Las mujeres hacen menos preguntas en las conferencias académicas ¿Por qué? Para responder a esta cuestión, Shoshana Jarvis y su equipo de la Universidad de California desarrollaron una interesante investigación conformada por 2 estudios.
Investigación y resultados
En el primer estudio los investigadores analizaron las preguntas realizadas en una pequeña conferencia interdisciplinaria que incluía a psicólogos, ingenieros y filósofos. En total participaron 375 personas, 63% eran hombres y 35% mujeres.
Los autores registraron el género de cada una de las personas que participaron, cuánto tiempo hablaron y el tipo de pregunta que hicieron (pregunta, declaración o comentario). También evaluaron que tan “dominante” era la participación, notando si era uno de los primeros en hacer una pregunta y si desafiaba al orador al cuestionar la validez o la integridad del trabajo, y qué tan cortés era el o la participante.
El equipo encontró que el 78% de todas las preguntas fueron hechas por hombres. Las preguntas de los hombres y las mujeres tenían la misma longitud, pero como los hombres hacían más preguntas, el tiempo de duración total fue 3.5 veces mayor al de las mujeres. Los hombres también eran los primeros en participar, pero sus preguntas no eran ni más complicadas ni más amables que las mujeres.
¿Por qué las mujeres hacían menos preguntas?
Para responder esta duda, los autores hicieron otra investigación en la que entrevistaron 234 académicos que habían asistido a una conferencia de psicología en Estados Unidos y les preguntaron qué tan cómodos se sentían al hacer preguntas, compartir sus opiniones y acercarse a los oradores (en esta conferencia y en general). También les preguntaron qué tanto les preocupaba recibir una reacción negativa por participar y qué tan frecuentemente evitan hacer preguntas y por qué.
Según los datos, las mujeres se sentían menos cómodas al hacer preguntas y al expresar sus opiniones y estaban más preocupadas sobre las posibles reacciones negativas que podían experimentar al participar.
Las mujeres no se abstuvieron más que los hombres al hacer preguntas, pero sus razones sí se diferenciaron. Ellas solían decir que no hacían preguntas porque se sentían ansiosas, mientras que los hombres decían que preferían dar el espacio para que otros pudieran participar. Esto quiere decir que los hombres dominarían aún más.
Es decir, los hombres dominarían aún más la conversación si no regularan su comportamiento y las mujeres tenían más miedo de los resultados negativos de su participación.
Conclusión y comentarios
Históricamente, los hombres han tenido más poder que las mujeres (incluyendo el ámbito académico), especialmente cuando utilizan el espacio público para hablar. Los hombres suelen ser percibidos como dominantes después de una larga intervención. En cambio, las mujeres suelen recibir más críticas, burlas, menosprecio y repercusiones negativas luego de participar porque dichos actos suelen romper las normas de género establecidas y, por lo tanto, experimentan más ansiedad y suelen evitar dichas situaciones.
Estas diferencias tienen un impacto profundo en los ámbitos académicos en donde las mujeres suelen estar sub-representadas, se les paga menos y su trabajo tiende a ser menos valorado.
Investigaciones anteriores han encontrado que la participación de las mujeres incrementa cuando es una mujer la primera en preguntar. Quizás una posible recomendación sea alentar a las mujeres a hacer preguntas y proporcionar espacios en los que los moderadores favorezcan la participación de las mujeres en las secciones de preguntas y respuestas.
Referencia: Jarvis, S. N., Ebersole, C. R., Nguyen, C. Q., Zhu, M., & Kray, L. J. (2022). Stepping Up to the Mic: Gender Gaps in Participation in Live Question-and-Answer Sessions at Academic Conferences. Psychological Science, 0(0). https://doi.org/10.1177/09567976221094036