Los teléfonos inteligentes, las tablets y notebooks se han convertido en herramientas de usos múltiples, más allá de la función primaria para la cual cada una fue pensada. De hecho (y sobre todo con la pandemia), leemos noticias, libros, y hasta estudiamos para exámenes desde nuestros dispositivos electrónicos. Y si bien podemos ver sus bondades en términos de practicidad, ahorro de espacio y ecología, estudios han encontrado que esta conducta causa fatiga visual, dolores de cabeza, promueve la hiperactividad en la corteza prefrontal, respiración profunda menos frecuentes y menor comprensión lectora (Honma et al., 2022).
Con el objetivo de averiguar por qué sucede esto, un equipo de investigadores realizó un estudio centrándose en dos factores que se sabe que están asociados con la función y el rendimiento cognitivos: el entorno visual y los patrones de respiración. Propusieron que el entorno visual de la lectura en una pantalla puede alterar la función respiratoria y la función cerebral, que pueden interactuar y afectar el rendimiento cognitivo. Investigaciones anteriores encontraron algo llamativo: suspirar, o respirar profundo cuando se lee, tiene una impresión negativa en la comunicación social, mientras que tiene un efecto positivo en la función cognitiva.
Qué metodología usaron
La muestra del presente estudio experimental estuvo compuesta por 34 estudiantes universitarios japoneses, que tenían al rededor de 20 años. Cada estudiante participó en dos pruebas de lectura, en las que leyeron un texto en un teléfono inteligente o leyeron un texto en papel. Los dos textos eran pasajes tomados de dos novelas del mismo autor, y se equilibraron las condiciones para que ningún estudiante leyera dos veces el mismo texto.
Mientras los estudiantes leían, usaban vinchas funcionales de espectroscopia infrarroja cercana que midieron la actividad en la corteza prefrontal, y máscaras alrededor de la boca y la nariz para medir los patrones de respiración. Luego de la lectura, los participantes completaron una prueba de comprensión lectora que incluía 10 preguntas relacionadas con el contenido de los pasajes.
Qué encontraron
Los resultados mostraron que los estudiantes se desempeñaron mejor en la prueba de lectura si habían leído el pasaje en papel en lugar de un teléfono inteligente, independientemente de la novela que leyeran. Este hallazgo es consistente con la literatura que sugiere que la lectura en dispositivos electrónicos interfiere con la comprensión.
Además, los investigadores encontraron diferencias en la actividad respiratoria de los estudiantes según el medio de lectura. Al leer en papel, los estudiantes provocaron una mayor cantidad de suspiros en comparación con la lectura en un teléfono inteligente. Un suspiro se definió como una respiración que era el doble de profunda que una respiración promedio durante una sesión.
Los hallazgos revelaron además que la actividad cerebral prefrontal de los estudiantes aumentó durante la lectura, en cualquier condición. Pero curiosamente, esta actividad cerebral fue mayor al leer en un teléfono inteligente en comparación con la lectura en papel. Además, el aumento de la actividad en la corteza prefrontal se asoció con una disminución de los suspiros y una menor comprensión de lectura.
Al interpretar estos hallazgos, los investigadores señalan que estudios previos han sugerido que las personas suspiran más cuando se enfrentan a tareas exigentes que aumentan la carga cognitiva. La actividad prefrontal elevada entre los estudiantes que leen en un teléfono inteligente puede sugerir una mayor carga cognitiva en comparación con la lectura en papel. Pero leer en un teléfono inteligente parecía inhibir los suspiros en comparación con leer en papel.
Los autores señalan que hay investigaciones anteriores que muestran que incluso la respiración profunda consciente tiene un efecto positivo en la función cognitiva, por lo que proponen que las personas que usan dispositivos electrónicos durante largos períodos de tiempo incluyan la respiración profunda en forma consciente mientras desarrollan sus actividades.
La interacción entre el aumento de la actividad cerebral y la disminución de los suspiros puede ser responsable de la disminución de la comprensión. La carga cognitiva moderada llevó a las personas que leyeron en papel a suspirar, lo que puede haber ayudado a restaurar una mayor variabilidad respiratoria y el control de la actividad cerebral prefrontal. Pero para aquellos que leyeron en un teléfono inteligente, la carga cognitiva más intensa impidió suspirar, lo que llevó a una actividad cerebral elevada.
Actualmente no está claro cómo la edad y la familiaridad con los dispositivos digitales podrían influir en los nuevos hallazgos. Los participantes del estudio eran jóvenes de alrededor de 20 años, es decir, la generación llamada “nativos digitales”, pero aun así, los autores suponen que comenzaron a usar dispositivos digitales cuando estaban en la escuela secundaria o preparatoria. En este sentido, si alguien ha crecido expuesto a un entorno digital desde la infancia, los resultados podrían ser más positivos para los teléfonos inteligentes, al contrario de lo encontrado en este estudio. Finalmente, cabe preguntarse hasta qué punto nuestro cerebro es un sistema que puede adaptarse al entorno digital.
Rereferencia bibliográfica: Honma, M., Masaoka, Y., Iizuka, N., Wada, S., Kamimura, S., Yoshikawa, A., Moriya, R., Kamijo, S., & Izumizaki, M. (2022). Reading on a smartphone affects sigh generation, brain activity, and comprehension. Scientific Reports, 12(1), 1589. https://doi.org/10.1038/s41598-022-05605-0
Fuente: Psypost