El dolor es una experiencia compleja que trasciende las sensaciones físicas en la que están involucradas nuestras emociones, percepciones y estados mentales. Un ejemplo reciente proviene de una investigación que demostró que las personas con el trastorno bipolar y la esquizofrenia perciben de manera diferente el dolor que las personas sin estos trastornos.
La investigación publicada en Bipolar Disorders y desarrollada con Amadeo Minichino utilizó rayos lasers para generar sensaciones de dolor parecidas a las de un pinchazo de una aguja a 17 pacientes diagnosticados con el trastorno bipolar tipo I; 21 diagnosticados con bipolar II; 20 pacientes con esquizofrenia y 19 personas en el grupo control, que tenían que evaluar su experiencia de dolor en una escala en una escala entre 0 (nada de dolor) y 10 (mucho dolor) y también se evaluó las respuestas cerebrales que podría el estimulo de dolor a través de unos electrodos conectados en el craneo.
A partir del proceso de evaluación se demostró que las personas con esquizofrenia y trastorno bipolar tenían disfunciones en el cerebro responsables del procesamiento de los estímulos de dolor y de las áreas comprometidas en la psicosis. Los hallazgos también demostraron que los sujetos con esquizofrenia tenían menos sensibilidad y mayor tolerancia al dolor. Por otro lado los pacientes con trastorno bipolar tipo I mostraron anormalidades en el procesamiento del dolor y una reducida respuesta en la corteza del cíngulo anterior y la corteza insular anterior, en cambio los pacientes con trastorno bipolar tipo II tuvieron resultados similares al de los pacientes del grupo control.
Todavía no está muy claro qué causa estas diferencias en el cerebro de las personas con trastorno bipolar y esquizofrenia pero los investigadores creen que la respuesta podría estar en que ambos trastornos están dentro del espectro de la psicosis.
Fuente: Psychcentral
Imagen: Dolor en Shutterstock