Una de las áreas del cerebro que ha sido más estudiada por los científicos es el lóbulo frontal. Se trata de una de las estructuras cerebrales más interesantes e importantes, pues controla las funciones cognitivas superiores, además de tener implicaciones motoras y en el área del lenguaje.
Es el principal responsable de controlar la conducta, lo que lo hace fundamental en el desarrollo de los seres humanos. Si bien esta estructura se encuentra también en los animales, es importante destacar que se encuentra altamente desarrollado solamente en las personas.
¿Qué es el lóbulo frontal?
En las aportaciones del estudio de Morgado (2005) “Psicobiología del aprendizaje y la memoria: fundamentos y avances recientes”, y del libro de Psicobiología de Rosenweig et al. (2005) -que nos sirven para fundamentar este artículo- encontramos que el lóbulo frontal es la parte más grande del cerebro, llegando a ocupar un tercio del total de la corteza cerebral. Se trata de una estructura anatómica ubicada en la región anterior de la cabeza, detrás de la zona de la frente.
En ella se encuentran funciones fundamentales para la vida y los procesos cognitivos que separan a los seres humanos de los animales, lo cual da sentido al hecho de que la raza humana posea un lóbulo frontal mucho más desarrollado que el resto de los animales.
Esta maravillosa estructura se encuentra separada del lóbulo temporal por una fisura lateral conocida como fisura de Silvio, mientras que la fisura central, también conocida como fisura de Rolando, es la responsable de separarla del lóbulo parietal.
El lóbulo frontal es el responsable de muchas funciones cognitivas e incluso motoras, por lo que se le considera el más importante para los seres humanos. Pero es importante destacar el hecho de que por sí solo el lóbulo frontal no puede trabajar de manera eficiente.
Se requiere pues de un trabajo en conjunto de todas las estructuras cerebrales que son orquestadas, por decirlo de alguna manera, por el lóbulo frontal. Debido a su ubicación y amplia extensión, es el área del cerebro más propensa a lesiones.
A pesar de que se le puede considerar una de las muchas partes del cerebro, hay que tener en cuenta que los lóbulos frontales no trabajan por sí solos, y que sólo cobran sentido como estructura cerebral cuando trabajan coordinadamente con el resto del encéfalo.
Función del lóbulo frontal
El lóbulo frontal está implicado directamente en procesos cognitivos, tales como el pensamiento, la toma de decisiones, el juicio, la resolución de conflictos, la atención, la memoria, la planificación… Juega también un papel fundamental en la conducta, determinando el control de los impulsos y los comportamientos sexuales y sociales de los seres humanos.
Es responsable de la espontaneidad, la capacidad de planificación, de la motivación y está implícito también en la función del lenguaje. Aunque generalmente se le asocia a las funciones cognitivas, el lóbulo frontal es el responsable también de la motricidad, pues gracias a esta estructura se puede coordinar y planear los movimientos de forma voluntaria.
De igual manera, es el responsable de la parte motora del lenguaje pues en él se encuentra el área de Broca que es la estructura que se encarga de la producción del habla.
A continuación, resumimos algunas de las funciones del lóbulo frontal:
- Planificación. Permite que el cerebro pueda hacer proyecciones a futuro sobre cosas que van a suceder o que queremos realizar, además de permitir tomar en consideración las posibles consecuencias o resultados.
- Proyección. Es el responsable de la capacidad de poder pensar a futuro en función de los aprendizajes y experiencias previas, lo que permite poder proyectar lo que puede suceder en un tiempo lejano.
- Motivación. Así mismo como permite planificar, el lóbulo frontal es el responsable de ayudar a mantener la motivación y buscar estrategias que permitan lograr los objetivos planteados.
- Lenguaje. Se encarga de la parte motora del proceso del habla, siendo el responsable de la coordinación de los movimientos involucrados para la producción de sonidos.
- Metacognición. Esta estructura es fundamental en el proceso de pensamiento, pero no solamente se limita a esta función, pues además permite la metacognición, que no es más que el pensamiento abstracto. Entonces es importante para la imaginación e incluso nos permite pensar con respecto a cómo pensamos.
- Memoria de trabajo. Es fundamental para el proceso de memoria de los aspectos que no son necesarios ser almacenados en largo plazo, pero que son relevantes para la realización de alguna tarea en particular. Se encuentra implícito en la realización de tareas de gran complejidad que requieren de nuestra atención.
Estas son solo algunas de las funciones de esta compleja estructura que es fundamental para la vida de las personas, pues en ella se encuentra todo aquello que da la cualidad humana, además de ser el responsable del control de los impulsos y de la conducta.
Si bien ha sido una de las partes del cerebro más estudiadas, aún hoy en día se desconoce la totalidad de sus implicaciones en la vida de las personas, tanto a nivel físico, como mental y emocional.
Referencias:
- Morgado, I. (2005). Psicobiología del aprendizaje y la memoria: fundamentos y avances recientes. Rev Neurol, 40 (5): 289-297.
- Rosenweig, M.R., Breedlove, S.M & Watson, N.V. (2005). Psicobiología: una introducción a la neurociencia conductual, cognitiva y clínica. Barcelona: Ariel.