Es difícil creerlo, pero para el año 1911 la industria Coca-Cola estuvo en riesgo de descontinuar la producción y distribución de su producto insigne, o al menos obligada a eliminar uno de los ingredientes de su fórmula.
Sucede que bajo las investigaciones del Federal Pure Food and Drug Act, Coca-Cola fue acusada de agregar un producto químico peligroso a su bebida: la cafeína. Para ese entonces ya había indicios de que la cafeína tenía un alto índice adictivo (en ese momento fue un escándalo que Coca-Cola vendiera su producto a la niñez), además se mencionaba que sus propiedades estimulantes “encubrían” la necesidad que todos tenemos de descansar cuando estamos fatigados.
En 1909, los embarques con envíos de jarabe de coca fueron confiscados por agentes federales en Tennessee. Dos años más tarde, Coca-Cola se encontraba en la corte, defendiendo su producto.
Los psicólogos
En 1911, Harry Hollingworth era un joven profesor de psicología en el Barnard College de Nueva York. Su esposa, Leta, también apuntaba a una carrera profesional como psicóloga. Se habían casado unos años antes y el plan de Leta era trabajar como docente en Nueva York, mientras Harry terminaba sus estudios de postgrado y comenzaba su carrera profesional. Hasta entonces Leta iría a la escuela de posgrado.
Desafortunadamente, al poco tiempo Leta descubrió una de las realidades de ser una mujer casada a principios del siglo XX en Nueva York: la junta escolar de la ciudad no permitía a las mujeres casadas entrar a programas de posgrado. Las dificultades financieras inmediatas afectaron a la joven pareja y, cuando la Compañía Coca-Cola ofreció dinero a Harry para investigar los efectos de la cafeína, la necesidad financiera lo llevó a estar de acuerdo con la propuesta. Para su crédito, Hollingworth insistió (y Coca-Cola estuvo de acuerdo) en que se le permitiera publicar sus resultados, fueran o no favorables a la empresa.
Harry y Leta colaboraron en el diseño de los estudios que finalmente completaron, una elaborada serie de experimentos que duraron más de un mes. Con dinero de Coca-Cola, alquilaron un gran apartamento en el que realizaron la investigación, con las sesiones diarias de recolección de datos bajo la supervisión de Leta. Cinco salas fueron establecidas como laboratorios separados, con estudiantes graduados sirviendo como experimentadores. Se utilizaron una variedad de pruebas mentales y físicas, que iban desde el tiempo de reacción hasta la coordinación motora. La muestra estuvo compuesta por 16 participantes.
Metodológicamente, los Hollingworth pusieron en práctica varios de los conceptos que se utilizan en la actualidad en el diseño y elaboración de investigaciones. Entre ellos:
- Balance de equilibrio. Con N=16 y un mes de investigación, podemos fácilmente inferir que cada tema fue probado muchas veces. Como con cualquier diseño de medidas repetidas, los efectos de pedido se controlaron a través de un contrapeso. Por ejemplo, en uno de los estudios, los participantes giraron entre cinco habitaciones diferentes en el apartamento, completando una serie de pruebas en cada habitación. El orden en el que fueron examinados en las habitaciones fue aleatorio, en esencia un contrabalanceo parcial.
- Control de placebo. Los participantes fueron examinados después de tomar píldoras que contenían cafeína o una sustancia de azúcar. Un grupo de estudio incluyó cuatro grupos, un control placebo, y tres grupos de cafeína, cada uno con una dosis diferente. Por lo tanto, los Hollingworth fueron capaces de examinar no sólo los efectos de la cafeína, sino también los efectos de la dosis.
- Doble ciego. Los participantes no sabían si estaban recibiendo cafeína o un placebo, y los experimentadores que hacían las pruebas en cada habitación no sabían si sus sujetos habían tomado cafeína o el placebo.
Caso pionero en la psicología aplicada
¿Y los resultados? Considerando el gran número de pruebas utilizadas, las diversas dosis empleadas, una buena variación individual en el desempeño y la ausencia de sofisticadas técnicas estadísticas inferenciales, los resultados fueron complejos.
En general, no se encontraron efectos adversos de la cafeína, excepto que las dosis mayores, si se tomaban cerca del final del día, causaban que algunos sujetos tuvieran dificultad con el sueño. Varios años después, en el libro de texto Applied Psychology (Hollingworth & Poffenberger, 1917), Harry escribió que el “consumo generalizado de bebidas cafeínicas… parece estar justificado por los resultados de estos experimentos” (p. 181). En cuanto al juicio, Harry testificó en nombre de la compañía, argumentando que no había bases científicas para prohibir la cafeína en Coca-Cola.
El caso contra Coca-Cola fue finalmente desestimado (por otros motivos ajenos a los efectos de la cafeína). Un resultado final del estudio fue que de hecho terminó pagando los estudios de posgrado de Leta (quién con el tiempo se convirtió en una pionera en el estudio y la educación de los niños superdotados). Además fue un modelo de diseño experimental sofisticado, propuso estándares para la investigación psicofarmacológica y dirigió a Harry hacia una carrera en psicología aplicada.
Referencias bibliográficas
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Goodwin, James, C. (2010). Research in Psychology: Methods and Design. Páginas 369-370. Editorial John Wiley & Sons, Inc.
Wikipedia (s.f.).United States v. Forty Barrels and Twenty Kegs of Coca-Cola. https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_v.Forty_Barrels%26_Twenty_Kegs_of_Coca-Cola