Cada año más padres dejan a sus hijos llevar un teléfono inteligente al colegio.
Por ejemplo, en Estados Unidos el porcentaje de estudiantes de tercero de primaria que tienen teléfono móvil propio pasó de un 19 % en 2013 a un 45 % en 2017, más del doble. En el caso de estudiantes de cuarto y quinto de primaria se produjeron aumentos similares. En 2017, alrededor de la mitad de los estudiantes de cuarto y el 70 % de los estudiantes de quinto llevaban el teléfono al colegio.
Muchas veces los padres mencionan la capacidad de contactar fácilmente con sus hijos como la principal ventaja de darles un teléfono, lo ven como una cuestión de seguridad. Los «extraños» y los agresores sexuales suelen ser los principales peligros para los padres. Algunos colegios públicos están tomando medidas para limitar el contacto personal entre estudiantes y profesorado, pero el acoso escolar y el ciberacoso son problemas cada vez más comunes. En la investigación que realicé en 2017 descubrí que darle a un niño un teléfono móvil incrementa las probabilidades de que se convierta en víctima de acoso escolar o en acosador. Este estudio realizado con alrededor de 4.500 niños de educación primaria de Estados Unidos descubrió que tener un teléfono móvil en primaria se asocia con estar involucrado en casos de acoso escolar y de ciberacoso, tanto como acosador como también acosador/víctima. Un acosador/víctima es un niño que unas veces acosa a otros niños y otras veces es víctima de acoso escolar.
La investigación descubrió que mientras que más de la mitad de los acosadores de tercero de primaria llevaban teléfono móvil, solo el 35 % de niños que no estaban implicados en casos de acoso escolar lo llevaban. Un dato aún más impactante: tres cuartas partes de los ciberacosadores de tercero de primaria llevaban teléfono móvil, en comparación con el 37 % de los estudiantes de tercero no implicados en casos de ciberacoso. Los resultados fueron similares con estudiantes de cuarto y quinto de primaria.
Es posible que los resultados hayan sido más sólidos entre los niños más pequeños debido a que su capacidad para comprender como funciona la comunicación en un entorno digital es relativamente más limitada. Por ejemplo, en el trabajo de campo que realicé en el Massachusetts Aggression Reduction Center (Centro de reducción de conductas agresivas de Massachusetts) aprendí que los adolescentes desconfían de las emociones que se intensifican con rapidez en internet y son conscientes de que esas emociones pueden provocar peleas y acoso. Sin embargo, en general, los niños más pequeños todavía no han aprendido esta lección. Fue esta brecha lo que me llevó, junto a una colega, a crear una guía para niños para hacer un buen uso de su primer teléfono móvil.
Los niños pueden aprender a utilizar los teléfonos móviles de forma segura. Además, hay unos consejos prácticos que los padres pueden seguir para minimizar las posibilidades de que sus hijos participen del acoso y del ciberacoso, así como unas prácticas de uso del teléfono móvil que pueden ayudar a garantizar el bienestar general de sus hijos.
Estos son algunos de los consejos:
1. Establecer la propiedad
El teléfono no es de su hijo, es suyo. Por tanto, ustedes tienen el derecho de mirarlo siempre que quieran. Si revisan el teléfono de su hijo pueden detectar mensajes o publicaciones que puedan sugerir que está implicado en un caso de acoso o de ciberacoso. Un estudio de MacAfee del año 2012 descubrió que la mitad de los niños cambian su comportamiento en internet cuando creen que sus padres los están controlando.
2. No usar los móviles a la hora de la cena
Se ha demostrado que cenar en familia protege a los niños frente al acoso escolar.
Un estudio realizado en 2014 por investigadores de la Universidad McGill descubrió que cenar en familia ayuda a proteger a los niños contra el acoso escolar. La hora de la cena puede ser un momento para conectar emocionalmente, incluso sin necesidad de tener conversaciones profundas. También puede ser un momento para hablar sobre retos y dificultades y para debatir soluciones y estrategias con la aportación de sus seres queridos. Por desgracia, las cenas familiares pueden verse interrumpidas con facilidad por notificaciones o mensajes de móvil. Por ese motivo, la norma de no usar los móviles durante la cena puede ayudar a promover conexiones familiares que protejan frente al acoso escolar.
3. Limitar el uso mientras hacen las tareas
Escuchar música puede estar bien, pero ver vídeos y programas de televisión o jugar no es algo que se debería hacer mientras se están haciendo las tareas. Los estudios que analizan el fenómeno de la multitarea coinciden en que reduce la capacidad de memoria, de aprendizaje y el rendimiento cognitivo.
4. No permitir su uso antes de irse a dormir
Mirar el móvil justo antes de dormir afecta al sueño.
Está demostrado que el uso de pantallas justo antes de dormir puede retrasar o interrumpir los patrones de sueño. Por otra parte, los problemas para dormir se han relacionado con la participación en casos de acoso escolar. Para promover un sueño saludable y reducir las probabilidades de acoso escolar, ayude a su hijo a practicar buenos hábitos de preparación del sueño guardando los dispositivos digitales una hora antes de irse a dormir. Si su hijo quiere leer en su dispositivo, es bueno utilizar una aplicación que tenga un filtro UVB o que atenúe y «cambie» la pantalla a un fondo negro.
Para ayudar a que su hijo duerma toda la noche, los dispositivos deben guardarse fuera de la habitación. Aunque su hijo pretenda dormir, un zumbido o una vibración pueden despertarlo y puede suponer una gran tentación de enviar mensajes, chatear o jugar.
5. Dar un buen ejemplo como conductor
Enviar mensajes es la principal causa de distracción al volante.
Animar a los niños a que no utilicen el teléfono en el coche puede ser, literalmente, un hábito que salve vidas, y que puede comenzar en el colegio. Un análisis de estadísticas estableció que el uso del teléfono móvil es la segunda causa de distracción al volante. Cada día, once adolescentes mueren por ir enviando mensajes mientras conducen. Para reducir los riesgos de que esto siga sucediendo en el futuro, los padres pueden enseñar a sus hijos a no utilizar el teléfono en el asiento delantero del coche. Puede ser un lugar para hablar, en vez de un lugar para enviar mensajes.
6. Inculcar responsabilidad
Llevar un teléfono móvil no es un derecho, es un privilegio. Como padres, fomenten el uso responsable del móvil vinculando los privilegios digitales con las responsabilidades. Muestren a sus hijos cómo gestionar las horas de internet con aplicaciones como unGlue. Enseñen a sus hijos que hablar sobre problemas sociales forma parte de ser lo suficientemente maduro como para tener un móvil. Valore también hacer que sus hijos colaboren en casa para ganarse sus privilegios digitales.
Por: Elizabeth Englander, profesora de psicología, directora del Centro para la Reducción de la Agresión en Massachusetts (MARC).
Artículo publicado previamente en The Conversation y cedido para su publicación en Psyciencia.