Cuando no estás pasando un buen momento o sufres algún problema psicológico, lo primero que te dicen tus seres queridos o amigos es que vayas al psicólogo. Y siempre preguntas si alguien conoce a alguno que viva cerca y que sea bueno. Nunca te paras a pensar en la posibilidad de que el psicólogo vaya a tu casa. Es normal, creerás que es muy caro y que te va a juzgar por el desorden.
Tampoco es que sea muy común que el médico, el psicólogo o el masajista vaya a tu domicilio. Lo normal, o lo que siempre hemos hecho, es desplazarnos nosotros al centro, hospital o consulta.
¿El psicólogo en casa o en la consulta?
La pregunta clave sería, ¿es más efectivo que venga el psicólogo a casa, o es solo una cuestión de comodidad?
Si descontamos a todos los pacientes que no pueden desplazarse, afectados por patologías físicas o psicológicas, y también a los que directamente no quieren ir a una consulta u hospital, lo primero que podemos afirmar sin dudas es que es más cómodo.
Piénsalo bien. Lo último que te apetece es salir de casa, ir en coche o en transporte público, y tener que fingir ante todos los que ves que estás bien.
La comodidad es importante, pero también la intimidad
Muchas veces no queremos que los demás nos vean como estamos. Y tampoco queremos que tengan una idea errónea de nosotros. Lo último que queremos es tener que esperar en la sala de estar con otros pacientes a los que quizás conozcas o quizás no quieras ni conocer.
Ir a la consulta es el principio de tomar las riendas de tu vida y querer poner una solución a los problemas. Pero abrirle la puerta a un desconocido para que entre en tu casa resulta un esfuerzo aún más significativo. Un esfuerzo que refleja un fuerte compromiso para mejorar una situación.
El compromiso es mayor
Cuando el psicólogo va a tu casa no puedes esconder, falsear o engañar, al menos por mucho tiempo, que los ejercicios no se han hecho, las economías de fichas no se han completado, o las personas citadas no se han presentado a la sesión.
Son hechos que no se cuentan, se constatan, se ven, se observan directamente, y se confrontan. No puedes esconderte, no puedes huir del problema. Y eso, cuando estás luchando por mejorar una situación, es una ventaja.
La utilidad de la psicología depende en un 85% del paciente
La psicología en general no es una píldora mágica. Su utilidad depende en un 5% del terapeuta, un 10% de la terapia y un 85% del paciente. ¿Cómo podemos asegurarnos de que ese 85% sea realmente efectivo?
Desde mi punto de vista, como psicóloga experta en psicología a domicilio, puedo afirmar que cuando la terapia se hace en el domicilio, la implicación es mucho mayor.
Pero no sólo eso. También se reduce el tiempo de evaluación y el número de preguntas. Se aumentan los datos obtenidos por observación directa del ambiente, la distribución del espacio, las fotografías, los colores, los aparatos electrónicos, las librerías o los cuartos.
Y por supuesto, las dinámicas que suceden, como se habla, como se mira, como se juega o como se discute. Si no estás preparado para contar tus problemas o no sabes cómo, tu vida diaria y tus movimientos los revelan de una forma muy natural.
El mayor reto del psicólogo a domicilio
El mayor reto al que se enfrenta el psicólogo está en ser la figura externa y objetiva del paciente y su ambiente. En ordenar priorizando toda la información que obtiene para poder trazar un plan de objetivos a corto, medio y largo plazo.
El mayor reto al que se enfrenta el paciente está en ser uno mismo y mantener el grado de compromiso que se requiere para superar un problema.
Artículo previamente publicado en Medium y cedido por la autora para su publicación en Psyciencia.