Sabemos que la interacción entre los maestros y estudiantes es muy importante, no sólo en el ámbito académico, sino también en el aprendizaje de conductas adaptativas y en la regulación emocional de los niños. El problema está en que no es fácil realizar observaciones estandarizadas que permitan detectar rápidamente cómo es la interacción del maestro con los niños y diseñar recomendaciones específicas para cada maestro.
Para facilitar la observación y guías para los maestros, un grupo de investigadores del Missouri Prevention Center, creó una escala estandarizada llamada Brief Student Classroom Interaction Observation (ST-CIO), que permite evaluar en 5 minutos las interacciones que lleva a cabo el maestro con sus estudiantes y determinar la calidad de tales interacciones y ofrecer recomendaciones y apoyo a los maestros para mejorar su desempeño.
Con esta escala los investigadores salieron a las escuelas y observaron cómo interactuaban 53 maestros y 896 estudiantes.
Sus resultados sugieren que los maestros están dándole más atención a las conductas negativas de los estudiantes y reforzándolas aún más.
Uno de los principales hallazgos fue que la atención negativa que le otorgaban los maestros a sus estudiantes (regaños, llamados de atención, etc) se relacionó con un incremento significativo de los problemas de conducta, de concentración y de regulación emocional de los niños.
Otro importante descubrimiento fue que los niños de raza negra, eran los niños que más atención negativa recibían de sus maestros.
La coautora y profesora adjunta de psicología, Wendy Reinke, nos explica la importancia de las escalas de observación controladas en los ambientes educativos:
“Encontrar una manera eficiente, precisa y consistente de observar las interacciones entre los maestros y estudiantes, no es solo importante para la investigación educativa, sino también para evaluar a los maestros y entrenarlos.”
Sobre el efecto reforzador de las conductas indeseadas:
“La interacción estudiante-maestro, es importante porque los estudiantes repetirán aquellas acciones que más atención recibieron. Si un maestro le da atención a un niño porque realizó una conducta prosocial y refuerza su buen trabajo con alabanzas, es más probable que el estudiante repita esas buenas acciones en el futuro. Pero si un maestro le presta mayor atención a las conductas disruptivas de los estudiantes dentro de la clase, entonces será más probable que repita esas conductas disruptivas, especialmente si esta es la única manera de recibir la atención de sus maestros.”
Esto no es nada nuevo. Las investigaciones conductistas han ofrecido suficiente evidencia sobre el efecto reforzador que tiene la atención de los adultos sobre la conducta de los niños. Lo más importante de esta investigación es que refuerza la necesidad de guías de evaluación y observación docentes que no sólo se concentren en que si el maestro cumple o no con el currículo de la escuela, sino también que se tome con vital importancia la manera en que los maestros interactúan con los niños y entrenarlos en maneras más efectivas de manejar y mejorar las conductas y aprendizaje de los niños.
La investigación está disponible en la revista Assessment of Effective Intervention.
Fuente: PsyPost