Un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología (APA), encontró que las alabanzas y elogios constantes a niños con baja autoestima pueden provocar mayores sensaciones de vergüenza cuando fracasan y esto puede dar lugar a una disminución del sentido de autoestima.
Eddie Brummelman, co-director de la investigación, explica que este tipo de alabanza personal puede ser contraproducente cuando los adultos intentan ayudar a los niños con baja autoestima a que se sientan mejor consigo mismos.
El estudio se dividió en dos fases: En la primera, se le pidió a 357 padres que vivían en Holanda y tenían entre 29 y 66 años de edad, que leyeran tres descripciones hipotéticas de seis hijos – tres con alta autoestima (por ejemplo, “a Lisa usualmente le gusta como es ella”) y otras tres con baja autoestima (del tipo, “Sara es a menudo infeliz consigo misma”). Luego se les dijo que escribieran los elogios que le darían al hijo al completar una actividad, como por ejemplo, terminar un dibujo.
La alabanza personal puede ser contraproducente cuando los adultos intentan ayudar a los niños con baja autoestima
En promedio, los padres le dieron al niño con baja autoestima más del doble de alabanzas dirigidas a sus persona (¡Eres un gran artista!) en comparación con los otros niños. Los padres también eran más propensos a alabar al niño con alta autoestima según sus esfuerzos (¡Hiciste un gran trabajo dibujando!).
Brummelman añadió:
“Los adultos pueden creer que alabar a los niños por sus habilidades inherentes puede ayudar a combatir la baja autoestima, pero se pueden transmitir a los niños que son valorados como una persona solo cuando tienen éxito. Cuando los niños fracasan posteriormente pueden inferir que son indignos.”
La segunda fase de la investigación ejemplificó este punto. Para llevarla a cabo, los investigadores reclutaron a 313 niños (54% niñas) que tenían entre 8 y 13 años de edad y que asistían a 5 escuelas públicas de Holanda. Varios días antes del experimento, los niños completaron tests estandarizados que evalúan la autoestima.
Para el experimento, se les dijo a los niños que iban a jugar un videojuego online contra un estudiante de otra escuela y que un webmaster estaría monitoreando su desempeño a través de Internet. En realidad, una computadora controlaba el resultado final del partido, y los niños fueron divididos en ganadores y perdedores, incluidos los grupos que recibieron elogios por sí mismos y alabanzas por sus esfuerzos y los que no recibieron.
En el grupo en el que los niños fueron elogiados por sus cualidades personales, el webmaster escribió: “¡Wow eres genial!”, después de la primera ronda del juego, y les dijo “¡Wow has hecho un gran trabajo!” a los niños cuyas acciones fueron alabadas. El grupo que no recibió alabanzas funcionó como grupo control. Después de una segunda ronda, se les informó a los niños si habían ganado o perdido y se les pidió que completaran una encuesta acerca de sus sentimientos de vergüenza. Los niños que perdieron el juego y que fueron alabados por sus habilidades personales experimentaron un fuerte aumento de vergüenza, especialmente los niños con baja autoestima.
Las diferencias entre elogiar a una persona y alabar sus esfuerzos puede ser muy sutil, pero esas diferencias pueden tener un gran impacto en la autoestima
Los investigadores teorizaron que los niños que fueron alabados por sus esfuerzos, tal vez no asociaron su autoestima con el éxito, por lo que el fracaso es visto como un revés temporal o una falta de esfuerzo, en lugar de un defecto de su carácter. Brummelman dijo que los resultados del estudio podrían aplicarse a la mayoría de los países de occidente, pero pueden ser menos aplicables en países orientales como China, donde los adultos utilizan diferentes estrategias para alabar a los niños.
El co-autor de la investigación Brad Bushman agregó:“Las diferencias entre alabar a una persona y alabar sus esfuerzos puede ser muy sutil, pero esas diferencias pueden tener un gran impacto en la autoestima de los niños. Por lo tanto, los padres y los maestros deben enfocarse en alabar a los niños por sus esfuerzos en lugar de sus cualidades personales. En general, es mejor alabar el comportamiento y no al individuo, dijo Bushman. Si alabas a la persona y esta falla, puede causar vergüenza y puede enviar inadvertidamente el mensaje. “Soy una mala persona.
Fuente: ScienceDaily
Imagen: Topnews.in
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