Las pastillas anticonceptivas son utilizadas como método de planificación familiar y, a su vez, pueden emplearse como tratamiento para distintas dolencias como desórdenes hormonales, acné severo u ovarios poliquísticos.
En cuanto a lo que refiere al uso principal para el que se han creado las pastillas anticonceptivas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la planificación familiar permite a las personas tener el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre embarazos. Se logra mediante la aplicación de métodos anticonceptivos y el tratamiento de la esterilidad.
Según sus datos, a escala mundial, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente, de un 54% en 1990 a un 57,4% en 2015. A escala regional, la proporción de mujeres de entre 15 y 49 años de edad que usan algún método anticonceptivo ha aumentado mínimamente o se ha estabilizado entre 2008 y 2015. En África pasó de 23,6% a 28,5%; en Asia, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente de un 60,9% a un 61,8%, y en América Latina y el Caribe el porcentaje ha permanecido en 66,7%. El uso de métodos anticonceptivos por los hombres representa una proporción relativamente pequeña de las tasas de prevalencia mencionadas. Los métodos anticonceptivos masculinos se limitan al condón y la esterilización (vasectomía) («Planificación familiar», s. f.) (Alkema, Kantorova, Menozzi, & Biddlecom, 2013).
En cuanto a los métodos anticonceptivos hormonales más utilizados, encontramos (Trussell et al., 2009):
- Anticonceptivos orales en combinación (la «pastilla» o «píldora»): contiene dos hormonas (estrógeno y progestágeno), funciona evitando la liberación de óvulos por los ovarios (ovulación), y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
- Pastillas de progestágeno solo «minipastilla» o «minipíldora»: contiene únicamente progesterona (sin estrógeno), hace más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide que los espermatozoides y el óvulo se junten y previene la ovulación. Puede usarse mientras se amamanta; debe tomarse todos los días a la misma hora, y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
- Los implantes (cilindros o cápsulas pequeños y flexibles que se colocan debajo de la piel del brazo; contienen únicamente progestágeno): hacen más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo y evita la ovulación. Debe ser insertado y extraído por personal sanitario; se puede usar durante 3 a 5 años, según el tipo; las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99%;
- Progestágeno en forma inyectable: Se inyecta por vía intramuscular o bajo la piel cada 2 o 3 meses, según el producto. Su función es hacer más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo y evita la ovulación. Al cesar el uso, la fecundidad tarda en reaparecer (cerca de 1 y 4 meses en promedio); las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
- Inyectables mensuales o anticonceptivos inyectables en combinación: se inyectan cada mes por vía intramuscular; contienen estrógeno y progestágeno. Impiden que los ovarios liberen óvulos (ovulación), las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida
- Parche anticonceptivo combinado y anillo vaginal anticonceptivo combinado: libera dos hormonas de forma continua, una progestina y un estrógeno, directamente a través de la piel (parche) o mediante el anillo. Impide que los ovarios liberen óvulos (ovulación). El parche y el anillo vaginal son métodos nuevos y los estudios sobre su eficacia son limitados. Los estudios de eficacia realizados señalan que puede ser más eficaz que los anticonceptivos orales combinados, cuando se utilizan de un modo correcto y sostenido, y tal y como se aplican comúnmente. El parche y el anillo vaginal proporcionan una seguridad comparable a los anticonceptivos orales combinados con formulaciones hormonales similares y su perfil farmacocinético es parecido;
- Dispositivo intrauterino (DIU) de levonorgestrel: es un dispositivo plástico en forma de T que se inserta en el útero y libera diariamente pequeñas cantidades de levonorgestrel. Hace más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo. Con el tiempo se reduce la cantidad de sangre que se pierde con la menstruación; disminuyen los dolores menstruales y los síntomas de endometriosis; se observó amenorrea (ausencia de menstruación) en un grupo de usuarias. Su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y controlada;
- Píldoras anticonceptivas de emergencia (acetato de ulipristal, 30 mg, o levonorgestrel, 1,5 mg): son pastillas que se toman para prevenir el embarazo hasta 5 días después de una relación sexual sin protección, Retrasa la ovulación, Si 100 mujeres tomaran la píldora anticonceptiva de emergencia de progestágeno solo, probablemente una quede embarazada, No altera el embarazo si este ya se ha producido.
Si necesitás más información sobre métodos anticonceptivos, te sugiero que leas las Recomendaciones sobre prácticas seleccionadas para el uso de anticonceptivos, de la OMS.
Antes de empezar cualquier tratamiento (ya sea que involucre fármacos o no), es menester que la persona que se someta conozca los posibles efectos que podrían resultar de tal procedimiento. Para muchos, de hecho, los profesionales requieren la firma de un “consentimiento informado” por parte del paciente.
