En la era digital, el cambio de los medios impresos tradicionales a las pantallas para la lectura es casi ubicuo, afectando incluso las rutinas diarias de los niños pequeños. Una investigación reciente publicada en PLOS One ofrece información sobre cómo este cambio afecta el procesamiento del contenido escrito en el cerebro. El estudio encuentra que la lectura en papel impreso activa más áreas del cerebro asociadas con la atención y la participación cognitiva en comparación con la lectura en pantallas, sugiriendo que el papel puede ser más propicio para la atención enfocada en los niños.
Investigaciones anteriores han demostrado que la lectura en pantallas puede estar asociada con niveles más bajos de comprensión y retención en comparación con la lectura en materiales impresos. Este fenómeno, a menudo denominado “efecto de inferioridad de pantalla”, se ha observado en varios grupos de edad, pero sus fundamentos neurobiológicos, especialmente en niños, siguen siendo poco explorados.
Dado el creciente uso de los medios digitales en entornos educativos, donde los libros de texto y los materiales de lectura en papel están siendo reemplazados por tabletas y computadoras, un equipo de investigadores asociados con el Instituto de Tecnología de Israel buscó comprender mejor los patrones de actividad cerebral específicos asociados con la lectura digital versus la impresa en lectores jóvenes. Para lograr esto, utilizaron una herramienta de neurociencia conocida como electroencefalografía (EEG), que registra la actividad eléctrica en el cerebro a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo.
La investigación
El estudio incluyó a quince niños de entre 6 y 8 años, una etapa crucial para las habilidades cognitivas y de lectura. Estos participantes fueron seleccionados para representar un desarrollo típico sin problemas neurológicos o de desarrollo conocidos.
Cada niño participó en una sesión de lectura donde se expusieron a dos condiciones diferentes: lectura en papel impreso y lectura en pantalla. Cada condición implicaba leer textos expositivos apropiados para su edad seguidos de preguntas de comprensión para evaluar su entendimiento. Las preguntas de comprensión sirvieron tanto para involucrar activamente a los niños con los textos como para proporcionar una medida de qué tan bien entendían el material bajo cada medio.
Cuando los niños leían en papel impreso, el EEG mostraba una mayor potencia espectral en las bandas de frecuencia más altas, específicamente en las bandas beta y gamma. Estas frecuencias están generalmente asociadas con un mayor compromiso cognitivo y atención. Esto sugiere que la lectura en papel potencialmente facilita un mayor nivel de enfoque cognitivo y alerta mental.
Los resultados del EEG durante la lectura en pantalla mostraron una mayor potencia espectral en las bandas de frecuencia más bajas, especialmente en las bandas alfa y theta. Estas bandas suelen estar relacionadas con estados de atención menos enfocados, como divagar o soñar despierto. Además, se observó una mayor proporción theta/beta durante la lectura en pantalla en comparación con la lectura en papel. Esta proporción se interpreta comúnmente como un marcador de carga cognitiva, lo que sugiere que los niños pueden experimentar más dificultades para mantener la atención enfocada y procesar la información al leer en pantallas.
Los investigadores también exploraron la correlación entre estos patrones de EEG y el desempeño de los niños en pruebas estandarizadas de atención. Encontraron una correlación negativa significativa entre la proporción theta/beta durante la lectura en pantalla y la precisión en la tarea de Sky-Search, una prueba que mide la atención visual y el enfoque en la tarea. Proporciones theta/beta más altas se asociaron con un peor desempeño en esta tarea, lo que respalda la idea de que la lectura en pantalla puede imponer una carga cognitiva más alta, dificultando que los niños se concentren y atiendan efectivamente a la tarea en cuestión.
Además, hubo una correlación positiva entre la proporción theta/beta y el tiempo requerido para completar las tareas con precisión durante la lectura en pantalla. Esto sugiere que no solo la lectura en pantalla afecta la capacidad de los niños para concentrarse, sino que también afecta su eficiencia en el procesamiento y respuesta a la información, probablemente debido al mayor esfuerzo cognitivo requerido.
Juntos, los hallazgos proporcionan evidencia neurobiológica para respaldar la idea de que la lectura en pantalla puede imponer una mayor carga cognitiva en los niños, afectando su capacidad para concentrarse y procesar información tan eficazmente como cuando leen en papel.
Sin embargo, el tamaño de la muestra pequeño y el rango de edad específico de los participantes pueden limitar la generalización de los resultados. La investigación futura podría ampliar el rango de edad e incluir más participantes para proporcionar una comprensión más amplia de los impactos neurales de diferentes medios de lectura. También se necesita más investigación para explorar cómo estos hallazgos podrían variar con diferentes tipos de textos (narrativos versus expositivos) y bajo diferentes condiciones de lectura, como formatos digitales interactivos.
Referencia: Zivan M, Vaknin S, Peleg N, Ackerman R, Horowitz-Kraus T (2023) Higher theta-beta ratio during screen-based vs. printed paper is related to lower attention in children: An EEG study. PLoS ONE 18(5): e0283863. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0283863