Me encantan los animales. Son una responsabilidad muy grande y a veces la vida sería más sencilla si no los tuviera. Sin embargo, para mi un hogar no es un hogar hasta que no haya algún animal. Mis favoritos son los perros y los gatos. Scotty, Dixie, Fulgencio, Rex, Chippie, Blue, Michón y Ramona (y sus tres gatitos de un mes y medio) me llenan de alegría con su sola existencia. Y se que no soy la única, estoy segura de que muchos de ustedes tienen una o más mascotas con las que conviven y tienen el privilegio de cuidar.
Son un miembro más de la familia. Pero también contribuyen a nuestra salud mental en por lo menos 6 formas diferentes:
1. Los perros nos ofrecen amor y aceptación incondicionales
Hasta donde sabemos, los perros no opinan ni critican. Aunque huelas mal, ellos se acomodan cerca tuyo. En un boletín de Depresión y Ansiedad de Johns Hopkins, la Dra. Karen Swartz, menciona un estudio reciente que encontró que los residentes de un asilo de ancianos en St. Louis se sentían menos solos cuando pasaban tiempo en silencio y a solas con un perro.
El estudio contó con la colaboración de 37 asilos de ancianos, cuyos residentes puntuaron alto en una escala que medía soledad y que estaban interesados en recibir visitas semanales de media hora de duración, de perros. La mitad de los residentes pasó tiempo en silencio y solos con los perros. La otra mitad compartió al perro con otros residentes. Ambos grupos dijeron sentirse menos solos luego de las visitas, pero la disminución de los sentimientos de soledad fue más significativa en aquellos individuos que tuvieron a los perros para ellos solos. Tal vez, a veces preferimos a nuestros amigos de cuatro patas más que a los que hablan ya que podemos compartir nuestros más profundos pensamientos sin ser juzgados.
2. Los perros alteran nuestra conducta
Hoy, el último día de mi semana laboral, llegaba cansada del trabajo, el transporte público y el calor (combinación que a veces me pone de mal humor y, por ende, significa un riesgo para las personas que se me cruzan) cuando veo a Blue que también me mira, empieza a mover su colita y pone sus orejitas para atrás como hace cuando algo la pone contenta. Nada más lindo que la forma en que te recibe tu perro todos los días, sin falta. Verla me puso de buen humor instantáneamente, así de fácil cambió mi conducta. Nos calmamos cuando estamos con nuestros perros. Nuestros discursos, respiración y mentes se hacen más lentos. Y las personas que se nos cruzan, se salvan.
3. Los perros nos distraen
Ellos son como películas y libros fascinantes. Nos sacan de nuestras mentes y nos trasladan a otra realidad (una que solo involucra comida, agua, afecto y tal vez algún trasero animal) por tanto tiempo como lo permitamos. Rumiar sobre lo horrible que te sentís y te sentirás para siempre es difícil cuando un perro te está oliendo la cara.
4. Los perros promueven el contacto
El poder sanador del contacto es indiscutible. Investigaciones indican que un masaje de 45 minutos puede disminuir los niveles de la hormona del estrés (cortisol) y mejorar tu sistema inmune al construir células blancas. Abrazar hace que nuestro cuerpo se inunde con oxitocina, una hormona que reduce el estrés y baja la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca. Además podría protegernos del resfriado. Y de acuerdo con un estudio de la Universidad de Virginia, agarrarse de las manos puede reducir la actividad en el hipotálamo que se pone en marcha por las situaciones estresantes. También, el contacto puede detener a algunas regiones cerebrales para que no respondan a indicios de amenazas. No debería sorprendernos entonces que acariciar a un perro pueda bajar nuestra presión sanguínea y frecuencia cardíaca y estimular los niveles de serotonina y dopamina.
5. Los perros nos hacen responsables
Como ya dije, tener perros es una responsabilidad grande, y la responsabilidad (de acuerdo con algunos estudios) promueve la salud mental. La psicología positiva afirma que construimos nuestra autoestima al apoderarnos de una tarea, al aplicar nuestras habilidades en un trabajo. Cuando tenemos éxito (por ejemplo, cuando al otro día te levantas y el perro sigue vivo), nos refuerza a nosotros y a nuestra capacidad de cuidar a otras criaturas tan bien como a nosotros mismos. Por eso es que las tareas son tan importantes para enseñar a los adolescentes el dominio propio y la independencia.
Cuidar de un perro nos provee también de estructura. Dormir hasta el mediodía ya no es una posibilidad, a menos que te quieras pasar una hora limpiando.
6. Los perros reducen nuestra presión sanguínea
Estudios muestran que las personas que tienen perros presentan niveles significativamente bajos de presión sanguínea y frecuencia cardíaca tanto antes como después de desempeñarse en tareas mentales estresantes. La presión sanguínea también disminuye cuando mimas a un perro, pero especialmente si es un perro que conoces y amas. Acariciar a tu perro también puede mejorar tu sistema inmune y aliviar el dolor. Pareciera que la sola presencia de un perro es beneficiosa.
Fuente: EveryDayHealth
Imágenes: Alejandra Alonso
Modelos: Blue, Dixie y Scotty