Sarah Belén nos trae un excelente artículo sobre este término tan en boga en la actualidad y tan tergiversado:
Que la interacción con una persona nos haga entrar en contacto con sentimientos desagradables no significa necesariamente que esa persona nos esté haciendo daño o tenga “falta de responsabilidad afectiva”. Léelo otra vez.
Si pensamos que vamos a tener una relación (sobre todo de pareja) sin pasarla mal ni un segundo… comenzamos mal.
Siempre empezamos relaciones con una maleta llena de nuestras preferencias, costumbres, expectativas, reglas e incluso con nuestros traumitas como dicen. Una relación nueva (de cualquier tipo) nunca es empezar desde cero. Lo que queremos, sentimos y hacemos va en función de nuestra historia.