Hablemos un poco hoy de utopías. Digamos para empezar que si bien el término “utopía” a veces se utiliza genéricamente para referirse a cualquier ideal o proyecto de una persona, tiene una acepción bastante más precisa. El término fue acuñado en el siglo XVI por Thomas More, que en el libro del mismo nombre describe una sociedad idílica emplazada en la isla de Utopía. Con el paso del tiempo, “utopía” vino a utilizarse para designar toda clase de sociedades ideales o con características muy deseables, desde la República de Platón hasta el Men like Gods de Wells, pasando por decenas de ejemplos similares. Usualmente las utopías son ficciones literarias o filosóficas, pero en algunos casos se han convertido en realidades. Se trata dela organización deliberada de una comunidad que permita condiciones de vida que están negadas u obstaculizadas en la civilización tradicional. Casi siempre setratan de comunidades pequeñas y relativamente apartadas, como la Finca Bellavista en Costa Rica (que ofrece la curiosidad de haber sido diseñada inspirándose en la villa de los Ewoks de Star Wars), o Crystal Waters en Australia, entre otras. Estas comunidades intencionales están organizadas según diversos principios: algunas tienen una intencionalidad más bien ecológica, otras tienen intenciones más bien religiosas (como el conocido caso de los Cuáqueros de Estados Unidos, que yo conocí de chico gracias a la Avena Quaker), o sólo buscando una mejor calidad de vida. Probablemente a esta altura se estén preguntando qué demonios hago yo escribiendo sobre utopías en una web de psicología. Sucede que han existido un número de comunidades que han sido proyectadas guiándose por ciertos desarrollos psicológicos. La psicología como guía para una comunidad.
Walden Dos
En 1948, el conocido psicólogo Burrhus Frederic Skinner publicó un libro llamado “Walden Dos”. Altus y Morris (2009) describen así el nacimiento del libro:
“El nombre fue un tributo a la obra del poeta Henry David Thoreau Walden o la vida en los bosques, en la cual narra sus experiencias y observaciones viviendo en contacto con la naturaleza y apartado de la sociedad industrializada. Al igual que Thoreau, Skinner también estaba molesto con muchos aspectos del estilo de vida americano. Escribió: “Había visto a mi esposa y sus amigas luchando para salvarse de la domesticidad, haciendo una mueca de disgusto al tener que escribir ‘ama de casa’ en las solicitudes de empleo. Nuestra hija había terminado primer grado, y no hay nada como el primer año de colegio de un primogénito para empezar a pensar sobre educación” (Altus & Morris, 2009).
La comunidad ficticia descripta por Skinner propicia el afecto libre, la crianza comunitaria de los niños, las familias no-nucleares, y una forma de autogobierno bastante peculiar
En Walden Dos, Skinner describe una comunidad ficticia, organizada según los principios propuestos por el análisis de la conducta: una comunidad que propicie la cooperación, evitando el dogmatismo y con una actitud experimental hacia todo, testeando flexiblemente las estrategias que mejor se adapten al desarrollo de la comunidad.
La comunidad ficticia descripta por Skinner propicia el afecto libre, la crianza comunitaria de los niños, las familias no-nucleares, y una forma de autogobierno bastante peculiar, entre otros puntos. Como afirma Frazier, uno de los personajes principales: “La técnica alcanzada es casi perfecta. Lo importante es animar a nuestra gente a considerar cada hábito y costumbre como susceptible de mejora. Una constante actitud experimental hacia todo… eso es lo que necesitamos”(Skinner, 1968). El libro se publicó en 1948, y si bien fue el primer acercamiento de Skinner a problemas sociales y humanistas, ciertamente no fue el último –una buena parte de su obra se ha dedicado a explorar temas sociales y de organización. Walden Dos tuvo una recepción mixta, como no podía ser de otro modo. Las ideas de Skinner resultan controversiales aún hoy, y recordemos que el primer libro de Skinner (La conducta de los organismos) había sido publicado sólo 10 años antes (cuando Skinner tenía 34 años…) por lo cual la mayoría de sus ideas eran relativamente desconocidas para el público general y el libro tuvo su cuota de detractores.
