¿Qué son los cuentos de populares?
Los cuentos populares son narraciones extraordinarias, por lo general breves, transmitidas por tradición oral, que relatan hechos imaginarios donde los personajes no son sólo humanos sino también, criaturas fantásticas (duendes, gigantes…) e incluso animales que hablan y razonan. Los cuentos suelen presentarse en múltiples versiones y aunque coincidan en su estructura, difieren en los detalles accesorios e incluso en el desenlace según sea el país o región donde se relaten.
Al igual que sucede en el mundo de los sueños, las aventuras narradas en los cuentos infantiles trascienden del tiempo y del espacio.
En muchas ocasiones los autores de estos relatos son desconocidos aunque suelen atribuirse a escritores que realizaron la tarea de recopilar estas historias breves, destinadas para ser contadas a los niños y que han sido transmitidas de generación en generación a lo largo de los siglos.
Muchos de los cuentos clásicos provienen fundamentalmente de las siguientes obras:
- Las “Historias y relatos de antaño”, más conocido como los “Cuentos de mamá ganso”, libro publicado en 1697 por el francés Charles Perrault, quien dio forma literaria a varios cuentos clásicos infantiles. Una de las características de los cuentos de Perrault es, que al final de cada relato, se incluye una moraleja o enseñanza que hace referencia y sirve de conclusión moral al contenido de la historia. La fuente de estos cuentos es la tradición popular.
- Los “Cuentos de la infancia y del hogar” de los alemanes Hermanos Grimm (Jacob y Wilhelm Grimm) —publicados entre 1812 y 1822— tienen como característica fundamental ser la primera recopilación y transcripción de los cuentos de tradición oral más populares de Europa. Son más conocidos como: “Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm” y su gran mérito fue mantener el carácter original de los relatos, preservando la viveza y frescura popular al renunciar a la tentación de hacer con ellos una reelaboración literaria.
- Los “Cuentos de hadas” del escritor danés Hans Christian Andersen, son una amplia colección de cuentos –168 cuentos– de hadas publicada entre 1835 y 1872. Incluye relatos propios del autor como El patito feo, La sirenita, El soldadito de plomo, o El sastrecillo valiente. Muy a pesar de la creencia de que sean una transcripción de relatos populares anónimos, todos estos cuentos son obra de la imaginación de Andersen. Estos cuentos tienen como escenario lugares donde se funde la realidad con la fantasía y en los que surgen historias (por lo general dotadas de cierto sentido del humor) en las que los sentimientos tienen un valor preponderante. Los protagonistas son, por lo general, personajes cotidianos (Pulgarcito o El sastrecillo valiente), animales (El patito feo), o bien objetos animados (El soldadito de plomo).
La función terapéutica de los cuentos infantiles
Al referirnos a la función terapéutica de los cuentos infantiles lo hacemos en base a dos aspectos:
- Los cuentos reflejan las experiencias, pensamientos y sentimientos de los niños.
- Los cuentos ayudan al niño a superar sus ataduras emocionales a través de un lenguaje simbólico adecuado a las singularidades de su psique, e inciden en todas las etapas —periodos o fases— que tienen lugar a lo largo de la infancia.
Cuando el niño lee o escucha un cuento popular, pone en juego el poder de su fantasía y, en el mejor de los casos, logra una identificación al reconocerse a sí mismo en el personaje central, en sus peripecias y en la solución de las dificultades que se interponen en su camino.
Los cuentos permiten al niño trabajar con sus conflictos internos y es por ello que, con mucha frecuencia, suelen pedir al adulto que les cuente una y otra vez el mismo cuento, ya que es a través de la reiteración como pueden darle sentido y elaborarlo hasta cerrar la historia al extraer sus propias conclusiones —o enseñanza— al tiempo que fomentan y ejercitan su imaginación y creatividad.
Bruno Bettelheim: “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”
Bruno Bettelheim ((1903-1990) ) fue un psicólogo y psicoanalista austriaco que dedicó gran parte de su vida a dirigir, en la Universidad de Chicago, una sección que hacía las funciones de hogar para niños emocionalmente perturbados. Escribió libros acerca de la psicología normal y anormal de los niños y se interesó especialmente en el autismo.