El genoma humano es un universo con miles de genes que interactúan constantemente y que dan como resultado nuestras características físicas y psicológicas. Según los análisis genéticos realizados en familias y gemelos, los factores genéticos determinan en un 40% los rasgos de personalidad. A pesar de contar con todo ese conocimiento, la ciencia genética todavía no habia podido descifrar específicamente qué genes determinan cada rasgo de personalidad. Pero parece que eso está por cambiar.
Una investigación de la revista Nature Genetics, parece estar muy cerca de descifrar tal enigma genético y sus resultados demuestran las primeras asociaciones entre los rasgos de personalidad, algunos trastornos mentales y genes específicos.
En dicha investigación, realizada por la Universidad de San Diego, se analizaron las variaciones genéticas de los cinco grandes rasgos de la personalidad: extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad; y algunos trastornos mentales como: TDAH, trastorno bipolar, depresión y ansiedad. En una muestra europea de 260.861 personas.
Sus resultados demostraron que las variaciones genéticas WSCD2 y PCDH15 se relacionaron con la extroversión; las variaciones cromosómicas 8p23.1 y el gen L3MBTL2 con el neuroticisimo. También encontraron que los rasgos de personalidad estaban separados genéticamente de los trastornos de personalidad con la excepción del neuroticisimo y la apertura a la experiencia, los cuales estaban en el mismo clúster genético que el de los trastornos. Con esos datos encontraron una correlación genética entre la extroversión y el TDAH; la apertura a la experiencia y el trastorno bipolar y la esquizofrenia, y el neuroticicismo se relacionó genéticamente correlacionado con la depresión y ansiedad.
Estos complicados hallazgos, no tienen una repercusión directa en los tratamientos clínicos. Su utilidad, por el momento, es relevante únicamente dentro del laboratorio. Sus autores están conscientes de ello y en su investigación escribieron que sus conclusiones no deben ser utilizados para estimar la variabilidad genética de los rasgos de personalidad y que se necesitan estudios homogéneos en su metodología para mejorar la realización de datos más precisos.
Fuente: Universidad de San Diego