De la novela a la vida real
Walden Dos tuvo, sin embargo, un destino bastante atípico para los libros sobre utopías: existieron varias iniciativas que intentaron desarrollar comunidades basadas explícitamente en sus principios. Más de una decena de comunidades intencionales se han creado siguiendo más o menos de cerca y más o menos explícitamente el ejemplo de Walden Dos. Así se crearon comunidades como Twin Oaks o Lake Village Homestead, en USA, o Walden7 en Barcelona, un edificio aproximadamente basado en el libro de Skinner, entre otros proyectos.
La comunidad fue fundada oficialmente en 1973 a unos kilómetros de la ciudad de Hermosillo, en México.
Se trata de una comunidad intencional ubicada en un terreno de 100 hectáreas en el desierto de Sonora en las que se encuentran alrededor de 30 construcciones (cocina, comedor, oficinas, centro de estudio, bibliotecas, lavandería, talleres, construcciones para uso privado y para visitas), además de áreas para la crianza de animales y huertas. Sin embargo, es necesario retroceder unos años para encontrarnos con los primeros esbozos de lo que se convertiría en Los Horcones.En palabras de la comunidad:“En 1971 los fundadores iniciaron un centro para niños con necesidades especiales, en particular niños dentro del espectro autista y síndrome de Down. En la intervención se utilizaba el análisis conductual aplicado (ACA), el cual en ese tiempo apenas iniciaba. Después de un tiempo de trabajar con los alumnos comprobaron lo efectivo de organizar conductualmente el entorno educativo así como las interacciones al trabajar con ellos. Esto los hizo reflexionar, “si los alumnos aprendían con la intervención ACA conductas que eran imposibles de aprender con el método tradicional, ¿no podríamos acaso organizar nuestro entorno social y prácticas culturales para reforzar comportamientos apropiados?”.
Desde ese momento comenzó a gestarse la comunidad. Sin embargo, al igual que las otras comunidades tipo Walden Dos, no debe pensársela como un calco de la descripta en la novela, ya que no se ha basado en las prácticas concretas que Skinner describe en su novela sino más bien el espíritu científico de la misma –después de todo, Skinner escribió su libro en 1945, en un contexto social y científico que habría de cambiar con el paso del tiempo. Comunidad Los Horcones –refieren desde la comunidad– “es un proyecto piloto de sociedad en donde utilizamos la ciencia y sus procedimientos, en especial la ciencia de la conducta, la conductología, para el diseño e implementación de prácticas culturales que refuercen positivamente conductas que nos ayuden a tener un mejor futuro.” Se trata, entonces de “el uso de las ciencias, especialmente el de la ciencia de la conducta para la organización, prevención y solución de cualquier problema”. Se trata entonces de una cultura experimental, en la que se utilizan principios científicos en general y conductuales en particular para descubrir y fomentar prácticas culturales (conductas, hábitos, costumbres) que sean positivas para la comunidad y su entorno. Consistentemente con esta orientación científica, Los Horcones ha realizado un número de publicaciones en revistas científicas, como un autor colectivo (por ejemplo, véase Comunidad Los Horcones, 1986a, 1986b, 1987, 1991) –lo cual parece una costumbre de la comunidad, ya que de hecho han respondido también de manera colectiva a nuestras preguntas para este artículo. En algún punto, esta costumbre de publicar es consistente con la orientación científica de la comunidad: “Consideramos que los descubrimientos científicos deben ser compartidos más allá de la comunidad científica que los produce”, afirman en un artículo publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología hace algunas décadas (Comunidad Los Horcones, 1990). Esta cultura experimental se manifiesta, por ejemplo, en las sucesivas formas de gobierno que se han implementado en la comunidad. Inicialmente, el sistema fue de planeadores-manejadores, algo similar a lo que Skinner planteaba en su novela. Dado que el sistema presentaba algunas dificultades, luego de cuatro años se pasó a una forma de democracia directa, que también generó problemas en la comunidad (más notablemente, conflictos y deterioros en la cooperación), por lo cual se diseñó una forma de gobierno que denominaron personocracia (Comunidad Los Horcones, 1990), una forma de gobierno “preocupada en hacer referencia a los individuos concretos, considerándolos como llave para el progreso de la sociedad. Así, las decisiones tomadas no se legitiman en las deliberaciones de una mayoría abstracta, como acontece en la democracia. En términos concretos, esto significa que se pueden implementar medidas políticas rehusadas por la mayoría, en caso de que sea experimentalmente comprobada, lo que exige un largo proceso de búsqueda y cooperación colectiva”(Ferreira, Machado, & Hautequestt, 2009).
