Estefania Grijota para El País:
(…) A pesar de las adversidades que el niño haya podido sufrir antes de la preadopción, o incluso, durante el proceso en sí, el hecho es que los niños comienzan una nueva vida junto a unos padres deseosos de ofrecer su amor incondicional, los mejores cuidados, ilusión y buenas expectativas. Sin embargo, existe un porcentaje de niños que corren un mayor riesgo de padecer trastornos mentales dadas estas circunstancias, según una última investigación publicada en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry (JAACAP) en la cual se concluye que los niños adoptados internacionalmente sufren el doble de alteraciones y problemas en su salud mental.
Pero, ¿se trata de datos alarmantes? En principio, no. Para el doctor Celso Arango, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEPSIQ) y jefe del servicio psiquiátrico del Hospital Gregorio Marañón en Madrid, lo preocupante no es la adopción en sí, sino los motivos por los que se produce una adopción. “No es lo mismo que un niño sea adoptado porque sus padres fallezcan en un accidente de tráfico que por negligencias como la toma de drogas”, explica. Esto significa, por tanto, que un niño cuyos padres están sanos pero fallecen accidentalmente no tendría un mayor riesgo de trastorno mental.