Por su carga hormonal, todos estos métodos tienen el potencial de producir efectos secundarios en las usuarias, más allá de la prevención del embarazo. Pueden influir potencialmente en las emociones y en la capacidad cognitiva, y esta posibilidad hace que sea muy importante estar atentas a cualquier cambio que puedan percibir las usuarias de anticonceptivos hormonales.
Una nueva investigación proporciona evidencia preliminar de que los anticonceptivos hormonales podrían influir en cómo se recuerdan las cosas. El estudio encontró que las mujeres que tomaban píldoras anticonceptivas tendían a recordar menos información emocional negativa en comparación con las mujeres que no las tomaban (Person & Oinonen, 2019). La autora principal es Kirsten Oinonen, profesora asociada de psicología en la Universidad de Lakehead, quien ha investigado los efectos de los anticonceptivos orales en el estado de ánimo.
“Dada la investigación previa que sugiere que las hormonas pueden afectar tanto el estado de ánimo como la capacidad cognitiva, sentimos que observar los efectos de “la píldora” en la memoria emocional sería un área importante para estudiar “, explicó Oinonen.
Para su estudio, reclutaron a 58 mujeres que usaban anticonceptivos orales, 40 mujeres que no usaban anticonceptivos orales y 37 hombres.
Los participantes completaron un Test de Memoria Espacial Emocional, en la que vieron una variedad de artículos cargados emocionalmente y emocionalmente neutrales que habían sido colocados en una bandeja. Poco después de ver la bandeja de artículos, se les pidió a los participantes que hicieran una lista con todos los artículos que pudieran recordar y que indicaran dónde se había colocado cada uno.
Una semana después, los participantes completaron nuevamente las mismas pruebas de memoria.
Los investigadores encontraron que los usuarios de anticonceptivos orales tendían a recordar más elementos positivos y menos elementos negativos que los no usuarios en la prueba de recuerdo a corto plazo. En la prueba de memoria a largo plazo, no hubo diferencias significativas entre usuarios y no usuarios.
“Los resultados de nuestro estudio en particular sugieren que las mujeres que toman ‘la píldora’ pueden experimentar un cambio en su memoria respecto de la información emocional. En particular, los hallazgos sugieren que las mujeres que toman la píldora pueden mostrar un sesgo de memoria en términos de ser menos propensas a recordar información negativa que las no usuarias,” dijo Oinonen, y luego explicó que como resultado, las mujeres podrían tomas diversas situaciones de visualización de pastillas, personas u objetos como “más positivas de lo que podrían haber sido si no hubieran tomado la píldora (es decir, porque son relativamente más propensas a recordar la información positiva frente a la negativa).”
Los investigadores controlaron una serie de variables que podrían afectar el estado de ánimo y la memoria, incluida la fase del ciclo menstrual. Pero como toda investigación, el estudio incluye algunas limitaciones: los nuevos hallazgos necesitan ser replicados en poblaciones más grandes y más diversas.
En cuanto a futuras investigaciones, Oinonen señaló que “a medida que analizamos la memoria en busca de estímulos visuales, los estudios futuros deberían examinar si las mujeres también muestran una tendencia a recordar estímulos verbales, olfativos, auditivos y kinestésicos menos negativos.” “Por supuesto, un futuro ensayo controlado con placebos para observar los efectos de los anticonceptivos orales en la memoria emocional proporcionaría la evidencia más sólida para respaldar estos hallazgos.”
“Conozco a muchas mujeres que informaron haber experimentado efectos secundarios emocionales de los anticonceptivos orales y creo que es imperativo que los investigadores continúen examinando los efectos de los anticonceptivos hormonales en el estado de ánimo, la cognición y la percepción. Es fundamental que las mujeres estén completamente informadas sobre estos posibles efectos para que puedan tomar decisiones informadas sobre las opciones de control de natalidad,” concluyó.
Referencias:
Alkema, L., Kantorova, V., Menozzi, C., & Biddlecom, A. (2013). National, regional, and global rates and trends in contraceptive prevalence and unmet need for family planning between 1990 and 2015: a systematic and comprehensive analysis. The Lancet, 381(9878), 1642-1652. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(12)62204-1
Person, B., & Oinonen, K. A. (2019). Emotional Memory in Oral Contraceptive Users: Negative Stimuli Are More Forgettable. Psychological Reports, 33294119856554. https://doi.org/10.1177/0033294119856554
Planificación familiar. (s. f.). Recuperado 15 de agosto de 2019, de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/family-planning-contraception
Trussell, J., Lalla, A. M., Doan, Q. V., Reyes, E., Pinto, L., & Gricar, J. (2009). Cost effectiveness of contraceptives in the United States. Contraception, 79(1), 5-14. https://doi.org/10.1016/j.contraception.2008.08.003
Fuente: Psy Post
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