es un proyecto piloto de sociedad en donde utilizamos la ciencia de la conducta, para el diseño e implementación de prácticas culturales que refuercen positivamente conductas que nos ayuden a tener un mejor futuro.
La aplicación y funcionamiento de esta cultura experimental está favorecida por tratarse de una comunidad reducida –sería bastante más complicado aplicar un gobierno así con una población de varios millones de personas, motivo por el cual la limitación del número de integrantes también ha sido una constante en el diseño y aplicación de utopías. En el caso de la Comunidad Los Horcones, el número de integrantes ha variado a lo largo de los años, pero a pesar de que a lo largo de su funcionamiento han nacido y vivido unos 20 niños, siempre ha sido una comunidad relativamente pequeña:“En la actualidad somos 4 adultos y dos niños los que vivimos tiempo completo en la comunidad. Por temporadas llega a 8-10 personas. Pero el centro de intervención conductual fundado en 1971 aún sigue y es una parte activa de Los Horcones. Tenemos aproximadamente 10-12 niños y jóvenes con los que trabajamos, y 7 personas más entre psicólogos, educadores físicos y terapeutas, que nos ayudan con las actividades del centro”.
Al igual que el gobierno, la economía se maneja de manera cooperativa. En una antigua web se describe el modelo económico (aunque no hemos podido confirmar que siga en vigencia de la misma forma) como una Economía Cooperativa Walden, que consta de las siguientes características: la cooperación en la producción de bienes y servicios; la distribución equitativa de bienes y servicios; el consumo racional de bienes y servicios; todo ingreso va a un fondo común; no es monetario, dentro de la comunidad; mantiene relaciones monetarias con la sociedad exterior; busca el reforzamiento natural (la satisfacción intrínseca) de los miembros en el trabajo. Nuevamente nos encontramos con el aspecto igualitario y no monetario que suelen tener las comunidades intencionales de toda clase.
