son fertilizados en un laboratorio previamente a la colocación de los mismos dentro de las trompas de falopio (Baby Center, 2014).
- Inducción de la ovulación— es un tratamiento con drogas para estimular la ovulación.
- Inseminación intrauterina—o la ubicación del esperma directamente en el útero a través de un tubo angosto.
Los niños concebidos a través de estos tratamientos puntuaron de forma similar a los otros niños
Los padres también completaron un cuestionario para detectar discapacidades del desarrollo en los niños en numerosos intervalos a lo largo de los primeros 3 años de vida de sus vidas (a los 4-6, 8, 12, 18, 24 y 36 meses). El cuestionario abarcó 5 áreas importantes del desarrollo: habilidades motoras finas, habilidades motoras gruesas, comunicación, funcionamiento personal y social y la habilidad para resolver problemas. En general, los niños concebidos a través de los tratamientos mencionados anteriormente puntuaron de forma similar a los otros niños en las 5 áreas incluidas en la evaluación sobre el desarrollo.
Cuandos los científicos consideraron sólo a los niños concebidos a través de TRA, se encontraron con que estaban en mayor riesgo de en fallar cualquiera de las cinco áreas evaluadas, con mayor probabilidad de fallar en resolución problemas y funcionamiento personal y social.
Sin embargo, los gemelos eran más propensos que los bebés únicos a fallar en cualquier área. Así que los investigadores compensaron por la mayor presencia de gemelos en el grupo de TRA comparado con el grupo que no recibió tratamiento (34% vs. 19%), y no encontraron diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a fallar en cualquiera de las 5 áreas.
Asimismo, los investigadores no encontraron diferencias en el porcentaje de bebés únicos de ambos grupos en relación con la evaluación hecha por especialistas (21.2% vs. 20.7%).
De los niños que sí fueron diagnosticados con una discapacidad a los 3-4 años de edad, no se encontraron diferencias significativas entre el grupo TRA y el grupo que no recibió el tratamiento: 13% comparado con 18%.
Debido a que no siempre es posible diagnosticar algunas formas de discapacidades del desarrollo a los 3 años, los autores del estudio continuarán evaluando a los niños periódicamente hasta que lleguen a los 8 años. Sin embargo, hasta ahora, los resultados son muy alentadores.
Fuentes:
Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development
University of Washington
Baby Center