Al igual que el gobierno, la economía se maneja de manera cooperativa
Quisimos también saber cómo es la agenda de un día típico en Los Horcones:“Al ser actualmente menos miembros que en el pasado, las actividades diarias han cambiado un poco. Un día típico desayunamos a las 7-7:30, algunos hacen ejercicio antes de esta hora. Después se dividen las actividades en trabajos de mantenimiento como regar árboles, limpieza, lavar ropa o trastes. Aun siendo pocos, tratamos de ser autosuficientes en lo posible, así, algunos dedican parte del día en alimentar a los animales (res, borrego, gallinas, peces).Otros están a cargo de nuestro programa para jóvenes con trastornos del espectro autista, síndrome de Down y trastornos generalizados del desarrollo donde los acompañan durante el día en actividades académicas, de independencia, salud y socialización.Otros imparten clases a nuestros propios niños y estos presentan periódicamente exámenes por medio de la Secretaría de Educación Pública. Comemos todos juntos a la 1pm, pasando después a un descanso de 2 horas. De 3:30-6 continuamos con las actividades laborales. 6pm regularmente nos juntamos en el porche o fuente a platicar mientras los niños juegan con sus patines, bicicletas o en el brinca-brinca. En verano les gusta meterse a la alberca en las tardes. 7:30pm es la hora de cenar. Después los jóvenes del centro se van a su dormitorio a lavarse los dientes, cambiarse y prepararse para dormir. Otros tal vez ven una película, nos juntamos en la sala o leemos un buen libro en nuestra habitación.” Desde el inicio, una de las actividades centrales de la comunidad ha estado centrada en torno al trabajo con autismo, tal como mencionan en el párrafo anterior. En ese sentido, además de la utilización de recursos ABA (por las siglas en inglés de Análisis Conductual Aplicado), Los Horcones ha desarrollado una intervención denominada Modelo de Sociedad Enseñante, un modelo educativo que consiste en “proveer un medio social en donde los alumnos aprendan conductas apropiadas en episodios cotidianos. Este programa está diseñado para que los niños y jóvenes aprendan participando con los terapeutas en actividades de la vida diaria”. Además de las actividades habituales, la comunidad ofrece varios servicios como visitas guiadas, venta de productos, y hospedaje para experiencias off-site, que se utilizan para solventar la economía comunitaria. Este video quizá les proporcione una idea más aproximada de la vida en la comunidad:
https://www.youtube.com/watch?v=hVRU1VEGE1M
Cerrando
Hace un tiempo publicamos una entrevista con Anthony Biglan en donde se mencionaron temas de ciencia conductual para el cambio social. En este sentido, la Comunidad Los Horcones resulta particularmente atractiva porque se trata de la aplicación práctica de aquello que la ciencia en general y la ciencia conductual en particular tienen para ofrecer respecto de la organización de la sociedad. Es la encarnación de una idea, lo que podríamos describir citando a Altus y Morris:“La visión utópica de Skinner, entonces, no consistió en ninguna de las prácticas de Walden Dos, excepto una: experimentación. Su visión fue la de buscar y descubrir prácticas que maximizaran la justicia social y el bienestar humano. Esta fue la contribución singular de Skinner al género utópico; es lo que distingue a Walden Dos de todas las otras. Como luego exhortaría, “no consideren ninguna práctica como inmutable. Cambien y estén dispuestos a cambiar nuevamente. No acepten ninguna verdad eterna. Experimenten” (2009). Si están interesados en conocer algo más sobre la Comunidad Los Horcones, pueden visitar su sitio web, ver su página de Facebook , y si les gusta la idea y el proyecto, pueden hacer una donación para el funcionamiento de la comunidad.
¡Nos leemos la próxima! Referencias bibliográficas:
Altus, D. E., & Morris, E. K. (2009). B. F. Skinner’s Utopian Vision: Behind and beyond walden two. Behavior Analyst, 32(2), 319–335. https://doi.org/10.1007/BF03392195 Comunidad Los Horcones. (1986a). Behaviorology: An integrative denomination. The Behavior Analyst, 9(2), 227–228. Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22478664 Comunidad Los Horcones. (1986b). News from now-here, 1986: A response to “News fromnowhere, 1984”. The Behavior Analyst, 9(1), 129–132. Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22478654 Comunidad Los Horcones. (1987). The concept of consequences in the analysis of behavior. The Behavior Analyst, 10(2), 291–294. Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22477983 Comunidad Los Horcones. (1990). Personocracia: una forma de gobierno basada en la ciencia del análisis de la conducta. Revista Latinoamericana de Psicología, 22(1), 111–130. Comunidad Los Horcones. (1991). A poem for an organism alone. The Analysis of VerbalBehavior, 9, 105. Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22477633 Ferreira, A. A. L., Machado, F. M., & Hautequestt, F. (2009). Practicas gubernamentales y conductismo radical: de Walden II a los Horcones. Governmental Practices and Radical Behaviorism: From Walden II to Los Horcones, 30(2–3), 91–97. Skinner, B. F. (1968). Walden Dos. Barcelona: Fontanella.